Comentario Biblico


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1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,

2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,

3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,

4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.

6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase,

9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.

10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.

11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.

14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;

15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.

20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.

22 Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. El les hablaba por señas, y permaneció mudo.

23 Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa.

24 Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo:

25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.

26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.

28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.

29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;

37 porque nada hay imposible para Dios.

38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

39 En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá;

40 y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.

41 Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,

42 y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.

43 ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?

44 Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

45 Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.

46 Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor;

47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.

48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.

49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre,

50 Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.

51 Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

52 Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes.

53 A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos.

54 Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia

55 De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre.

56 Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa.

57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.

58 Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella.

59 Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías;

60 pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan.

61 Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.

62 Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar.

63 Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron.

64 Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios.

65 Y se llenaron de temor todos sus vecinos; y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas.

66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién, pues, será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.

67 Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:

68 Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,

69 Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,

70 Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;

71 Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;

72 Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto;

73 Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder

74 Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos

75 En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.

76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;

77 Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados,

78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora,

79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz.

80 Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.


1.1, 2 Lucas nos narra la historia de Jesús desde una perspectiva única como gentil, médico y el primer historiador de la iglesia primitiva. Lucas no fue un testigo ocular del ministerio de Jesús, sin embargo, le interesa que los hechos se preserven con exactitud y que los fundamentos de la fe cristiana se trasmitan intactos a la siguiente generación. En el Evangelio de Lucas hay varias de las parábolas de Jesús. Además, más que en ningún otro Evangelio, da ejemplos específicos de la preocupación de Jesús por la mujer.

1.1-4 Muchos tenían tal vivo interés por Jesús que relataron por escrito sus experiencias personales con El. Lucas quizás usó esos relatos y todos los demás medios disponibles como material para una precisa y completa narración de la vida, enseñanzas y ministerio de Jesús. Debido a que la verdad era tan importante para Lucas, confió plenamente en los relatos de testigos presenciales. El cristianismo no dice: "Cierra tus ojos y cree", más bien dice: "Descúbrelo". La Biblia le anima a investigar todos sus mensajes ( Jn 1:46; Jn 21:24; Hch 17:11-12), porque sus conclusiones acerca de Jesús son asunto de vida o muerte.

1.3 Una traducción del nombre Teófilo es "amado de Dios". El libro de Hechos, escrito también por Lucas, comienza de la misma manera. Este prefacio quizás sea una dedicatoria general a los lectores cristianos. Teófilo, el patrón de Lucas, fue el que ayudó a financiar la elaboración del libro. Más aún, fue un romano conocido de Lucas muy interesado en la nueva religión cristiana.

1.3, 4 Como doctor en medicina, Lucas sabía la importancia de ser minucioso. Usó sus habilidades en la observación y análisis para investigar las historias relacionadas con Jesús. ¿Cuál es su diagnóstico? ¡El evangelio de Jesucristo es verdad! Usted puede leer los relatos acerca de Jesús con la confianza de que se han escrito con una mente clara y una investigación completa. Debido a que el evangelio está fundado sobre una verdad histórica, nuestro crecimiento espiritual debe incluir diligencia, disciplina, completa investigación de la Palabra de Dios y además de comprender cómo Dios ha actuado a través de la historia. Si esta clase de estudio no forma parte de su vida, busque a un pastor, profesor o libro que le ayude a empezar y le guíe en esta importante parte de su crecimiento cristiano.

1.5 Este fue Herodes el Grande, a quien el senado romano ratificó como rey de los judíos. Como era medio judío y deseoso de complacer a sus superiores romanos, expandió y embelleció el templo de Jerusalén, pero puso un águila sobre la entrada. Cuando ayudó a los judíos, lo hizo con propósitos políticos y no porque le interesara su Dios. Herodes el Grande ordenó más tarde una matanza de niños con el intento fútil de dar muerte al niño Jesús, al que se le llamó el nuevo "rey de los judíos" ( Mat 2:16-18).

