Comentario Biblico


A A



1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,

6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,

7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,

8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;

12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,

26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;

29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.


I. INTRODUCCION, 1:1-11

Colosenses es como cualquier otra carta. Está formada por un saludo, un cuerpo y una despedida. El saludo o introducción es bastante largo, algunos inclusive sostienen que esta introducción va hasta 2:5. Así, el comentarista Lohse sostiene que en esta introducción tenemos el saludo (1:1, 2), el buen estado en que se halla la comunidad (1:3-8), una petición con un himno (1:9-20), aplicaciones a la comunidad (1:21-23) y algo acerca del ministerio del Apóstol (1:24-2:5). Por razones de simplificación nosotros hemos dividido esta larga introducción; la trataremos hasta 1:11. De allí en adelante la estudiaremos como parte del cuerpo o el tema de la carta.

1. Saludo 1:1, 2

Aquí nos enfrentamos al primer desafío de la carta. Un saludo pastoral que merecería una atención aparte; veremos los puntos fundamentales. Pablo, una personalidad apasionante que invita a un estudio aparte, escribe no como un hermano de la iglesia , está escribiendo como un ministro eclesiástico , conocido como tal y también por los colaboradores de él, en este caso el hermano Timoteo. Pablo aclara y especifica el derecho que tiene para escribir la carta: Su autoridad radica en que él es apóstol.

Avanzando un poco nos dice que él es apóstol... por la voluntad de Dios, un sentido de vocación y llamado que predominó en Pablo y que ya se está poniendo a un lado en nuestra época de profesionalismo. Pablo siempre estuvo consciente de su llamamiento y bajo esta convicción realizó todo su ministerio. No era apóstol por capacidad, conveniencia o necesidad de empleo o posición, era apóstol por la voluntad de Dios ( Rom 1:1). En el saludo está incluido su discípulo Timoteo, otra personalidad que merece nuestro estudio. Timoteo no es apóstol, es hermano, título diferente pero no menos importante. Hace énfasis en una relación de creyentes, que también tiene con toda la iglesia (v. 2), a quienes posiblemente no había visto antes.

Saludo : "Gracia" Rom 1:2

Gracia es favor, pero no a personas merecedoras, como la madre. Tampoco es favor inmerecido, como el que se hace al pobre mendigo. Gracia es favor más excelso, favor desmerecido, como el que se hace a un malvado que ha dado muerte miserablemente a un ser querido, y que en vez de inferírsele el castigo que se merece, se le otorga perdón y se le colma de bondades. Este es el significado del vocablo excelso gracia del saludo que nos recuerda la infinita misericordia de Dios para con nosotros, enemigos de él en malas obras, al perdonar nuestros delitos y pecados, mediante el sacrificio de Cristo en la cruz, en pago de nuestras culpas.

Hay algunos elementos destacables en el v. 2. En Romanos, Filipenses y Colosenses Pablo hace un énfasis mayor en los individuos que en las congregaciones, comparando con las cartas escritas en un tiempo más temprano de su ministerio: Tesalonicenses, Corintios y Gálatas en donde muchas veces es un tanto despersonalizado. La iglesia es de individuos a quienes escribe, pero parece que Pablo se daba cuenta de que ahora las iglesias estaban constituyéndose más en una institución religiosa, perdiendo el significado de la individualidad de cada creyente.

Los colosenses son santos y fieles: dos calificativos que no significaban ninguna característica especial, apenas son sinónimos de creyentes. Santos hace sobresalir la idea de que son apartados para Jesucristo, es decir que como creyentes deben vivir de acuerdo con esta santidad; lo mismo se puede decir de fieles: Creyentes que deben manifestar su condición de tales en el mundo. Con este título nos unimos a aquel pueblo fiel descrito en el AT ( Ex 19:5-6). Pablo dice que este estado no es por nuestro esfuerzo, sino solamente en Cristo.

Su saludo termina uniendo la fórmula griega (gozo = cahiro G5463) que lo ha cristianizado (gracia = cahris G5485), con el saludo hebreo shalom, traducido paz (eiréne G1515). Estas cosas no son subjetivas sino que la gracia se convierte en amistad con Dios, la paz es la tranquilidad, una posesión de los dones divinos. La gracia no es un mero sentimiento de Dios, sino un regalo de Dios por medio de Jesucristo; la paz no es un estado de ánimo, una paz del espíritu, sino paz objetiva, algo que podemos ver y que debemos hacer ( Mat 5:9).

Los siguientes versículos se pueden dividir en dos secciones: la primera en la que Pablo da gracias a Dios ( Mat 1:3-8), y la segunda en la que Pablo no cesa de orar y pedir ( Mat 1:9-11); una acción de gracias y una petición.

2. Acción de gracias 1:3-8

Estos versículos no son presentados como una serie de conceptos o definiciones, sino que fluyen dependiendo el uno del otro. Son una especie de grada, cada idea se va desarrollando en la siguiente.

Las acciones de gracias van dirigidas al Padre, el autor de la gracia y la paz, el autor de todo, quien nos ha dado todo ( 1Co 3:7). Pero también no es el Dios que tiene a Jesucristo como un dios , sino que Jesucristo, la segunda persona de la trinidad, es el Señor, el dueño de todo. Es a Dios a quien se dirige su oración por medio de Jesucristo el Señor; esta es la fórmula de las oraciones en las primeras comunidades cristianas. Esta oración se realiza ya que habían recibido buenos informes de parte de Epafras de lo que estaba sucediendo. Pablo era realista: Hay cosas buenas pero también hay cosas malas y hay que decir las dos sin temor ni vergüenza.

