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Hechos 14 - Biblia Castilian 2003


Pablo y Bernabé en Iconio

1 En Iconio entraron, como de costumbre, en la sinagoga de los jud os y hablaron de tal manera que abrazó la fe una gran muchedumbre, tanto de jud os como de griegos.

2 Pero los jud os recalcitrantes excitaron y enconaron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.

3 Con todo, permanecieron bastante tiempo hablando con valent a del Se or, que apoyaba su mensaje de gracia concediéndoles que por su mano se efectuaran se ales y prodigios.

4 La gente de la ciudad estaba dividida; unos a favor de los jud os y otros a favor de los apóstoles.

5 Cuando, por fin, comenzó a formarse una manifestación de gentiles y jud os con sus cabecillas al frente, que pretend an vejarlos y apedrearlos,

6 al percatarse de ello, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores.

7 Y all estuvieron anunciando el evangelio.

Pablo es apedreado en Listra

8 En Listra yac a sentado un hombre, inválido de los pies, cojo de nacimiento, que nunca hab a podido andar.

9 Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que ten a fe para ser curado,

10 dijo en alta voz: "Ponte derecho sobre tus pies". Dio él un salto y echó a andar.

11 La multitud, cuando vio lo que hab a hecho Pablo, levantó la voz gritando, en licaónico: "Los dioses, en forma humana han bajado a nosotros".

12 Y llamaban a Bernabé Zeus, y a Pablo Hermes, porque era el portavoz.

13 El sacerdote del santuario de Zeus que hay a la entrada de la ciudad trajo toros con guirnaldas junto a las puertas y, de acuerdo con la multitud se dispon a a ofrecer un sacrificio.

14 Al o r esto, los apóstoles Bernabé y Pablo rasgaron sus vestiduras y se lanzaron a la multitud,

15 diciendo a gritos: "¿Qué hacéis, hombres? También nosotros somos hombres, sujetos a las mismas miserias que vosotros, y os traemos la buena noticia de que debéis convertiros de estas vanidades al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos.

16 En las pasadas generaciones, permitió que cada pueblo siguiera su propio camino.

17 Sin embargo, dio siempre testimonio de s mismo haciendo el bien, enviándoos desde el cielo las lluvias y las estaciones fruct feras, colmando de sustento y de alegr a vuestros corazones".

18 Con estas palabras lograron, a duras penas, contener a la multitud para que no les ofreciera sacrificio.

19 Pero llegaron de Antioqu a e Iconio algunos jud os que persuadieron a la multitud y, después de apedrear a Pablo, lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo por muerto.

20 Rodeado de los disc pulos, se levantó y entró en la ciudad. Al d a siguiente partió con Bernabé para Derbe.

21 Después de evangelizar aquella ciudad y haber ganado numerosos disc pulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioqu a,

22 confortando a los disc pulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios.

23 Les designaron presb teros en cada iglesia y, acompa ando la oración con ayunos, los encomendaron al Se or en quien hab an cre do.

El regreso a Antioquía de Siria

24 Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia.

25 Después de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atal a;

26 desde all navegaron a Antioqu a, de donde hab an partido encomendados a la gracia de Dios para la obra que acababan de realizar.

27 Llegados y congregada la iglesia, refirieron lo que Dios hab a hecho con ellos y cómo hab a abierto a los gentiles la puerta de la fe.

28 Y permanecieron bastante tiempo con los disc pulos.