1.5 Un sacerdote judío era un ministro que laboraba en el templo y administraba su mantenimiento; enseñaba a las personas la Palabra de Dios y dirigía los servicios de adoración. En ese tiempo hubo cerca de veinte mil sacerdotes a través del país, más que suficiente para ministrar en el templo. A los sacerdotes los dividieron en veinticuatro grupos de aproximadamente mil cada uno, de acuerdo a las instrucciones del rey David (1Ch 24:3-19).

Zacarías era de la clase de Abías que oficiaba en esa semana en particular. Cada mañana un sacerdote entraba al templo para quemar el incienso. Se sorteaban para decidir quién entraría al Lugar Santo y un día la suerte recayó en Zacarías. Pero no fue por suerte que Zacarías estuviera ocupado y que le escogieran para entrar en el Lugar Santo ese día, oportunidad que se daba una sola vez en la vida. Dios guiaba los acontecimientos de la historia al preparar el camino para la venida de Jesús a la tierra.

1.6 A Zacarías y Elisabet no los motivaron solo los impulsos de seguir las leyes de Dios, sino que respaldaron su posición con obediencia profunda. Obedecer en espíritu significa entender las intenciones de Dios, acatar, antes que distorsionar, sus propósitos al seguir la letra de la Ley solamente. No como los líderes religiosos a los que Jesús denominó hipócritas. Zacarías y Elisabet no se detuvieron en la letra de la Ley. Su obediencia fue de corazón y por eso los llamaron "justos delante de Dios".

1.9 El incienso se quemaba en el templo dos veces al día. Cuando el pueblo veía el humo del incienso quemado, oraba. El humo que ascendía a los cielos simbolizaba las oraciones que subían al trono de Dios.

1.11, 12 Los ángeles son seres espirituales que viven en la presencia de Dios y cumplen sus deseos. Solo dos se mencionan por nombre en la Escritura: Miguel y Gabriel, pero hubo muchos que actuaron como mensajeros de Dios.

Aquí, Gabriel (1.19) le da un mensaje especial a Zacarías. Este no fue un sueño ni una visión. El ángel apareció en forma visible y habló al sacerdote con palabras audibles.

ZACARIAS
A Zacarías se le dijo antes que a cualquier otra persona que Dios estaba haciendo los preparativos de su visita a la tierra. Zacarías y su esposa, Elisabet, eran conocidos por su santidad personal. Eran la pareja ideal para una tarea especial para Dios. Tenían la tristeza de no tener hijos. Los judíos veían esto como una prueba de que no contaban con la bendición de Dios. Zacarías y su esposa eran de edad avanzada y ya estaban resignados a no tener hijos.
Este viaje al templo de Jerusalén tenía reservado para Zacarías una bendición inesperada. Lo escogieron para ser el sacerdote que entraría en el Lugar Santo a fin de ofrecer incienso a Dios por el pueblo. De pronto, para su gran sorpresa y temor, se vio cara a cara con un ángel. ¡El mensaje del ángel era demasiado bueno para ser cierto! Sin embargo, Zacarías no reaccionó tanto por las nuevas del Salvador venidero como por las dudas acerca de su capacidad para ser padre del niño que el ángel le prometía. Su edad parecía tener más consecuencias que la promesa de Dios. Como resultado, Dios le privó a Zacarías del habla hasta el cumplimiento de la promesa.

La oración profética de Lucas 1 es la última imagen que tenemos de él. Como en el caso de muchos siervos fieles de Dios, pasó en silencio por la escena de la cual formó parte una vez cumplido su cometido. Es nuestro héroe en los momentos en que dudamos de Dios y a la vez queremos obedecerlo. La historia de Zacarías nos ofrece la esperanza de que Dios puede hacer grandes cosas a través de uno cuando estamos dispuestos a someternos.

Puntos fuertes y logros :

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Era un hombre justo

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Fue un sacerdote de Dios

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Una de las pocas personas que un ángel visitó directamente

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Padre de Juan el Bautista

Debilidades y errores :

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De momento dudó de la promesa del ángel de que tendría un hijo, debido a su edad avanzada.

Lecciones de su vida :

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Los impedimentos físicos no limitan a Dios

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A veces Dios cumple su voluntad en formas inesperadas

Datos generales :

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Ocupación: Sacerdote

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Familiares: Esposa: Elisabet. Hijo: Juan el Bautista

Versículos clave :

"Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada" ( Luc 1:6-7).