Inmediatamente Pablo considera lo que algunos han llamado las virtudes teologales del cristiano: amor, fe y esperanza; aquí las presenta de una manera diferente. Las dos primeras son una unidad y la tercera no se expresa como virtud, sino como la causa para las dos primeras. La fe y el amor están fundamentados en la esperanza ( Heb 6:19).

La fe de los colosenses no era solamente fe , sino fe en Cristo Jesús (v. 4a). Esta fe no se limita a lo que uno cree o quiere obedecer y se sujeta, sino que es una forma de vivir. Cristo es la esfera en la que se ejercita la fe; es una unión vital con Cristo. Por eso Pablo no usa la forma común de creer en (eis) Cristo o hacia Cristo, sino creer en (en) Cristo o dentro de Cristo. La fe en Cristo es una forma de vivir (1Th 1:3). Por eso el segundo elemento de la trilogía que estamos considerando es el amor. La fe solamente actúa en el amor ( Gal 5:6). Tenemos que desterrar de nuestra mente la fe etérea e irreal. La fe verdadera es la que se ve, principalmente en el amor, el amor que se tiene hacia los hermanos. De esta manera se puede decir que el vínculo entre los creyentes no son meros sentimientos o cosas espirituales ; el vínculo entre los creyentes es el amor que se refleja en hechos. En el v. 4 Pablo ha entrado ya en un primer aspecto de la vida comunitaria de una congregación: el amor objetivo.

Deberes para con el evangelio 1:5-7

1. Oírlo.

2. Fructificar en él.

3. Permitirle que crezca.

4. Aprender por medio de los siervos del Señor.

La esperanza se halla definida más tarde como Cristo mismo (1:27). Así eliminamos de raíz aquellas nuevas ideas que tratan de definir la esperanza como un optimismo por la vida, o tal vez como un triunfalismo o sencillamente como ciertos eventos que uno quiere que sucedan. Esta esperanza es la salvación que se aguarda y que tenemos reservada en los cielos, definida más ampliamente en Rom 8:24-25. Se debe aclarar que esta esperanza no es algo nebuloso que aguardamos sino una certeza: Un reino que ya ha irrumpido en la humanidad por intermedio de la persona, ministerio y obra de Jesucristo, al que ya hemos sido trasladados. Inmediatamente Pablo nos dice que esta esperanza ya ha sido anunciada en el evangelio que es definido como verdad. El evangelio tiene como contenido básico una promesa hecha en el AT, un cumplimiento en Jesucristo y una esperanza en su segunda venida.

El evangelio no puede ser resumido en una frase y Pablo no pretende hacerlo, apenas da ciertas cualidades. Ya hemos dicho que es verdad, en su esencia es verdadero, real, no fantasioso. Luego lo describe diciendo que este evangelio ha llegado a ser parte de los colosenses, que está presente en el interior de cada creyente. Estamos hablando de un evangelio dinámico, tan dinámico que está llevando fruto y creciendo. Debemos pensar aquí que nos está hablando del evangelio, más tarde en el v. 10, donde se usan estas mismas palabras, nos habla de las personas. Primeramente, y antes de pensar en ellas dando fruto y creciendo, debemos pensar que es el evangelio mismo el que da el fruto y crece. No olvidemos que primero es Dios el que actúa y él mismo es el que da el crecimiento.

Pablo nos habla de dos ambientes en donde el evangelio ha actuado: en todo el mundo y entre vosotros (v. 6). El primero no es tanto un sitio geográfico; está hablando de este siglo presente en donde Satanás es el que gobierna. Es en este mundo donde ha penetrado el evangelio, que fuera de la iglesia se mueve poderosamente. Otro ámbito de su obra es el grupo de creyentes. El evangelio no es solamente un mensaje para el no creyente, es el mensaje para el creyente en donde crece y lleva fruto.

En los vv. 6 y 7 hay también una progresión: Oísteis... comprendisteis... aprendisteis. No es suficiente recibir sonidos, es indispensable escuchar con atención pero sobre todo hay que penetrar con inteligencia en los conceptos (epiginosco G1921); solamente así podemos decir que hemos aprendido. Al poner en práctica lo que se oye y lo que se comprende estoy viviendo el evangelio. Se cierra el círculo diciendo que la esencia del mensaje del evangelio es la gracia. No hay mérito humano, de allí toda esta gran acción de gracias.

Finalmente llegamos al instrumento humano en la transmisión del evangelio: Epafras. Mucho se ha dicho de él y mucho se discute de su identidad. Podemos decir a ciencia cierta que era compañero de prisión de Pablo ( Film. 23), pero sobre todo era un consiervo, título que se le asigna al mismo Pablo ( Rom 1:1) y que los une con los grandes personajes del AT como Moisés ( Jos 1:2) o a los profetas (Amo 3:7). Es también un fiel ministro. No sabemos más de Epafras pero aquí tenemos mucho para imitar.

Esta acción de gracias termina mencionando a la tercera persona de la Trinidad. Los colosenses se aman en el Espíritu (v. 8), el único que puede producir un verdadero amor entre los creyentes ( Gal 5:22). Nuevamente no es un amor basado en simpatía y conocimiento, sino un amor que nace del Espíritu Santo.

