Comentario Biblico


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1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.

2 En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes,

3 vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová.

4 Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente,

5 y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre.

6 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.

7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.

8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.

9 Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.

10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila.

11 Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.

12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.

13 Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.

14 Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos.

15 Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados.

16 El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda.

17 Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban.

18 Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro.

19 Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.

20 Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.

21 Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.

22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.

23 Y debajo de la expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su cuerpo.

24 Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas.

25 Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas.

26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.

27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.

28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.


CAPITULO 1

Vers. 1-28. LA VISION DE EZEQUIEL JUNTO AL RIO QUEBAR. CUATRO QUERUBINES Y RUEDAS.

1. Y fué más bien, y aconteció, etc. Así como en Jos 1:1, esta expresión se refiere a la historia escrita en el pasado, también aquí; y en Rth 1:1, y Est 1:1. se refiere a la historia no escrita que había estado en la mente del escritor. Por medio de esta fórmula, por decirlo así, el profeta continúa la historia de tiempos anteriores. En el cuarto año del rey Sedequías ( Jer 51:59), Jeremías envió por medio de Seraías un mensaje a los cautivos (Jeremías cap. 29) en el cual los persuadía a que se sometieran a Dios y abandonaran sus vanas esperanzas de una pronta restauración. Esta comunicación fué hecha en el siguiente año, o sea el quinto, y el cuarto mes del mismo rey (porque el cautiverio de Joaquín y la accesión de Sedequías coinciden en cuanto al tiempo) y fué continuada más tarde por un profeta levantado de entre los cautivos mismos, el enérgico Ezequiel. a los treinta años es decir, contando desde el principio del reinado de Nabopolassar, padre de Nabucodonosor, la era del imperio babilónico, 625 años a. de J. C., la cual época coincide con el año décimo octavo de Josías, cuando fué hallado el libro de la ley y comenzó la reforma consiguiente [Scaliger], o a los treinta años de la vida de Ezequiel. Así como el Señor iba a ser un pequeño santuario (cap. 11:16) para los desterrados junto al río Quebar, así Ezequiel iba a ser el sacerdote en funciones; por lo tanto, él señala desde el principio de su ministerio su relación sacerdotal con Dios y con el pueblo; el final que describe el templo futuro explica el principio. Al designarse a sí mismo expresamente como sacerdote (v. 3), y habiendo llegado a los treinta años, el año en que los sacerdotes acostumbraban empezar su vida sacerdotal. Ezequiel declara su oficio como sacerdote entre los profetas. De esta manera la primera visión describe naturalmente la institución formal del templo espiritual en el cual él ha de ministrar [Fairbairn]. Chebar lo mismo que Chabor o Habor; es el lugar donde habían sido transportadas las diez tribus israelitas por Tiglath-pilneser y Salmanasar ( 2Re 17:6; 1Cro 5:26). El río Quebar desagua en el río Eufrates cerca de Carquemish o Circesio, trescientos kilómetros al norte de Babilonia. visiones de Dios Cuatro expresiones se usan en cuanto a la revelación hecha a Ezequiel, relacionadas las tres primeras con lo que le fué presentado desde afuera para asegurarle de su realidad, y la cuarta relacionada con su preparación personal e interior que le capacitó para recibir la revelación; los cielos se abrieron (así como en Mat 3:16; Hch 7:56; Hch 10:11; Ap 19:11); y ví visiones de Dios ; fué palabra de Jehová a Ezequiel (v. 3). La palabra de Jehová fué verdaderamente (siendo éste su significado, más bien, que expresamente, como indica la Versión Inglesa, v. 3) a él (no fué ninguna alucinación); fué allí sobre él la mano de Jehová ( Isa 8:11; Dan 10:10, Dan 10:18; Ap 1:17). El Señor, con su mano sobre él, lo fortaleció para que llevara a cabo su ministerio grande y arduo para que pudiera testificar e informar correctamente acerca de las revelaciones hechas a él.

2. transmigración del rey Joachín en el año tercero o cuarto de Joacim, padre de Joaquín, aconteció el primer destierro de los judíos llevados cautivos de Jerusalén a Babilonia, y entre ellos se encontraba Daniel. El segundo cautiverio ocurrió en el reinado de Joaquín, cuando fué llevado Ezequiel. El tercero y último se llevó a cabo cuando se tomó la ciudad de Jerusalén bajo Sedequías.

