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Efesios 1 - Nueva Biblia Española (1975)


Salutación

1 Pablo, apóstol del Mesías por designio de Dios, a los consagrados, a los que son también fieles del Mesías Jesús:

2 Les deseo el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús Mesías.

Bendiciones espirituales en Cristo

3 ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías, que, por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!

4 Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor;

5 destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-,

6 a ser un himno a su gloriosa generosidad.

7 La derramó sobre nosotros por medio de su Hijo querido, el cual, con su sangre, nos ha obtenido la liberación, el perdón de los pecados; muestra de su inagotable generosidad.

8 Y la derrochó con nosotros -y ¡con cuánta sabiduría e inteligencia!-,

9 revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía para llevar la historia a su plenitud:

10 hacer la unidad del universo por medio del Mesías, de lo terrestre y de lo celeste.

11 Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio),

12 para que los que ya esperábamos en el Mesías fuéramos un himno a su gloria.

13 Y por él también, ustedes, después de oír el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, por él, al creer, fueron sellados con el Espíritu Santo prometido,

14 garantía de nuestra herencia, para liberación de su patrimonio, para himno a su gloria.

El espíritu de sabiduría y de revelación

15 Por eso, por lo que a mí toca, enterado de su adhesión al Señor Jesús y de su amor a todos los consagrados,

16 no ceso de dar gracias a Dios por ustedes cuando los encomiendo en mis oraciones.

17 Que el Dios de nuestro Señor, Jesús Mesías, el Padre que posee la gloria, les dé un saber y una revelación interior con profundo conocimiento de él;

18 que les tenga iluminados los ojos del alma, para que comprendan qué esperanza abre su llamamiento, qué tesoro es la gloriosa herencia destinada a sus consagrados

19 y qué extraordinaria su potencia en favor de los que creemos, conforme a la eficacia de su poderosa fuerza. Fundamentos de la esperanza

20 Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo,

21 por encima de toda soberanía y autoridad y poder y dominio, y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura.

22 Sí, todo lo sometió bajo sus pies", y a él lo hizo, por encima de todo, cabeza de la Iglesia,

23 que es su cuerpo, el complemento del que llena totalmente el universo.