Andando como es digno del Señor 1:10

1. Agradándole en todo.

2. Llevando fruto en toda buena obra.

3. Creciendo en el conocimiento de Dios.

3. Petición, 1:9-11

Lo primero que llama la atención es la repetición del verbo orar (vv. 3, 9). Pablo oraba, esta es la lección mayor del pasaje. Al recorrer las líneas del pasaje se ve cómo deben ser nuestras oraciones por nuestras iglesias de hoy. Algunos piensan que aquí hay solamente repeticiones de formalismo, pero sin duda estamos frente a un modelo de oración.

En la oración de Pablo hay dos propósitos: ser llenos de la voluntad de Dios y andar como Dios se merece. La primera parte está saturada de términos que parecen abstractos, pero no lo son. Seahis llenos implica un control sobre el individuo (Eph 5:18). Este control debe ser del conocimiento (epígnosis G1922, sobreconocimiento ), que es una palabra clave de esta carta, y que se usa en 1:9, 10; 2:2 y 3:10. Este es un conocimiento más profundo y completo en contraste con el simple conocimiento que algunos se habían puesto como meta y propósito de su vida. Este sobreconocimiento , que no era un mero discernir conceptual, sino un conocimiento personal de Dios, brota del trato experimental con una persona más que con un concepto (Grossi). Estamos hablando de conocer la voluntad de Dios. Esto es más que hablar y pedir a Dios, es que estemos atentos al mensaje que él tiene para nosotros. Este tema lo desarrolla Pablo en otros pasajes como Rom 12:1-2; Eph 5:17; Eph 6:6; Gal 4:12 y 1Th 4:3; 1Th 5:18.

Además, el conocimiento debe estar saturado de sabiduría (sofía G4678). Esta es otra palabra clave de Colosenses:1Th 1:9; 1Th 1:29; 1Th 2:3; 1Th 3:16 y 4:5). Esta sabiduría se revela en Jesucristo y también la plena comprensión o inteligencia. La voluntad de Dios no es algo místico e inexplicable sino algo que puede ser razonado. Todo esto es espiritual, es decir controlado y guiado por el Espíritu Santo. No se trata de una sabiduría y comprensión humanas, es algo que se origina en el Espíritu Santo ( 1Co 2:6-16).

El segundo propósito es que andéis como es digno del Señor (v. 10). El tema del andar es prominente en el NT, enseñando que la vida del cristiano no es solamente agradable a Dios en las cosas de la iglesia , sino en todo. Nuestra vida en forma completa debe serle agradable; el creyente que anda en la voluntad de Dios lo muestra en su comportamiento en el diario vivir, principalmente fuera de la comunidad cristiana congregada para adorar. Esto es precisamente lo que nos dice a continuación: de manera que produzcahis fruto. Esto no es solamente ganar personas para Cristo, sino sobre todo y antes que nada es hacer toda buena obra. El creyente que está caminando dignamente hace buenas obras y deja ver a las personas que el Espíritu Santo y Jesucristo están obrando en él (Joh 15:1-17; Gal 5:22), y también está creciendo en el conocimiento de Dios, es decir en una relación personal con él.

Finalmente no nos exige sólo a nosotros, sino que Dios ha hecho ya mucho y nos da las herramientas para salir adelante: fortalecido con todo poder (v. 11), es decir dejando que el poder del Espíritu Santo fluya en nuestra vida (Eph 1:19-23). Este poder que tenemos opera según su gloria, es decir según la suma de todas las perfecciones divinas (Eph 3:14-21). Dios nos ha dado toda la capacidad; dependerá de nosotros que produzca perseverancia (upomoné G5281), la capacidad de salir triunfante en los conflictos y paciencia (makrothumía G3115), el espíritu que espera lo mejor aunque esté en conflicto. Y por último vivir con gozo (carah G5479); no nos demanda entonces un sufrimiento estoico.

II. SALVACION EN CRISTO, 1:12-2:10

Luego de la larga introducción que ha incluido los saludos pertinentes, las acciones de gracias y finalmente las peticiones, el autor comienza a desarrollar el tema de la carta. ¡Qué mejor manera de iniciar la discusión que afirmar la salvación que tenemos en Cristo! De ella nos va a hablar en forma detallada, empezando con una descripción del acto salvífico en sí mismo, en donde encontramos enclavado uno de los himnos cristológicos más importantes del NT. Luego trata sobre su compromiso con la salvación y los salvados para terminar esta sección en 2:6-10 con ciertas implicaciones prácticas de todo el acto salvífico.

Se debe haber notado que nos hemos apartado de la puntuación de RVA y hemos preferido seguir la puntuación del Nuevo Testamento griego de SBU. Hemos incluido la frase con gozo en el v. 11, porque allí se completa la simetría en las cuatro frases preposicionales en el griego, que están modificando a la forma verbal que seahis fortalecidos, a saber: con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia y con gozo.

1. El acto salvífico, 1:12-23a

Una nueva forma con un participio inicia este párrafo. Es la misma palabra con que comienza el v. 3, damos gracias. La mejor forma de explicarnos un acto de salvación por gracia y solamente por gracia es empezando con una palabra de gratitud hacia el Padre. Esta gratitud es básica y fundamentalmente porque nos hizo aptos. La palabra usada aquí (ikanóo G2427) sólo aparece además en 2Co 3:6, en donde se traduce nos capacitó, lo que aclara el sentido de este pasaje. La gratitud al Padre es debido a la capacitación que nos ha dado para recibir la herencia. Doble gracia: capacitación para recibir y la herencia misma (note que hemos preferido nos en lugar de os la variante textual que nos ofrece la nota de RVA). La terminología usada aquí tiene un corte veterotestamentario, para referirse a lo que recibimos. Sin duda, esta herencia colectiva hace referencia al ámbito del más allá de la salvación, por la connotación que tiene la palabra luz en el contexto (ver Eph 1:18).