4. viento tempestuoso simbólico de los juicios de Dios ( Jer 23:19, Jer 25:32). venía del aquilón es decir, desde Caldea, cuyas fuerzas hostiles invadirían a Judea desde el norte. El profeta se imagina estar en el templo. un fuego envolvente abarcando todo lo que estaba cerca y atrayéndolo a sí mismo como para devorarlo. Literalmente prendiéndose a sí mismo , es decir, inflamándose. [Fairbairn]. La misma palabra hebrea se menciona en Exo 9:24, en donde se habla de fuego mezclado con el granizo . en derredor suyo un resplandor es decir en derredor de la nube. y en medio de en medio del fuego. como de ámbar centelleaba a manera de bronce muy pulido. Literalmente, el ojo , y de ahí la apariencia reluciente del metal pulido. La palabra hebrea chasmal se compone de dos raíces: liso y bronce (véase v. 7, y Ap 1:15) [Gesenius]. La Versión de los Setenta y la Vulgata traducen electrum , un metal brillante compuesto de oro y plata.

5. Ezequiel mismo era de una naturaleza gigantesca, y por lo tanto apto para contrarrestar el espíritu babilónico de aquel tiempo, que gustaba de manifestarse en formas gigantescas y grotescas. [Hengstenberg.] animales seres vivientes ; así se debía haber traducido el griego de un pasaje paralelo, Ap 4:6, y no animales , pues uno de los cuatro era un hombre, y un hombre no puede ser descrito como animal . El cap. 10:20 demuestra que eran querubines. semejanza de hombre El hombre, el más noble de los cuatro es el modelo ideal por el cual son formados los seres vivientes (v. 10; cap. 10:14). El punto de comparación entre el hombre y los animales que se mencionan, es la postura erguida de sus cuerpos, aunque sin duda incluye la apariencia general. También las manos (cap. 10:21).

6. No solamente había criaturas vivientes distintas, sino que cada una de ellas tenía cuatro rostros, haciendo un total de dieciséis. Los cuatro seres vivientes o querubines, corresponden, por contraste, a las cuatro monarquías mundiales representadas por cuatro animales , a saber: Asiria, Persia, Grecia y Roma (Daniel cap. 7). Los padres los identificaban con los cuatro Evangelios: Mateo el león, Marcos el buey, Lucas el hombre, y Juan el águila. Dos querubines solamente posaban sobre el arca en el templo; pero ahora se añaden dos más para dar a entender que aunque la ley se retiene como base, es necesario darle una nueva forma para impartirle nueva vida. El número cuatro puede corresponder a las cuatro partes del mundo, significando que los ángeles de Dios ejecutan sus órdenes en todas partes. Cada una de las cuatro cabezas tenía adelante el rostro de hombre, como el primario, y más prominente; a la derecha, rostro de león; a la izquierda, el de buey; detrás el de águila. Los querubines mosaicos eran similares, solamente que los rostros humanos fueron puestos mirándose uno a otro y mirando al mismo tiempo el propiciatorio, que estaba entre ellos, siendo formados los querubines de oro puro como también el propiciatorio. ( Exo 25:19-20). En Isa 6:2 se habla de los serafines que tenían seis alas, con dos de las cuales cubrían sus rostros, pero en este caso los serafines están al lado del trono; mientras que los seres vivientes de que habla Ezequiel, están debajo del trono. Allí Dios se digna consultarlos, y al hacerlo su condescendencia evoca en los serafines la humildad de tal manera que se cubren el rostro delante de él. En el relato de Ezequiel, los querubines de que habla, ejecutan los mandamientos divinos. El rostro expresa su inteligencia; las alas su rapidez en cumplir la voluntad de Dios. El Shekinah, o llama, que significaba la presencia de Dios. y la palabra escrita. JEHOVA, ocupaban el espacío existente entre los querubines. Gen 4:14, Gen 4:16; y 3:24 ( puesto , propiamente, poner en un tabernáculo ), que los querubines fueron designados, al caer en pecado el primer hombre, como símbolos de la presencia de Dios en un lugar consagrado, y que allí debía adorarlo el hombre. En la dispensación patriarcal, cuando el diluvio había causado la mudanza de los querubines del Edén, los serafines o terafines (dialecto caldeo) fueron hechos como modelos de aquéllos para uso doméstico ( Gen 31:19, margen 30). El silencio de Exodo en los caps. 25 y 26 respecto a la configuración de los querubines, en tanto que todo lo damás está minucíosamente descrito, se debe al hecho de que su forma era tan bien conocida a Bezaleel y todo Israel, por la tradición, que no era necesaria una descripción detallada. Por lo tanto, Ezequiel (cap. 10:20) inmediatamente los reconoce, porque los había visto repetidas veces en la madera tallada del santuario exterior del templo de Salomón ( 1Re 6:23-29). El profeta consuela, pues, a los desterrados con la esperanza de tener los mismos querubines en el templo renovado que se edificaría más tarde, y les asegura que el mismo Dios que habitó entre los querubines del templo. estaría también con su pueblo junto al Quebar. Sin embargo, debemos notar que en el templo que edificó Zorobabel no habia querubínes, de modo que el templo prometido por Ezequiel, si se toma literalmente, cuanto a él se refiere. pertenece al futuro. El buey es escogido como el principal de los animales domesticados, el león entre los salvajes, el águila entre las aves, y el hombre como la cabeza de todos, en su ideal verificado por el Señor Jesús, combinando así todas las excelencias del reino animal. Los querubines probablemente representan los poderes reinantes. por los cuales actúa Dios en el mundo natural y moral. Por consiguiente, a veces responden a los ángeles que ministran; otras veces, a los santos redimidos (la iglesia elegida). por quienes, de igual manera que por medio de los ángeles Dios gobernará al mundo en el futuro y proclamará su múltiple sabiduría ( Mat 19:28; 1Co 6:2; Ef 3:10; Ap 3:21; Ap 4:6-8). Los leones y bueyes entre las palmas y flores tallados en el templo, eran los querubines de cuatro rostros, que estando calcados sobre una superficie llana, presentaban solamente un aspecto de los cuatro que poseen. Los bueyes con alas, y cabezas humanas y los dioses con cabeza de águila, hallados en Nínive, esculpidos entre palmeras y flores con forma de tulipanes, fueron copiados de una tradición adulterada de los querubines colocados en el Edén cerca de los frutos y las flores de aquel jardín. Así también el becerro de Aarón ( Exo 32:4-5) y los becerros de Jaroboam en Dan y Bethel. fueron imitaciones cismáticas de los símbolos sagrados que se veían en el templo de Jerusalén; lo mismo podemos decir de las figuras de bueyes de Apis que aparecen en las arcas sagradas de Egipto.