La historia de Zacarías se narra en Lucas 1.


1.13 Zacarías, mientras ofrecía el incienso en el altar, también oraba quizás por un hijo o por la venida del Mesías. De cualquier modo, Dios respondió su oración. Pronto tendría un hijo que prepararía el camino al Mesías. Dios responde las oraciones a su manera y en su tiempo. Obró en una situación "imposible", la esposa de Zacarías era estéril, a fin de cumplir con todas las profecías relacionadas con el Mesías. Si queremos que nuestras oraciones reciban respuesta, debemos ser receptivos a lo que Dios puede hacer en situaciones imposibles. Y debemos esperar que obre a su manera y en su tiempo.

1.13 Juan significa "el Señor es bondadoso" y Jesús significa "el Señor salva". Ambos nombres los puso Dios, no los escogieron los familiares. A través de los Evangelios vemos que Dios obra con bondad y salva a su pueblo. No rechaza a nadie que se le acerque con sinceridad.

1.15 Dios seleccionó a Juan para un servicio especial. Tal vez se le prohibió beber, como parte del voto de nazareo, un voto antiguo de consagración a Dios (véase Num 6:1-8). Sansón ( Jueces 13) estuvo bajo este voto y Samuel también ( 1Sa 1:11).

1.15 Esta es la primera mención de Lucas sobre el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad. Lucas se refiere al Espíritu Santo más que los otros escritores de los Evangelios. Debido a que también escribió el libro de Hechos, sabemos que le informaron minuciosamente acerca de la obra del Espíritu Santo. Lucas reconoció y enfatizó la obra del Espíritu Santo en relación a la fundación de la cristiandad y su dirección en la iglesia primitiva. La presencia del Espíritu Santo es el regalo de Dios para toda la Iglesia en Pentecostés. Con anterioridad, el Espíritu Santo se otorgaba solo en tareas especiales. Nosotros necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para un trabajo eficaz.

1.17 El papel de Juan era ser casi semejante al profeta del Antiguo Testamento: motivar a las personas a alejarse del pecado y volver a Dios. A menudo se le compara con el gran profeta Elías, conocido por oponerse a las leyes corruptas ( Mal 4:5; Mat 11:14; Mat 17:10-13). Si desea más información acerca de Elías, véase su perfil en 1 Reyes 18.

1.17 En la preparación del pueblo para la venida del Mesías, Juan pudo hacer "trasplantes de corazón". Cambió corazones endurecidos de los adultos por corazones blandos como los de los niños: dóciles, confiados y abiertos al cambio. (Véanse Eze 11:19-20 y 36.25-29 para ampliar la idea de "trasplantes de corazón".) ¿Es usted receptivo a Dios como debiera? ¿O necesita un cambio de corazón?

1.18 Cuando se le dijo que iba a tener un hijo, Zacarías dudó de la palabra del ángel. Desde su perspectiva humana, sus dudas eran comprensibles, pero con Dios todo es posible. A pesar de que Zacarías y Elisabet ya no tenían edad para procrear, Dios les dio un hijo. Es muy fácil dudar o no entender lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Aun el pueblo de Dios, a veces, comete el error de confiar en su razonamiento o experiencia antes que en Dios. Cuando nos sintamos tentados a pensar que alguna de las promesas de Dios es imposible, debiéramos recordar su trabajo meticuloso a través de la historia. A El no lo atan nuestras perspectivas estrechas ni las limitaciones humanas. Confíe plenamente en El.

1.20 Zacarías dedujo que era increíble que él y su esposa, a tal edad, pudieran tener hijos. Pero lo que Dios promete, lo da. ¡Y El entrega a tiempo! Usted puede estar seguro de que Dios cumplirá su promesa. Quizás no sea al día siguiente, pero lo será en el tiempo apropiado. Si está esperando que Dios le conteste alguna petición o supla alguna necesidad, sea paciente. No importa cuán imposibles parezcan las promesas de Dios, las cosas que El dijo en su Palabra serán una realidad a su tiempo.

