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Jeremías 1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


Llamamiento y misión de Jeremías

1 Las palabras de Yirmeyahu hijo de Jilqiyahu, uno de los sacerdotes que estaban en Anatot, en el territorio de Binyamín.

2 La palabra de Yahweh le llegó en los días de Yoshiyahu hijo de Amón, rey de Yahudah, en el año trece de su reinado,

3 y durante los días de Yahoyaqim hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah, y hasta el final del año once de Tsidqiyahu hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah, cuando Yerushalem fue al exilio en el mes quinto.

4 Me llegó la palabra de Yahweh, diciendo:

5 “Antes de que yo te creara en el vientre, te elegí; antes de que nacieras, te consagré; te nombré profeta concerniente a las naciones”.

6 Yo respondí: “¡Oh Adonay Yahweh! Mira que no sé hablar, porque soy todavía un muchacho”.

7 Pero Yahweh me dijo: “No digas: ‘Soy todavía un muchacho’; sino ve a dondequiera que te envíe y habla todo lo que te mande.

8 No tengas temor de ellos, porque yo estoy contigo para librarte –declara Yahweh”.

9 Yahweh extendió su mano y tocó mi boca, y me dijo Yahweh: “Ahora pongo mis palabras en tu boca.

10 Mira, en este día te nombro sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y derrocar, para edificar y plantar.

11 Me llegó la palabra de Yahweh, diciendo: “¿Qué ves, Yirmeyahu?” Yo respondí: “Veo una vara de vigilante”.

12 Y Yahweh me dijo: “Has visto bien, porque yo estoy vigilante para hacer cumplir mi palabra”.

13 Me llegó la palabra de Yahweh por segunda vez, diciendo: “¿Qué ves? Y respondí: “Veo una olla hirviente que se vuelca desde el norte”.

14 Y Yahweh me dijo: “Del norte se volcará el desastre sobre todos los habitantes del país.

15 Porque estoy convocando a todos los pueblos de los reinos del norte, declara Yahweh. Ellos vendrán, y cada uno pondrá su trono frente a las puertas de Yerushalem, contra todos sus muros alrededor, y contra todas las ciudades de Yahudah.

16 Y argumentaré mi caso contra ellos por toda su maldad: me abandonaron y sacrificaron a otros elohim y adoraron las obras de sus propias manos.

17 Así que tú, ajústate el cinturón, levántate y diles todo lo que yo te mande. No te amedrentes delante de ellos, no sea que yo te quebrante delante de ellos.

18 Yo te pongo hoy como una ciudad fortificada, como una columna de hierro, y como un muro de bronce contra todo el país –contra los reyes y los oficiales de Yahudah, y contra sus sacerdotes y sus ciudadanos.

19 Ellos te atacarán, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para librarte –declara Yahweh”.