Mucho se ha hablado sobre el himno cristológico. El comentarista Bornkamn sostiene que se trata de un himno de acción de gracias que se conocía desde mucho tiempo antes de Pablo y que se cantaba en lo que llamamos la cena del Señor. La mayoría concuerda en que este material no tuvo origen en Pablo, sino que él usó algo que ya tenía la iglesia del primer siglo. No sabemos por cierto si esto fue o no fue así, pero sí podemos confirmar que si no lo conocían antes, después que Pablo escribió a los colosenses este himno fue muy popular entre los creyentes.

Su estructura también ha sido muy debatida. El comentarista Lohmeyr propone una estructura que me parece muy reconciliadora: dos estrofas de siete esticos cada una y una declaración de tres esticos a manera de introducción.

Notamos entonces que el himno tiene una declaración para luego cantar a Jesucristo como mediador de la creación, luego otra declaración y un nuevo cántico a Jesucristo como mediador de la redención. Este es un himno cristológicocósmico, es decir que estamos frente a un Cristo que es el redentor pero también a un Cristo que está actuando en el mundo aquí y ahora. Hay un equilibrio perfecto entre los dos conceptos. Pablo, al usarlo aquí, pretende afirmar el valor cosmológico de Cristo frente al sistema que habían levantado los colosenses, poniendo al Salvador a un lado o compartiendo su puesto con alguien o algo más. Este himno constituye el centro de toda la carta y es un reflejo de toda su teología.

Me parece importante seguir en este punto a D. Senior quien ve en el himno cuatro aspectos de la cristología cósmica: El himno da al Cristo resucitado un papel central en toda la creación. La conexión que se establece entre el señorío de Cristo sobre el cosmos y su señorío sobre la iglesia es preponderante. El énfasis está en la reconciliación universal mediante la muerte y la resurrección de Jesús. El señorío cósmico de Cristo conduce no sólo simple o primariamente a una naturaleza renovada, sino también a una humanidad renovada. Podemos afirmar que estos cuatro aspectos abren la puerta para una teología bíblica misionológica de Pablo, que constituye una de las inquietudes de nuestro continente que se despierta a la tarea misionera mundial.

Procedamos a analizar el himno siguiendo la estructura mencionada. La declaración inicial la podemos dividir en tres frases que indican lo que ha hecho Dios por nosotros. La primera frase nos dice que Dios ha hecho un acto de liberación. Estas palabras implican un acto de rescate de una situación muy conflictiva. Esta situación de conflicto se da al estar bajo el poder de las tinieblas. Autoridad aquí se usa como sinónimo de tiranía. Se puede ver esta frase usada en Luk 22:53 donde está presente la idea de desorden. La terminología de este pasaje nos recuerda que el creyente antes de serlo estaba esclavizado al pecado, que la naturaleza pecaminosa nos tenía cautivos, pero ahora en Cristo Jesús nos ha otorgado libertad de esta situación y nos ha traído a la luz. El grito de victoria es que esta frase y la siguiente declaran que la liberación y el traslado al reino es una acción terminada y pasada.

Esto nos conduce a la segunda frase. La obra del Padre no solamente ha sido la de sacarnos, sino también la de meternos. En el original es fuerte el énfasis con las dos preposiciones opuestas: Nos saca desde adentro (ek) para trasladarnos hacia adentro (eis). La vida del cristiano no es solamente abandonar algo, sino también comprometerse en algo. Regresemos al texto. El traslado que ha sucedido en el creyente es de una tiranía hacia el reino. La figura que se tiene en mente con la palabra trasladar es la costumbre que se tenía en los reinos orientales de llevar cautivos a un grupo de personas para que se encontraran más controladas en otro reino.

El reino es posiblemente el tema central del NT. El reino de Dios, descrito ahora como reino de su Hijo amado (v. 13), se refiere aquí al reino de Cristo y no al reino de Dios por el énfasis cristológico de la epístola. No es un reino de ángeles o de sencillas criaturas, es el reino del Hijo. La traducción literal de esta última parte sería el Hijo de su amor , es decir en quien ha depositado su amor tan especial.

Aquí debemos hacer un alto para mencionar algo más sobre el reino. Permítanos mencionar un concepto desarrollado por René Padilla quien dice que reino es el poder de Dios en acción entre los hombres por medio de una persona y su ministerio . Este fue el mensaje anunciado en el AT, fue el contenido del evangelio que llegó en Jesucristo, que se manifestó visiblemente en sus milagros y en sus reprensiones a los demonios como símbolo de que su poder ahora ya está actuando en el mundo. El reino de Dios ha irrumpido en la historia y demanda de nosotros tener un real compromiso que nos traerá conflicto con los valores del mundo. Finalmente nos recalca que este traslado ya sucedió, no debemos esperar solamente un fin escatológico para disfrutar y vivir en el reino. Sí, estamos esperando su cumplimiento pleno, pero ahora ya estamos viviendo en el reino. Como alguien ha dicho, tenemos que vivir el todavía no del reino en el ya del reino.

