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Génesis 1 - Nueva Biblia Española (1975)


La creación

1 Al principio creó Dios el cielo y la tierra.

2 La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

3 Dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió.

4 Vió Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de la tiniebla:

5 llamó Dios a la luz "día", y a la tiniebla "noche". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.

6 Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.

7 E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue.

8 Y llamó Dios a la bóveda "cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.

9 Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes. Y así fue.

10 Y llamó Dios a los continentes "tierra", y a la masa de las aguas la llamó "mar". Y vio Dios que era bueno.

11 Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra. Y así fue.

12 La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno.

13 Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.

14 Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años;

15 y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo para alumbrar a la tierra. Y así fue.

16 E hizo Dios las dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas.

17 Y las puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra;

18 para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno.

19 Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

20 Y dijo Dios: Bullan las aguas con un bullir de vivientes, y vuelen pájaros sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.

21 Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo bullir según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno.

22 Y Dios los bendijo, diciendo: Crezcan, multiplíquense, llenen las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra.

23 Pasó orna tarde, pasó una mañana: el día quinto.

24 Y dijo Dios: Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies. Y así fue.

25 E hizo Dios las fieras de la tierra según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles del suelo según sus especies. Y vio Dios que era bueno.

26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.

27 Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

28 Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Crezcan, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que reptan sobre la tierra.

29 Y dijo Dios: Miren, les entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla les servirán de alimento;

30 y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra -a todo ser que respira- la hierba verde les servirá de alimento. Y así fue.

31 Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.