7. pies … derechos es decir, piernas derechas, sin estar torcidas en alguna parte como ocurre con las patas del buey, sino derechas como las piernas del hombre [Grocio]. o como columnas sólidas que no pueden doblarse, y no como las piernas de hombre que se doblan de las rodillas. En lugar de caminar más bien se deslizaban: sus movimientos eran seguros, acertados y producidos sin esfuerzo. [Kitto, Enciclopedia.] planta de pie de becerro. Henderson supone por lo tanto que pies derechos significa que los pasos no se proyectaban hacia adelante como el pie humano, sino verticalmente como lo hace la pata de un buey. La sólida firmeza de la pata redonda de un buey parece ser el punto de comparación. centelleaban la apariencia resplandeciente , que indica la pureza de Dios.

8. Las manos de cada uno eran las manos de un hombre La mano es el símbolo del poder activo guiado por la pericia ( Sal 78:72). debajo de sus alas significando esto que sus actos o movimientos están escondidos de nuestra observación demasiado curiosa; y así como las alas significan algo más que lo humano, es decir, la secreta insinuación de Dios, también da a entender que son movidas por ella y no por su propio poder; por lo tanto, no hacen nada al azar, mas todo según sabiduría divina. y sus rostros y sus alas por los cuatro lados El profeta vuelve a indicar lo que ya había dicho en v. 6; esto explica por qué tenían manos en los cuatro lados. Se movían en la dirección que querían, no solamente por energía activa, sino también con conocimiento (expresado por sus rostros) y la dirección divina (expresada por sus alas ).

9. cada uno caminaba no tenían necesidad de darse vuelta cuando cambiaban de dirección, porque tenían un rostro (v. 6) mirando hacia cada uno de los cuatro puntos del cielo. No se equivocaban, y su trabajo no tenía necesidad de ser hecho de nuevo. Sus alas se extendían por encima juntándose por pares (véase v. 11).

10. la figura de sus rostros era rostro de hombre es decir, de frente. El rostro humano era el primero y el más prominente, y la parte fundamental del compuesto entero. Al lado derecho tenía el rostro de león: al izquierdo, el de buey (llamado querubín , cap. 10:14), y detrás, desde arriba, la cabeza de águila.

11. Las puntas de las dos alas abiertas se tocaban, mientras que las otras dos, en señal de temor reverente y humilde. formaban un velo que tapaba la parte inferior de sus cuerpos. extendidas por encima más bien, estaban partidas desde arriba (véase Margen. Isa 6:2. Nota). La unión de sus alas en la parte superior significa que aunque los movimientos de la providencia en este mundo pueden parecer confusos y antagónicos, sin embargo, si uno levanta sus ojos al cielo. verá que se ligan admirablemente para alcanzar al fin el objeto propuesto.