La tercera frase de esta primera declaración nos habla en forma concreta de la obra de Cristo. El cómo es que podemos disfrutar del traslado descrito en el v. 13; lo tenemos, es una declaración de certeza, sólo por la obra del Hijo. La figura de cautividad continúa; ya no es un asunto de historia, ahora el énfasis con la redención es el ser filántropo o movido a misericordia. Se ha pagado un rescate para lograr la libertad. El esclavo o cautivo no puede negociar su libertad, de allí que él necesita una intervención externa para solucionar el problema. Esta frase no da ninguna ocasión para discutir sobre la persona a quien se paga el rescate. Entrar en ese punto sería intrascendente, debido a que inmediatamente se dice en qué consiste esta redención por medio del uso de una frase apositiva. La redención, entonces, es el perdón de los pecados, eso es lo céntrico; no queremos decir que son sinónimos, sino que en las dos tenemos la obra de Cristo en beneficio nuestro.

La declaración ha terminado, es el momento de pasar a ver la primera estrofa del himno que nos habla de una exaltación al mediador de la creación. Las dos primeras líneas (v. 15) nos dicen quién es este mediador: El es la imagen y él es el primogénito. Analicemos estas frases.

La primera es un rompimiento del sistema lógico: él es imagen de algo que no se puede ver; lo lógico es que él fuera la imagen de algo que se puede ver. Muchos consideran a Dios como un ser distante, pero Pablo nos dice que se ha acercado a la creación en su imagen: Jesucristo. Esto quiere decir que Jesucristo es la verdadera y máxima revelación del Padre (Joh 1:18); el rostro invisible de Dios se hizo ver a los ojos de los hombres en el rostro de Jesús. El mismo Jesús dijo a Felipe: El que me ha visto, ha visto al Padre (Joh 14:9). Pero el concepto de imagen (eikón G1504) entre los judíos estaba relacionado también con el concepto de sabiduría como una dimensión mediadora que tomaba rasgos personales. Ella se personificaba y era la imagen de Dios. Remitimos al lector a los libros de sabiduría del AT. La expresión imagen es frecuentemente usada para explicar lo que es el lógos (Joh 1:1) en las obras de Filón.

Hay que notar también el uso del tiempo presente él es, no fue, ni será sino es, hablándonos de un Cristo preexistente, un Cristo eterno que ahora ha llegado a la creación.

La siguiente línea nos presenta un problema. Algunos ven aquí a Jesucristo como el primer ser creado, pero no es así. Gramaticalmente no se trata de un genitivo de origen ( Col 1:18) o de posesión, sino de un genitivo de referencia, que se podría traducir así: Primogénito con referencia a toda la creación. Pero también para entender esta frase debemos verla a la luz del AT. El primogénito no era necesariamente el primer nacido, sino más bien era un título con ciertos privilegios que se daba a un hijo. El era el representante del padre de familia, el que recibía todo y el responsable de administrar los bienes del padre. Esto se ve muy claramente ilustrado en la historia de Jacob y Esaú, y cómo el segundo perdió su primogenitura o sus privilegios. La palabra primogénito (protótokos G4416) a más de hablarnos de prioridad o de ser el primero, también hace referencia a su soberanía sobre toda la creación. Entonces Jesucristo no es el primer creado, sino el que está sobre toda la creación.

Las líneas siguientes nos dan las dos razones por las que él tiene esta primogenitura de la creación (v. 16ae). En él (en auto) fueron creadas todas las cosas: significa que todas las leyes y propósitos que guiaron la creación residen en él (Lightfoot). La palabra eterna, aquel que es la imagen, el Cristo, es el punto de reunión de toda la creación. No hay un solo elemento que escape de su soberanía. Si hablamos de cosas que están en nuestro contorno, él es el creador; si hablamos de cosas que están fuera de nuestra realidad presente, él es el creador, de lo que vemos y de lo que no vemos. Luego pone en la lista de lo que ha sido creado en Cristo a una jerarquía angélica (ver el uso que se da a estas palabras en pasajes paralelos como Eph 1:21 y 6:12); también es la interpretación aceptada por la mayoría de los eruditos y además es la terminología seguida en la angelología judía.

No debemos buscar aquí ninguna explicación fantástica sobre lo que es cada uno de estos ángeles. Sólo se reconoce que estos seres espirituales, en quienes parece que los colosenses confiaban, no son potencias metafísicas independientes en el sentido del dualismo. Están destinadas, a priori, a ser sometidas a Cristo.

Declaraciones de la deidad de Cristo 1:15-23

1. Cristo es la imagen del Dios invisible, v. 15a.

2. El es el primogénito o principio de la creación, v. 15b.

3. El es el creador del universo, v. 16.

4. El es eterno, antes de todo, v. 17a.

5. El es el sustentador de todas las cosas, v. 17b.

6. El es la cabeza de la iglesia, v. 18.

7. El es el primogénito de los muertos, o de la resurrección, origen de la nueva vida, v. 18b.

8. En él habita toda la plenitud de la Deidad, v. 19 (2:9).

9. El es el reconciliador de la humanidad consigo mismo, vv. 20, 21.

10. El es el santificador de la raza pecadora, vv. 22, 23.

La segunda declaración que introduce la segunda estrofa es un cántico a Jesucristo como mediador de la redención. Este derecho a ser llamado como tal, comienza en la afirmación de que todo fue creado por medio de él y para él (v. 16). Una combinación similar se usa en Rom 11:36. El énfasis que se hace aquí es que él es el alfa y también la omega de la creación, no solamente el principio sino también el final ( Apoc 22:13). Aquí hay una observación interesante. En el comienzo del v. 16 se usó el verbo crear en tiempo aoristo, que indica una acción terminada y describe el acto de la creación; ahora, al final del v. 16 se usa el tiempo perfecto, que significa una acción realizada pero que continúa hasta el presente: la creación se sigue relacionando con el Creador.

