Job 1:11-13

11 Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!

12 -Muy bien -le contestó el Señor-. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima. Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor.

13 Llegó el día en que los hijos y las hijas de Job celebraban un banquete en casa de su hermano mayor.