1.21 Como era costumbre, la gente esperaba afuera a que Zacarías saliera y le bendijera según la bendición de Num 6:22-27.

1.25 Zacarías y Elisabet eran personas fieles y aun así sufrían. En ese entonces, algunos judíos no creían en la resurrección corporal, de modo que su esperanza de inmortalidad estaba en sus hijos. Además, hijos bajo el cuidado de padres en edad avanzada, agregaban bienestar y posición social a la familia. Los hijos se consideraban una bendición, no tenerlos era una maldición. Zacarías y Elisabet no habían tenido hijos por muchos años y ahora estaban demasiado viejos para esperar algún cambio en su situación. Se sentían humillados y sin esperanza. Pero Dios esperaba el tiempo apropiado para bendecirlos y alejar su desgracia.

1.26 Gabriel no solo le apareció a Zacarías y a María, sino también al profeta Daniel más de quinientos años antes ( Dan 8:15-17; Dan 9:21). Cada vez que aparecía, traía mensajes importantes de Dios.

1.26 Nazaret, pueblo de José y María, estaba lejos de Jerusalén, centro de vida y adoración judías. Localizada en la ruta más transitada, visitada a menudo por mercaderes gentiles y soldados romanos. De ahí que su reputación estaba empañada entre los judíos ( Jn 1:46). Jesús nació en Belén, pero creció en Nazaret. ¡Quién iba a pensar que la gente de Nazaret lo rechazaría como el Mesías! ( Jn 4:22-30).

1.27, 28 María era joven, pobre y mujer, características que para la gente de su tiempo la convertía en incapaz de que Dios la usara en tareas importantes. Pero Dios escogió a María para uno de los actos más grandes de obediencia que jamás haya demandado de alguien. Quizás usted considere que su capacidad, experiencia o educación lo hacen un mal candidato para el servicio de Dios. No limite la elección de Dios. Puede usarlo si confía en El.

1.30, 31 La bendición de Dios no trae consigo éxito, fama ni favor automáticos. Su bendición sobre María, el honor de ser la madre del Mesías, le produciría mucho dolor: sus parientes se burlarían de ella; su prometido estaría a punto de dejarla; rechazarían y matarían a su hijo. Pero a través de su Hijo vendría la única esperanza del mundo y por eso a María la alabarían todas las generaciones porque halló "gracia delante de Dios". Su sumisión condujo a nuestra salvación. Si su bendición le acarrea tristezas, piense en María y espere con paciencia que Dios acabe el plan en el que trabaja.

1.31-33 Jesús, una forma griega de la palabra hebrea Josué, era un nombre común que significa "el Señor salva". Así como Josué guió a Israel hacia la tierra prometida (véase Jos 1:2), también Jesús guía a su pueblo hacia la vida eterna. El simbolismo de su nombre no se perdió en el pueblo de su tiempo, que tomó los nombres con seriedad y vio en ellos una fuente de poder. En el nombre de Jesús se sanó, se echaron fuera demonios y se perdonaron pecados.

1.32, 33 Siglos antes, Dios prometió a David que su reino sería para siempre ( 2Sa 7:16). Esta promesa se cumplió en la venida de Jesús, un descendiente directo de David, cuyo reinado continuará por la eternidad.

1.34 El nacimiento de Jesús de una virgen es un milagro que a muchos les resulta difícil aceptar. Estos tres hechos pueden ayudar nuestra fe: (1) Lucas era médico y sabía muy bien cómo se forman los bebés. Sería muy difícil creer en un nacimiento virginal como lo es para nosotros, pero sin embargo lo escribe como un hecho. (2) Lucas era un afanoso investigador que basó su Evangelio en informes de testigos presenciales. La tradición dice que habló con María relacionados con los hechos de los dos primeros capítulos. Esta es su historia, no una ficción. (3) Cristianos y judíos, que adoran a Dios como Creador del universo, debieran creer que El tiene poder para crear un niño en el vientre materno.

1.35 Jesús nació sin el pecado que entró en el mundo mediante Adán. Nació santo, justo; como Adán, fue creado sin pecado. En contraste con Adán, que desobedeció a Dios, Jesús obedeció y está en condiciones de ser nuestro sustituto para librarnos de las consecuencias del pecado y lograr que seamos aceptos de Dios ( Rom 5:14-19).