12. La misma idea encontramos en el v. 9. La repetición se debe a que nosotros, los seres humanos, somos tardos para llegar a reconocer la sabiduría de las acciones de Dios; ellas nos parecen tortuosas y confusas, pero todas tienden invariablemente a un mismo propósito. el espíritu el impulso secreto por medio del cual Dios mueve a sus ángeles hacia el fin designado. Ellos no se vuelven para atrás ni a los costados mientras no hayan cumplido la tarea que les ha sido encomendada.

13. la semejanza … parecer no es tautología. pues semejanza expresa la forma general, mientras que parecer . se refiere al aspecto particular de una cosa. carbones de fuego que denotan la justicia intensamente pura y ardiente por la cual Dios castiga por medio de sus ángeles a aquellos quienes. como Israel, se han endurecido contra su gran paciencia. Así también en Isaías cap. 6, en vez de querubines, aparece el nombre serafines , los encendídos o ardientes . termino que se aplica para indicar la justicia consumidora de Dios: y por lo que sus voces se dirigen a él. diciendo: ¡Santo! ¡santo! ¡santo! . y el carbón encendido se aplica a los labios del profeta porque el mensaje que pronunciaría iba a ser uno de separación judicial entre los fieles y los impíos, llevando a éstos a la ruina. hachones encendidos: discurría El fuego emitía chispas y relámpagos de luz, como hacen las antorchas, expresando el vigor maravilloso del Espíritu de Dios en todos sus movimientos, nunca descansando y nunca cansado. fuego resplandecía indicando así la gloria de Dios. del fuego salían relámpagos La rectitud y justicia de Dios al fin harán que un rayo de su ira caiga sobre los culpables; como ahora iba a ocurrir sobre Jerusalén.

14. corrían y tornaban El movimiento incesante e incansable de los querubines indica la plenitud de vida que poseen, así también en Ap 4:8, se dice que: no tenían reposo dia ni noche (Zec 4:10). a semejanza de relámpagos mejor dicho, distintos de relámpagos (v. 13); el relámpago de un meteoro o descarga muy extensa [Fairbairn].

15. una rueda la altura espantosa de la rueda (v. 18) indica la energía gigantesca y terrible de las revoluciones complicadas de la providencia de Dios en cumplir sus propósitos con certeza inequívoca. Una rueda aparecía transversalmente dentro de la otra, para que el movimiento se efectuara sin dar ninguna vuelta dondequiera que avanzaran los querubines (v. 17). De esta manera cada rueda se componía de dos círculos, uno dentro del otro en ángulos rectos, uno solo cuales los cuales parecía tocar la tierra, de acuerdo con la dirección en que quería moverse el querubín. a sus cuatro caras es decir, de acuerdo con sus cuatro caras o lados; puesto que había un lado o dirección por cada uno de estos cuatro animales, también había una rueda para cada uno de sus lados [Fairbairn]. Los cuatro costados, o semicírculos de cada rueda compuesta apuntaba, del mismo modo que los cuatro rostros de cada uno de estos animales, a los cuatro puntos cardinales de los cielos. Havernick atribuye o relaciona la palabra sus a las ruedas. Los querubines y sus alas y ruedas estaba puestos en contraste con las figuras simbólicas, algo parecidas, que existían entonces en Caldea, figuras encontradas en las ruinas de Asiria. Dichas figuras aunque derivadas de la revelación original por la tradición, vinieron por vías corrompidas a simbolizar al zodíaco astronómico, o el sol y la esfera celestial, por un círculo con alas o irradiaciones. Pero los querubines de Ezequiel se levantan por encima de los objetos naturales, los dioses de los paganos, para representar al Dios verdadero quien los hizo y continuamente los sostiene.

16. apariencia … su obra su forma y el material de su trabajo. topacio o sea la apariencia fulgurante de la piedra de Tarsis. el crisólito o topacio traído de Tarsis, o Tarteso en España. Fué una de las joyas engastadas en el efod del sumo sacerdote ( Exo 28:20; Son 5:14; Dan 10:6). las cuatro tenían una misma semejanza la semejanza de las ruedas entre sí, pone de manifiesto que no hay ninguna desigualdad en todas las obras de Dios; que todo tiene una analogía y proporción hermosas.

17. se movían sobre sus cuatro costados Esto es, aquellos rostros o costados de las cuatro ruedas, los cuales se movían correspondiendo con la dirección hacia donde quería moverse el querubín; mientras que los círculos transversales en cada una de las ruedas compuestas, permanecían levantados del suelo para no impedir los movimientos de los demás.

