Biblia Total


Mateo 6 - Biblia Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)


Jesús y la limosna

1 Mirad, que no hagáis vuestra justicia(a) delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera, no tendréis(b) galardón de vuestro Padre, que está en los cielos.

2 Y así cuando haces limosna, no hagas tocar la trompeta delante de ti, como los hipócritas hacen en las sinagogas y en las calles, para ser honrados de los hombres(c). En verdad os digo, recibieron su galardón(d).

3 Mas tú, cuando haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha(e);

4 Para que tu limosna sea en oculto, y tu Padre, que ve en lo oculto, te premiará(f).

Jesús y la oración

5 Y cuando oráis, no seréis como los hipócritas, que aman el orar en pie en las sinagogas y en los cantones de las plazas, para ser vistos de los hombres(g); en verdad os digo, recibieron su galardón.

6 Mas tú cuando orares, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre en secreto(h); y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

7 Y cuando oráreis, no habléis mucho(i), como los gentiles; pues piensan, que por mucho hablar serán oídos.

8 Pues no queráis asemejaros a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que habéis menester, antes que se lo pidáis.

9 Vosotros pues así habéis de orar(j): Padre nuestro(k), que estás en los cielos(l), santificado sea el tu nombre(m);

10 venga el tu reino(n); hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra(o).

11 Danos hoy nuestro pan sobresustancial(p);

12 Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores(q);

13 y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos de mal(r). Amén(s).

14 Porque si perdonareis a los hombres sus pecados(t), os perdonará también vuestro Padre celestial vuestros pecados

15 Mas si no perdonareis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados.

Jesús y el ayuno

16 Y cuando ayunéis, no os pongáis tristes como los hipócritas; porque desfiguran(u) sus rostros, para hacer ver a los hombres que ayunan; en verdad os digo, que recibieron su galardón.

17 Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza, y lava tu cara(v),

18 Para no parecer a los hombres que ayunas, sino solamente a tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido(w), te galardonará.

Tesoros en el cielo

19 No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde orín y polilla los consume, y en donde ladrones los desentierran, y roban.

20 Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde no los consume orín ni polilla, y en donde ladrones no los desentierran, ni roban.

21 Porque en donde está tu tesoro, allí está también tu corazón(x).

La lámpara del cuerpo

22 La antorcha de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo será luminoso;

23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Pues si la lumbre, que hay en ti, son tinieblas, ¡cuán grandes serán las mismas tinieblas(y)!

Dios y las riquezas

24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o al uno sufrirá, y al otro despreciará(z). No podéis servir a Dios y a las riquezas(a).

El afán y la ansiedad

25 Por tanto os digo: no andéis afanados para vuestra alma, qué comeréis(b), ni para vuestro cuerpo, que vestiréis. ¿No es más el alma que la comida y el cuerpo más que el vestido?

26 Mirad las aves del cielo(c), que no siembran, ni siegan, ni allegan en trojes; y vuestro Padre celestial las alimenta. Pues ¿no sois vosotros mucho más que ellas(d)?

27 ¿Y quién de vosotros discurriendo puede(e) añadir un codo a su estatura?

28 ¿Y por qué andáis acongojados por el vestido? Considerad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan.

29 Ya digo, que ni Salomón en toda su gloria fue cubierto como uno de estos(f).

30 Pues si al heno del campo, que hoy es, y mañana es echado en el horno, Dios viste así; ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe(g)!

31 No os acongojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos?

32 Porque los gentiles se afanan por estas cosas; y vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de todas ellas.

33 Buscad pues primeramente el reino de Dios, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Y así no andéis cuidadosos por el día de mañana: porque el día de mañana a sí mismo se traerá su cuidado(h). Le basta al día su propio afan".