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Proverbios 1 - Nueva Biblia Española (1975)


Motivo de los proverbios

1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

2 para adquirir sensatez y educación, para entender sentencias inteligentes,

3 para obtener una educación acertada: justicia, derecho y rectitud,

4 para enseñar sagacidad al ingenuo, saber y reflexión al muchacho;

5 lo escucha el sensato y aumenta su saber, el inteligente adquiere destreza

6 para entender proverbios y refranes, máximas y enigmas.

7 Respetar al Señor es el principio del saber, los necios desprecian la sensatez y la educación.

Amonestaciones de la Sabiduría

8 Hijo mío, escucha la corrección de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre,

9 pues serán hermosa diadema en tu cabeza y collar en tu garganta.

10 Hijo mío, si intentan engañarte los pervertidos, no accedas.

11 Si te dicen: "Vente con nosotros, a poner insidias mortales, a acechar al inocente;

12 nos lo tragaremos vivo, como el abismo; enterito, como a uno que baja a la fosa;

13 obtendremos magníficas riquezas, llenaremos nuestra casa de botín;

14 comparte tu suerte con nosotros, tendremos una bolsa común".

15 Hijo mío, no los acompañes en su camino; retrae tus pasos de su senda,

16 porque sus pies corren a la maldad, se apresuran a derramar sangre.

17 En vano se tiende una red visible a seres alados;

18 sus insidias serán mortales para ellos, atentan contra sí mismos;

19 así termina la codicia desmedida, quitando la vida a su dueño.

20 La Sensatez pregona por las calles, en las plazas levanta la voz;

21 grita en lo más ruidoso de la ciudad, y en las plazas públicas pregona:

22 "¿Hasta cuándo, inexpertos, amarán la inexperiencia, y ustedes, insolentes, se empeñarán en la insolencia, y ustedes, necios, odiarán el saber?

23 Vuélvanse a escuchar mi reprensión, y les abriré mi corazón comunicándoles mis palabras.

24 Los llamé, y rehusaron; extendí mi mano, y no hicieron caso;

25 rechazaron mis consejos, no aceptaron mi reprensión;

26 pues yo me reiré de su desgracia, me burlaré cuando los alcance el terror.

27 Cuando los alcance como tormenta el terror, cuando les llegue como huracán la desgracia, cuando los alcancen la angustia y la aflicción,

28 entonces llamarán, y no los escucharé; me buscarán, y no me encontrarán.

29 Porque aborrecían el saber, y no escogían el respeto del Señor;

30 no aceptaron mis consejos, despreciaron mis reprensiones;

31 comerán el fruto de su conducta, y se hartarán de sus planes.

32 La rebeldía da muerte a los irreflexivos, la despreocupación acaba con los imprudentes;

33 en cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ningún mal".