La siguiente línea de la declaración sigue afirmando más acerca de Jesús. Hay un uso enfático del pronombre con el verbo, acentuando la personalidad y declarando su preexistencia. Finalmente dice que en él todas las cosas subsisten (v. 17), es decir que él es el que pone armonía y unidad a la creación, eso que hace a la creación algo organizado. Ya no se puede decir más. Aquí tenemos una declaración completa de lo que es Jesucristo, lo que origina la segunda estrofa del himno, indicando las implicaciones para el objeto de la redención.

El es el Señor de la iglesia, y esto lo dice con la frase él es la cabeza del cuerpo (v. 18). Nuevamente él es enfático. De una manera muy especial él tiene autoridad sobre la iglesia.

La palabra principio (arcé G746) tiene algunas implicaciones. Primero se debe notar el uso del enfático él es. Este título principio es otra manera de describir la encarnación de Cristo, siempre en la relación que tiene con la iglesia. Hay otros pasajes donde se describe a Jesús con este término: Act 3:14; Act 5:31; 1Co 15:20; 1Co 15:23. Este título es un absoluto que no admite nada antes de él.

Nuevamente se usa el término primogénito (lit. primogénito salido desde los muertos). Esta frase se usa también en Rev 1:5, en donde se menciona a Jesucristo como el soberano de toda la tierra. La primogenitura de entre los muertos, su resurrección, está vinculada íntimamente con ser la cabeza (Eph 1:19-23). Su resurrección no tiene paralelo, no porque no ha habido otras resurrecciones, sino que él es el único que resucitó para no volver a morir; de allí que es primogénito.

Esta primogenitura tuvo un propósito, la manifestación histórica de su supremacía. La resurrección es la confirmación dentro del marco histórico de que Jesús es el Mesías. El Señor Jesús es el primero de todo: Señor del universo, Señor de la iglesia, Señor de todo. Cristo es todo lo que el creyente necesita, no hace falta nada más; el primero no puede compartir su supremacía con nadie.

La línea siguiente en el poema, v. 19, nos conduce a una nueva cumbre en el cántico, una nueva conclusión. Todo lo que se ha dicho aquí es cierto, y se resume en una nueva frase rica en palabras profundas. Se debe decir que la palabra Padre no se halla en el original, pero es necesario ponerla para dar sentido a lo que se quiere expresar. Jesús es el máximo agrado o complacencia del Padre ( Mar 1:11). Agradó sólo se usa como el buen propósito de Dios, y el propósito del Padre fue que en Jesús habitara la plenitud. El verbo habitar (katoikéo G2730) significa morar para siempre, es decir que aquí se niega de raíz que Dios estuvo solamente un tiempo en Jesús. En él estaba, está y estará habitando la plenitud de Dios. Esta última palabra (pleróma G4138), también es un término teológico técnico que implica la totalidad de la divinidad, como también en 2:9. Se ha discutido mucho este término, pero podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Pablo lo utilizaba como la plenitud de la naturaleza divina que reside en Cristo de tal modo que nada de la deidad le falta. Siguiendo al comentarista M. Barth, se puede decir que el término hace referencia al concepto bíblico de la presencia de Dios manifiesta en el mundo.

La grandiosidad de Jesús no es que se contentó quedando como la plenitud, sino que siendo tal decidió Dios reconciliar todas cosas ( 2Co 5:19). Lo que hizo Dios en Jesucristo es cambiar la hostilidad y enemistad por el amor, amistad y obediencia. Lo que estamos afirmando es que no fue Dios el que se reconcilió, siempre es el hombre quien debe ser reconciliado con Dios. Dios sólo es el que toma la iniciativa. El único camino para esto era la sangre de la cruz, no había otra alternativa para hacer la paz. Jesucristo tenía que pagar el precio de la redención para hacernos libres; nuestra esclavitud al pecado es tal que solamente un precio de esta magnitud puede ser el camino de la paz. Con estos versículos vienen muchos conceptos que están involucrados: redención, reconciliación, propiciación, justificación. Todo es obra de Dios, y de Cristo la plenitud de la deidad.

El himno termina (siguiendo el orden del texto griego) con una frase que ha despertado grandes polémicas: Tanto sobre la tierra como en los cielos. Algunos han querido ponerla como base para una redención a los ángeles u otros seres no humanos. No creemos que haya suficiente base en este pasaje para afirmar esto, sino que se trata de una metáfora que nos señala que la obra de la cruz tiene un alcance universal sobre la humanidad. Un Dios infinito no puede tener una redención limitada. El triunfo de la cruz es garantizado por Jesús, quien es Dios mismo.

Podríamos resumir este himno con esta frase de Erasmo: La creación del mundo fue un trabajo de poder pero la redención del mundo fue un trabajo de misericordia.

Como corolario al himno existe una aplicación muy personal para la iglesia de los colosenses en los vv. 21-23. A veces pensamos que la obra de reconciliación es tan amplia que nos olvidamos que es también muy particular, se aplica a cada individuo. Esta reconciliación implica no sólo una buena noticia sino que también tiene un propósito moral; el evangelio, el mensaje de reconciliación es un llamamiento a una vida diferente. Hay un fuerte énfasis en el uso de las frases en otro tiempo con ahora; apartados y enemigos con ahora os ha reconciliado; malas obras con santos, sin mancha e irreprensibles.

El v. 22 hace hincapié en que toda esta grandiosa bendición de la reconciliación no sucedió en una dimensión etérea, sino que ha sucedido en la historia, en la encarnación de Dios, por medio de la muerte en la cruz. No estamos hablando de apenas emanaciones gnósticas o algo por el estilo, Pablo habla de cuerpo físico para dar énfasis en lo material. Igual nuestra santidad y el ser sin mancha e irreprensibles, no las podemos hacer sencillas características espirituales , sino características que se deben dar en el creyente aquí y ahora.