1.38 Una joven soltera encinta se arriesgaba al desastre. A menos que el padre de la criatura aceptara casarse con ella, había la posibilidad de que quedara sola para toda la vida. Si su padre la rechazaba, podría verse forzada a mendigar o prostituirse a fin de sobrevivir. Y María, con su historia de estar encinta por obra del Espíritu Santo, se arriesgaba también a que la consideraran demente. Con todo y a pesar de los posibles riesgos, María dice: "Hágase conmigo conforme a tu palabra". Cuando María lo afirmó, no se imaginaba la tremenda bendición que recibiría. Solo sabía que Dios le pedía que le sirviera y estaba deseosa de hacerlo. No espere ver qué bendición tendrá antes de ofrecerle su vida a Dios. Ofrézcase de buena gana, aun cuando los resultados de hacerlo parezcan desastrosos.

1.38 A través de las Escrituras vemos que el anuncio del nacimiento de una criatura provocaba diferentes reacciones. Sara, la esposa de Abraham, se rió ( Gen 18:9-15). Zacarías dudó ( Luc 1:18). Por contraste, María se sometió. Creyó las palabras del ángel y estuvo de acuerdo en tener al bebé, aunque fuera en circunstancias humanamente imposibles. Dios está dispuesto a hacer lo imposible. Nuestra respuesta a sus demandas no debiera motivar risa, temor ni duda, sino aceptación de buena voluntad.

1.41-43 Al parecer, el Espíritu Santo dijo a Elisabet que el hijo de María sería el Mesías, lo suponemos porque Elisabet al saludar a su joven parienta la llama "la madre de mi Señor". Al apresurarse para visitar a su parienta, María debió estar preguntándose si los acontecimientos de los días recientes serían reales. El saludo de Elisabet debió haber solidificado su fe. El embarazo de María pudo haber parecido imposible, pero su parienta sabia y anciana creyó y se regocijó.

1.42, 43 A pesar de que ella misma gestaba el tan esperado bebé, Elisabet pudo haber envidiado a María, cuyo hijo sería mucho más importante que el de ella; pero al contrario, estaba llena de alegría porque la madre de su Señor pudiera visitarla. ¿Ha envidiado a alguien que Dios, al parecer, distinguió para una bendición especial? Un remedio para el celo es regocijarse con esa persona, razonar que Dios usa a su gente y busca a aquel que encaje mejor en su propósito.

1.46-55 Este cántico a menudo se le llama el Magnificat, la primera palabra en la traducción del latín de este pasaje. Se usa mucho como base para música coral e himnos. Como Ana, la madre de Samuel ( 1Sa 2:1-10), María glorificó a Dios en un cántico por lo que El iba a hacer en favor del mundo a través de ella. Nótelo en ambos cánticos, Dios se describe como un defensor de los pobres, oprimidos y despreciados.

1.48 ¿Mostraba orgullo María cuando dijo: "Me dirán bienaventurada todas las generaciones"? No, ella reconocía y aceptaba el don que Dios le dio. Si María hubiera negado su posición increíble, manifestaría tener en poco la bendición de Dios. El orgullo es negarse a aceptar los dones de Dios, la humildad es aceptarlos y usarlos para alabarlo y servirlo. No niegue sus dones. Dé gracias a Dios por ellos y úselos para glorificarlo.

1.54, 55 Dios guardó la promesa que le hizo a Abraham de ser misericordioso con su pueblo por siempre ( Gen 22:16-18). El nacimiento de Cristo cumplió la promesa y María así lo entendió. No se sorprendió cuando su especial Hijo, al final anunció que era el Mesías. Conocía su misión aun antes de que El naciera. Algunas de las promesas de Dios dadas a Israel se hallan en 2Sa 22:50-51; Sal 89:2-4; Sal 103:17-18; Mic 7:18-20.

1.56 Debido a la dificultad de los viajes, las visitas prolongadas eran las normales. María debió haber sido de gran ayuda para Elisabet que experimentó las dificultades de un primer embarazo a su edad avanzada.

