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Joel 1 - Biblia de nuestro Pueblo


Devastación de la tierra por la langosta

1 JOEL Palabra que el Señor dirigió a Joel, hijo de Fatuel.

2 Liturgia penitencial por una plaga Descripción y llanto Éx 10; Dt 28,38-42 Oigan esto, jefes; escuchen, campesinos: ¿Ha sucedido algo semejante en sus días o en los días de sus antepasados?

3 Cuéntenselo a sus hijos, sus hijos a los suyos, y ellos a la siguiente generación.

4 Lo que dejó el saltamontes lo comió la langosta, lo que dejó la langosta lo comió el gusano, lo que dejó el gusano lo comió la oruga.

5 Despierten, borrachos, y lloren; giman, bebedores, que les quitan el licor de la boca;

6 porque un pueblo invade mi país, poderoso, innumerable: tiene dientes de león y quijadas de leona;

7 convierte mi viñedo en desolación, reduce las higueras a astillas; pela, descorteza, hasta que blanquean las ramas.

8 Suspira, como joven vestida de sayal, por el marido de su juventud;

9 en el templo del Señor cesaron ofrenda y libación, hacen duelo los sacerdotes que sirven al Señor.

10 Destruido el suelo, hace duelo la tierra: el grano está perdido, el vino seco, el aceite rancio;

11 están defraudados los labradores, se quejan los viñadores por el trigo y la cebada, porque no hay cosecha en los campos.

12 La viña está seca, la higuera marchita, y el granado y la palmera y el manzano; los árboles silvestres están secos, y hasta el gozo de los hombres se ha secado.

13 Duelo y súplica Jr 14,1-10 Vístanse de luto, sacerdotes; laméntense, ministros del altar; vengan a dormir en esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en el templo de su Dios ofrenda y libación.

14 Proclamen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan a los jefes y a todos los campesinos en el templo del Señor, su Dios, e invoquen al Señor:

15 ¡Ay, qué día!, porque está cerca el día del Señor, llegará como azote del Todopoderoso.

16 ¿No están viendo cómo falta en el templo de nuestro Dios la comida y la fiesta y la alegría?

17 Se han secado las semillas bajo los terrones, los silos están desolados, los graneros vacíos, porque la cosecha se ha perdido.

18 ¡Cómo muge el ganado, las manadas de vacas están inquietas, porque no quedan pastos, y las ovejas lo pagan!

19 A ti, Señor, te invoco, que el fuego ha consumido los pastos de la llanura, el calor ha quemado los árboles silvestres.

20 Hasta las bestias del campo rugen a ti, porque están secas las corrientes de agua y el fuego ha consumido los pastos de la llanura.