Paz por la deuda pagada 1:21

Era yo muy jovencito. Mucho anhelaba poseer una máquina de escribir, pero era muy pobre. Decidí ir a una casa comercial que vende artículos para oficinas. Allí estaba como empleada una señorita que me conocía.

Le expliqué que anhelaba poseer una máquina de escribir, pero que debido a la falta de recursos, le agradecería que me recomendara con el gerente a fin de que me la diese al crédito. Así lo hizo y el gerente ordenó se me entregara una.

Empecé a hacer abonos muy cumplidamente; mas perdí mi modesto trabajo y no pude continuar abonando. Bueno, me preocupé, hice diligencias sin poder solucionar mi problema. Procuré venderla y no conseguí quien me la comprara. La cosa transcendió y un buen profesor que yo tenía se dio cuenta de mi necesidad, se dirigió a donde el gerente y canceló toda mi deuda. Cuánta fue mi alegría y paz porque mi deuda fue pagada; cómo agradecí a mi maestro su generosidad.

Así es la paz que viene al pecador cuando por fe descansa en que Cristo pagó la deuda de los pecados mediante su sangre que derramó en la cruz.

Bendito sea el Salvador. Si usted recibe a Jesús como el que pagó por usted, también quedará tranquilo, ahora y cuando sea juzgado, porque la Escritura dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

La razón de que esto sucederá es que sencillamente van a permanecer, no es una condición. RVA es correcta en poner como primera opción de traducción la frase por cuanto, en lugar de a condición (v. 23). No quiere decir que el creyente no deba vigilar su fundamentación, pues es su deber hacerlo si ha experimentado la reconciliación. Pero no todo queda en las bendiciones que tenemos, sino que el pensamiento se orienta a la esperanza del evangelio, esperanza que a los colosenses les dice que debe ser perseverada, y que ya la había hallado en él.

Finalmente, para cerrar el círculo que se comenzó con la proclamación del reino de su Hijo, se siguió trazando hablándonos de la obra de Cristo en la creación y en la iglesia y se aplicó inmediatamente de una manera personal por medio de la reconciliación en Cristo termina diciendo que hay una esperanza en este evangelio. Pero como si Pablo no se pudiera detener en un evangelio que permanece encerrado en uno, lanza el desafío misionero, un evangelio abierto para todos.

Todo este pasaje nos ha hablado del señorío cósmico de Jesús, como cabeza y mediador de la creación. En la actualidad esto no es otra cosa que la libertad personal del creyente y el progresivo influjo del reino de Dios en nuestras sociedades.

2. Compromiso por la salvación, 1:23b-29

Esta división comienza con una especie de título: Pablo llegó a ser ministro del evangelio. RVA ha tenido que aumentar la palabra evangelio para explicar con precisión a qué se refiere y tratar el v. 23b como una unidad aparte. El Apóstol desea hacer sobresalir el compromiso que él tiene con la tarea de predicar el evangelio. La descripción que se da a sí mismo es de ministro (diahkonos G1249), que sería mejor traducir como servidor. Nuevamente Pablo se cuida de quedar como servidor de algo que podríamos decir es etéreo, nada demostrable. Por eso usa inmediatamente en el v. 25 la misma expresión de servidor (ministro), pero ahora de la iglesia pues esto sí se puede ver y de esto precisamente nos va a hablar. El tuvo un compromiso con el mensaje de salvación para la iglesia y para el mundo.

Pablo no se podía atrever a pedir a los colosenses algo que él no podía hacer. Ya en el v. 11 les había dicho que tuvieran perseverancia y paciencia en medio de los conflictos; ahora él puede decir que vive así. No era un gozarse en los padecimientos, sino en que estos padecimientos eran por los colosenses, de ninguna manera era un sufrimiento para la salvación. Pablo jamás podía decir que la expiación de Cristo fue incompleta, que sus sufrimientos no fueron suficientes para traer la salvación; afirmar esto sería ir en contra de las enseñanzas de todo el NT. Para entender este pasaje es necesario ir haciendo algunas aclaraciones aparte de la ya indicada.

Es importante pensar en las palabras que se usan. No está hablando de la pasión de Cristo: RVA bien traduce tribulaciones. No está haciendo mención a su muerte expiatoria y vicaria en la cruz. Esto sencillamente se refiere a que Cristo durante su ministerio no experimentó toda clase de sufrimiento, y esto es lógico. Pablo, teniendo un ministerio más extenso en tiempo que el de nuestro Señor Jesucristo, pasó por una mayor cantidad y diversidad de sufrimientos. Es en este sentido, y sólo en este, que Pablo completó las tribulaciones de Cristo (v. 24). Esta idea no es ajena a Pablo, la podemos ver en Rom 8:17. Aun más: Nosotros estamos llamados a seguir completando estas tribulaciones ( 2Co 1:6-7). En ninguna parte de la Biblia hay base para afirmar que ya no vamos a sufrir, todo lo contrario, Pablo decía en Act 14:22 : Es preciso que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Tampoco quiere decir que debemos buscar las tribulaciones, ellas vendrán solas si somos fieles a las demandas que nos hace el evangelio y a las demandas que nos impone el vivir bajo el reino de Dios.