18. cercos es decir, circunferencias de las ruedas. ojos la multiplicidad de ojos aquí en las ruedas y (cap. 10:12) en los querubines mismos, simboliza la plenitud de vida inteligente, siendo el ojo la ventana por la cual miraba el espíritu de los animales en las ruedas (v. 20) (véase Zec 4:10). Así como las ruedas significan la providencia de Dios, así los ojos dan a entender que él ve todas las circunstancias de cada caso, y que no hace nada por impulso ciego.

19. andaban junto a ellos iban a su lado.

20. Hacia donde el espíritu era que anduviesen su voluntad era ir donde el espíritu iba. se levantaban tras ellos más bien, al lado de o junto a ellos. espíritu de los animales que indica colectivamente los seres vivientes ; los querubines. Habiendo primeramente observado los querubines por separado, ahora el profeta los observa juntos como una sola criatura en la cual reside el Espíritu. La vida señalada es esa vida relacionada con Dios, santa y espiritual en toda la plenitud de su poder activo.

21. se levantaban … tras ellos iban juntamente [Henderson,] o al lado [Fairbairn.]

22. sobre las cabezas mejor dicho, por encima de las cabezas [Fairbairn.] expansión a manera de cristal cristal maravilloso y terrible que encandilaba al que miraba.

23. derechas erguidas [Fairbairn], extendidas hacia arriba. dos … dos … se cubrían sus cuerpos no es, según parece, una contradicción al v. 11. Las dos alas extendidas hacia arriba, aunque utilizadas principalmente para volar, sin embargo, hasta la parte superior de la figura donde se separaban una de otra, cubrían la parte superior del cuerpo, mientras que las otras dos alas cubrían la parte inferior.

24. voz del Omnipotente el trueno ( Sal 29:3-4). ruido de muchedumbre la voz del que habla o sonido de tumulto como en Jer 11:16. De una raíz árabe que significa la impetuosa acometida de una lluvia fuerte. Voz, como de un ejército . ( Isa 13:4; Dan 10:6).

25. aflojaban sus alas mientras el Omnipotente hacía oír su voz, dejaban caer con reverencia sus alas, para escuchar silenciosamente su comunicación.

26. La Deidad aparece aquí a la semejanza de la humanidad entronizada, como en Exo 24:10. Al lado del embaldosado de zafiro semejante al cielo cuando está sereno allí, tenemos aquí el trono y Dios como un hombre con la apariencia de fuego alrededor . Esto último era un preludio de la encarnación del Mesías, pero en su carácter de Salvador y Juez ( Ap 19:11-16). El zafiro azul representa el color del cielo. Así como otros son llamados hijos de Dios , pero él es el Hijo de Dios , así algunos son llamados hijos del hombre (cap. 2:1, 3), mas él es el Hijo del hombre ( Mat 16:13), siendo el representante corporal de la humanidad y toda la raza humana así como también por otra parte él es el representante de toda la plenitud de la divinidad ( Col 2:9). Mientras que los querubines son movibles, el trono que está encima, y Jehová quien los mueve, son firmes e inmovibles. Estas son buenas nuevas para el hombre, el que el trono allí arriba está ocupado por uno que aun en tal lugar tiene la semejanza de un hombre .

27. como de ámbar el brillo abismal [Fairbairn]; véase nota v. 4; o sea centelleo de bronce [Henderson]. El Mesías se describe aquí como en Dan 10:5-6; Ap 1:14-15.

28. el arco … el día que llueve símbolo del pacto seguro de misericordia hacia el pueblo de Dios recordado a la hora del juicio sobre los malvados, del mismo modo que ocurrió en el diluvio en los días de Noé ( Ap 4:3). Como si se enarbolara desde el trono del Eterno un estandarte de paz, asegurando a todos que el propósito del cielo era preservar en vez de destruir. Aun cuando la obra divina necesitase un diluvio de ira, la fidelidad de Dios brillaría al fin más fuerte todavía en favor de los hijos de la promesa como resultado de las tribulaciones necesarias para prepararlos para recibir el bien final [Fairbairn] ( Isa 54:8-10). caí sobre mi rostro la actitud correcta, espiritualmente hablando, antes de entrar en cualquier obra activa para Dios (cap. 2:2; 3:23, 24; Ap 1:17). En este primer capítulo Dios reunió en una visión la substancia de todo lo que ocuparía la actividad profética de Ezequiel; así como también fué hecho posteriormente en la visión preliminar del Apocalipsis, que tuvo San Juan.