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Malaquías 1 - Nueva Biblia Española (1975)


Amor de Jehová por Jacob

1 Oráculo. El Señor dirigió la palabra a Israel por medio de Malaquías.

2 Dice el Señor: "Yo los amo". Ustedes objetan: "¿En qué se nota que nos amas?". -oráculo del Señor-: ¿No eran hermanos Jacob y Esaú? Sin embargo, amé a Jacob

3 y odié a Esaú, reduje sus montes a un desierto, su heredad a majadas de la estepa.

4 Si Edom dice: "Aunque estemos deshechos, reconstruiremos nuestras ruinas"; el Señor de los ejércitos replica: "Ellos construirán y yo derribaré. Y los llamarán Tierra Malvada, Pueblo de la Ira Perpetua del Señor".

5 Cuando ustedes lo vean con sus ojos, dirán: "La grandeza del Señor desborda las fronteras de Israel".

Jehová reprende a los sacerdotes

6 "Honre el hijo a su padre, el esclavo a su amo". Pues si yo soy padre, ¿dónde queda mi honor?; si yo soy dueño, ¿dónde queda mi respeto? El Señor de los ejércitos les habla a ustedes: "¡Sacerdotes que menosprecian mi nombre!". Objetan: "¿En qué despreciamos tu nombre?".

7 Traen a mi altar pan manchado y encima preguntan: "¿Con qué te manchamos?". Con pretender que la mesa del Señor no importa,

8 que traer víctimas ciegas no es malo, que traerlas cojas o enfermas no es malo. Ofrézcanselas a su gobernador, a ver si le agradan y ustedes se congracian con él -dice el Señor de los ejércitos-.

9 Eso traen, y ¿se van a congraciar con él? Pues bien, dice el Señor de los ejércitos, aplaquen a Dios para que les sea propicio.

10 Ojala alguien de ustedes les cerrara las puertas, para que no enciendan mi altar sin razón. Ustedes no me agradan y no acepto la ofrenda de sus manos -dice el Señor de los ejércitos-.

11 De levante a poniente es grande mi fama en las naciones, y en todo lugar me ofrecen sacrificios y ofrendas puras; porque mi fama es grande en las naciones -dice el Señor de los ejércitos-.

12 Ustedes, en cambio, la profanan cuando dicen: "La mesa del Señor está manchada y su comida no vale la pena".

13 Dicen: "¡Qué fatiga!", y resoplan encima -dice el Señor de los ejércitos-. Me traen víctimas robadas, cojas, enfermas, y ¿voy a aceptarlas de sus manos? -dice el Señor-.

14 Maldito el embustero que tiene un macho en su rebaño y ofrece una víctima estropeada al Señor. Yo soy el Gran Rey y mi nombre es respetado en las naciones -dice el Señor de los ejércitos-.