Malaquías 1:8-10

8 y que no hay nada malo en ofrecerme animales ciegos, cojos o enfermos."[2] ¡Vayan, pues, y llévenselos a sus gobernantes!¡Vean si ellos les aceptan con gusto el regalo!

9 Pídanle ustedes a Dios que nos tenga compasión. Pero si le hacen esa clase de ofrendas, no esperen que Dios los acepte a ustedes con gusto. El Señor todopoderoso dice:

10 "¡Ojalá alguno de ustedes cerrara las puertas del templo, para que no volvieran a encender en vano el fuego de mi altar! Porque no estoy contento con ustedes ni voy a seguir aceptando sus ofrendas.