1.59 La ceremonia de circuncisión era un acontecimiento importante en la familia de un niño judío. Dios lo instituyó cuando comenzó a formar su nación santa ( Gen 17:4-14) y lo reafirmó mediante Moisés ( Lev 12:1-3). Todavía se practica hoy en los hogares judíos. Es un día de alegría cuando amigos y miembros de la familia celebran el advenimiento de un bebé que llega a ser parte del pacto de Dios con Israel.

1.59 La línea familiar y los nombres eran importantes para los judíos. La gente supuso con naturalidad que la criatura quizás no recibiría el nombre de Zacarías, pero al menos uno de la familia. Por eso se sorprendieron de que Elisabet y Zacarías desearan ponerle el nombre de Juan, como el ángel les dijo (véase 1.13).

1.62 Los familiares de Zacarías le hablaron mediante gestos porque al parecer estaba totalmente sordo, así como mudo, y no oyó lo que su esposa le dijo.

1.67-79 Zacarías alabó a Dios con sus primeras palabras después de meses de silencio. En un cántico a menudo llamado el Benedictus según las primeras palabras en la traducción latina del pasaje, Zacarías profetizó la venida de un Salvador que redimiría a su pueblo y predijo que su hijo Juan prepararía el camino del Mesías. Todas las profecías del Antiguo Testamento se concretaban. ¡Con razón Zacarías alabó a Dios! El Mesías vendría a su tiempo y escogieron a Juan para preparar el camino.

1.71 Los judíos esperaban con ansiedad al Mesías, pero pensaban que vendría para salvarlos del poder del Imperio Romano. Aguardaban a un Salvador militar y no a un Mesías de paz que venciera el pecado.

1.72, 73 La promesa de Dios a Abraham fue bendecir a todas las naciones a través de él (véase Gen 12:3). Esto se cumpliría mediante el Mesías, descendiente de Abraham.

1.76 Zacarías evocó cientos de años de la obra soberana de Dios en la historia, comenzando con Abraham y continuando por la eternidad. Luego, en un contraste tierno, personaliza la historia. Se escogió a su hijo para cumplir un rol especial en el drama de las edades. A pesar de poseer poderes ilimitados, Dios decidió obrar mediante humanos frágiles que empiezan como bebés. No minimice lo que Dios puede hacer a través de quienes confían en El.

1.80 ¿Por qué Juan vivió en el desierto? Los profetas buscaban la soledad del desierto para mejorar su crecimiento espiritual y enfocar su mensaje en Dios. Al estar en el desierto, Juan mostró su separación de los poderes económicos y políticos de modo que pudo dirigir su mensaje en su contra. También muestra su separación de los líderes religiosos hipócritas de su día. Su mensaje era diferente al de ellos y su vida lo


INUSITADOS METODOS DE DIOS
Una de las mejores maneras de comprender a Dios y su buena voluntad para comunicarse con las personas es notar las diversas formas que usa, algunas inesperadas, para dar su mensaje. Lo siguiente es un ejemplo de sus métodos y de la gente con la que se relacionó.
Jacob, Zacarías, María, pastores:

Método: Angeles Gen 32:22-32; Luc 1:13, Luc 1:30; Luc 2:10

Jacob, José, un panadero, un copero, Faraón, Isaías, los magos:

Método: Sueños Gen 28:10-22; Gen 7:5-10; Gen 40:5; Gen 41:7-8; Isa 1:1; Mat 1:20; Mat 2:12-13

Belsasar:

Método: Escritura en la pared Dan 5:5-9

Balaam:

Método: Asna que habla Num 22:21-35

Pueblo de Israel:

Método: Columna de nube y fuego Exo 13:21-22

Jonás:

Método: Tragado por un pez Jonás 2

Abraham, Moisés, Jesús en su bautismo, Pablo:

Método: Verbalmente Gen 12:1-4; Exo 7:8; Mat 3:13-17; Hch 18:9

Moisés:

Método: Fuego Exodo 3.2

Nosotros:

Método: Hijo de Dios Heb 1:1, 2