Biblia Total


Deuteronomio 1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb

1 Estas son las palabras que dirigió Mosheh a todo Yisrael al otro lado del Yardén. –A través del desierto, en el Arabah, cerca de Suf, entre Parán y Tófel, Laván, Jatserot, y Di Zahab,

2 hay once días desde Jorev hasta Qadesh Barnea por la ruta del Monte Seír–.

3 Fue en al año cuarenta, el primer día del mes undécimo, que Mosheh se dirigió a los yisraelitas de acuerdo con las instrucciones que le había dado Yahweh para ellos,

4 después de haber derrotado a Sijón el rey de los emoritas, que habitaba en Jeshbón, y al rey Og de Bashán, que habitaba en Ashtarot [y] en Edreí.

5 Al otro lado del Yardén, en la tierra de Moav, Mosheh se puso a exponer esta Torah. Dijo:

6 Yahweh nuestro Elohim nos habló en Jorev, diciendo: “Ustedes han permanecido bastante tiempo en este monte.

7 Salgan y emprendan su camino a la serranía de los emoritas y a todas sus vecindades en el Arabah, en la Serranía, en la Shefelah, en el Néguev, en la costa, la tierra de los kenaanitas, y al Lebanón, hasta el Gran Río, el Perat.

8 Miren que pongo la tierra a su disposición. Vayan, entren en la tierra que Yahweh juró a sus padres, a Avraham, Yitsjaq, y Yaaqov que les asignaría a ellos y a su linaje después de ellos”.

Nombramiento de jueces

9 En aquella ocasión les dije: “Yo solo no puedo llevar la carga de ustedes.

10 Yahweh su Elohim los ha multiplicado al punto de que son hoy tan numerosos como las estrellas en el cielo.

11 –Que Yahweh, el Elohim de sus padres, les aumente su número mil veces, y los bendiga como prometió–.

12 ¿Cómo puedo llevar sin ayuda el problema de ustedes, y su carga, y su pleito?

13 Escojan de cada una de sus tribus hombres que sean sabios, discernidores, y experimentados, y yo los nombraré como cabezas de ustedes”.

14 Ustedes me respondieron y dijeron: “Lo que propones que se haga es bueno”.

15 Así que yo tomé a sus caudillos tribales, hombres sabios y experimentados, y los nombré cabezas sobre ustedes: jefes de millares, jefes de centenas, jefes de cincuentenas, y jefes de decenas, y oficiales para sus tribus.

16 Además les encargué a sus magistrados lo siguiente: “Oigan a sus hermanos y decidan justamente entre cualquier hombre y un compañero yisraelita o un extranjero.

17 No sean parciales en el juicio: oigan al alto y al bajo por igual. No le teman al hombre, porque el juicio es de Elohim. Y cualquier asunto que sea muy difícil, para ustedes, me lo traerán a mí y yo lo oiré”.

18 Así les instruí, en aquella ocasión, sobre las diversas cosas que debían hacer.

Misión de los doce espías

19 Salimos del Monte Jorev y recorrimos el grande y terrible desierto que ustedes vieron por el camino a la serranía de los emoritas, como nos había mandado Yahweh nuestro Elohim. Cuando llegamos a Qadesh Barnea,

20 yo les dije: “Ustedes han llegado a la serranía de los emoritas que Yahweh nuestro Elohim nos está dando.

21 Mira, Yahweh tu Elohim ha puesto la tierra a tu disposición. Sube, toma posesión, como te prometió Yahweh, el Elohim de tus padres. No temas ni te desanimes”.

22 Entonces todos ustedes vinieron a mí y dijeron: “Enviemos hombres que se adelanten y nos exploren la tierra y vuelvan a traernos razón del camino que seguiremos y las ciudades a las que llegaremos”.

23 Yo aprobé el plan, y así seleccioné a doce de sus hombres, uno de cada tribu.

24 Ellos se encaminaron a la serranía, llegaron al Arroyo de Eshkol, y se pusieron a explorar.

25 Tomaron con ellos parte del fruto de la tierra y nos lo trajeron. Y nos dieron este informe: “Es una tierra buena la que Yahweh nuestro Elohim nos está dando”.

26 Pero ustedes se negaron a subir y se burlaron del mandato de Yahweh su Elohim.

27 Ustedes refunfuñaron en sus carpas y dijeron: “Porque Yahweh nos aborreció fue que nos sacó de la tierra de Mitsráyim, para entregarnos a los emoritas para que nos exterminen.

28 ¿Qué clase de lugar es al que vamos? Nuestros parientes nos han acobardado, diciendo: ‘Vimos allí un pueblo más fuerte y más alto que nosotros, ciudades grandes con murallas hasta el cielo, y hasta vimos a los anaqitas’”.

29 Yo les dije: “No les tengan temor ni miedo.

30 Nadie menos que Yahweh su Elohim, que va delante de ustedes, peleará por ustedes, como peleó por ustedes en Mitsráyim ante los propios ojos de ustedes,

31 y en el desierto, donde vieron cómo Yahweh su Elohim los cargó, como un hombre carga a su hijo, por todo el camino que recorrieron, hasta llegar a este lugar.

32 Sin embargo, con todo eso, ustedes no tuvieron fe en Yahweh su Elohim,

33 que va delante de ustedes por el camino –para explorar el lugar donde han de acampar– en fuego de noche y en una nube de día, para guiarlos por la ruta que han de seguir”.

Dios castiga a Israel

34 Cuando Yahweh oyó las fuertes quejas de ustedes, se enojó. Y juró:

35 “Ni uno solo de estos hombres, de esta mala generación, verá la buena tierra que juré dar a sus padres

36 –ninguno excepto Kalev hijo de Yefuneh; él la verá, y a él y a sus descendiente les daré la tierra que pisó, porque él permaneció fiel a Yahweh”.

37 Por culpa de ustedes Yahweh se enojó conmigo también, y dijo: “Tú tampoco entrarás.

38 Yahoshúa hijo de Nun, que te ayuda, él entrará allá. Anímalo, que él se la entregará a Yisrael.

39 Además sus pequeños, que ustedes dijeron que se los arrebatarían, sus hijos que todavía no distinguen entre el bien y el mal, ellos entrarán allá; a ellos se la daré y ellos la poseerán.

40 En cuanto a ustedes, vuélvanse y marchen al desierto por el camino del Mar de los Juncos”.

La derrota en Horma

41 Ustedes me respondieron, diciendo; “Somos culpables ante Yahweh. Pero ahora subiremos y pelearemos, tal como nos ha mandado Yahweh nuestro Elohim”. Y todos ustedes se armaron con implementos de guerra e imprudentemente se dirigieron a la serranía.

42 Pero Yahweh me dijo que les advirtiera: “No suban a pelear que yo no estoy en medio de ustedes; si no, van a ser derrotados por sus enemigos”.

43 Yo les hablé, pero ustedes no quisieron escuchar; se burlaron del mandato de Yahweh y marcharon voluntariosamente a la serranía.

44 Entonces los emoritas que vivían en aquella serranía salieron contra ustedes como avispas y los persiguieron, y los aplastaron en Jormah de Seír.

45 De nuevo ustedes lloraron delante de Yahweh, pero Yahweh no hizo caso de su clamor ni les prestó oído.

46 (2:1) Así, después de permanecer ustedes en Qadesh todo aquel largo tiempo,