Hay otro concepto que debe ser tratado aquí, así tendremos más claro este pasaje: es lo que el comentarista Lohse llama el servicio vicario . Es decir, que cuando nos comprometemos con la salvación como lo hizo Pablo, vendrá un deseo de que nuestro trabajo y tribulaciones sean para que otros no pasen por lo mismo y poder consolar así a los creyentes ( 2Co 1:5-7). Hay un paralelismo entre mi propia carne, el cuerpo de Pablo, y el cuerpo de Cristo. Una vez más Pablo se apropia en su causa, en el aquí y ahora de lo que está pasando con la iglesia. No es solamente una preocupación espiritual sino que llegó hasta las últimas consecuencias.

Pablo considera su responsabilidad como sencillamente el cumplimiento de un servicio. Dios le dio una responsabilidad para que fuera un administrador y él lo está cumpliendo. No es un cargo para tener Señorío sobre la iglesia, sino que es un siervo. Así se debe considerar cualquier responsabilidad en la congregación: siervo de Dios y en favor de la iglesia. No hay posibilidad de un ministerio sin estas dos caras de la misma moneda. Pero además el compromiso que Pablo tiene es con el propósito de cumplir lo que dice la Palabra de Dios. Sencillamente el trabajo de Pablo era para cumplir la voluntad de Dios. Por otro lado la tarea que debe cumplir está relacionada o es la proclamación de la Palabra de Dios, no tiene otras alternativas. Como les decía a los efesios, Pablo no rehusó predicar todo el consejo de Dios (Act 20:27), aunque esto no le trajo muchos admiradores. Pero esta era su mayordomía de servicio para Dios y la iglesia.

En el último párrafo encontramos un énfasis en una proclamación universal, que se va desarrollando poco a poco. Empieza diciendo que su mensaje es un misterio (mustérion G3466), palabra que en primer lugar está en aposición con palabra de Dios. En segundo lugar no quiere decir algo que está reservado sólo para los iniciados como lo entendieron las religiones de misterio, sino que significa que es una verdad que no se conocía antes, pero ahora ya es revelada, una verdad que si no tenía una revelación especial no podía ser conocida. Este misterio es revelado a sus santos (v. 26), es decir a todos los creyentes. Existe un contraste entre había estado oculto y ha sido revelado. Esta última palabra tiene el sentido de ser manifestado , es decir que salió a la luz para que se pueda ver. Estamos en la cumbre del mensaje de salvación, es un mensaje universal.

El v. 27 nos da a conocer el contenido del mensaje: primero, es por la voluntad de Dios, no de Pablo ni de nadie; es lo que Dios quiere. Segundo, este mensaje es la riqueza de la gloria, es la presencia de la gloria de Dios entre nosotros, es Emanuel. Tercero, este mensaje de riqueza y gloria no se limita solamente a un grupo de privilegiados, sino que ha roto las separaciones y alcanza a todos; el ser humano tiene la posibilidad de disfrutar de esto y los gentiles están incluidos en el plan de Dios. Cuarto, y último, el contenido de este misterio es Cristo en vosotros (v. 27). Lo fantástico en esta declaración es que Dios no sólo está con los hombres, sino que está en los creyentes y solamente siendo así es que podemos esperar el vivir en gloria aquí y allá. La unión con Cristo es la única garantía.

Inmediatamente de hacernos conocer este mensaje universal, Pablo no quiere conformarse en que se conozca solamente por un pequeño grupo de creyentes, sino que alcance a todos. Nótese la cantidad de veces que se usa la palabra todo : Cuatro veces, tres de las cuales modifican a algo. La proclamación de Cristo está formada, según este pasaje, por dos elementos: uno de amonestación (lit. meter en la mente ), que nos hace pensar en el imperativo bíblico (que también es un don de Dios) del arrepentimiento o cambio de mentalidad; esta sería la parte negativa. Pero también hay una parte positiva que es la instrucción, que debe ser en las cosas de la vida: Cómo vivir, cómo aplicar los principios bíblicos en nuestro concepto. Esto nos recuerda a la fe como respuesta del hombre a la gracia de Dios por lo que él ha hecho. El propósito final es que todo hombre sea perfecto. Hay dos cosas que hay que destacar: Perfectos es estar equipados o preparados, y Dios quiere que estemos listos para enfrentar los problemas que nos plantea la vida; por otro lado, para este propósito no hay excepciones, todos pueden hacerlo. Dentro del cristianismo no es posible una doble ética, todos, los llamados laicos y los no laicos, pueden alcanzar este equipamiento o madurez.

Perfecto en Cristo Jesús 1:28

1. Su perfección viene de Dios, Job 18:32.

2. La perfección de Dios es su norma, Mat 5:48.

3. La Palabra de Dios es la regla, Jam 1:25; 1Ti 3:16.

4. El amor es el vínculo de la perfección, Col 3:14.

5. Se demanda a los siervos del Señor, Gen 17:1; Deu 18:13.

6. La paciencia conduce a la perfección, Jam 1:4.

7. El siervo del Señor ha sido puesto para perfeccionar a otros, Eph 4:12.

El pasaje termina diciendo que el compromiso por la salvación no es fácil. Pablo había trabajado hasta el cansancio. La palabra usada aquí (esforzahndome, agnízomai G75) significa hasta quedar agotado. La proclamación de Cristo exige todo lo que tenemos, toda nuestra fuerza. De esta palabra se deriva nuestro vocablo agonía . Pero no estamos solos en esta tarea, nuestro esfuerzo es posible solamente por el poder que se tiene en Jesucristo. Dios nos ha puesto una meta muy grande: nos exige a todos el trabajo hasta la agonía, pero nos da todo su poder para cumplir la meta.