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Hechos 3 - Biblia Castilian 2003


Curación de un cojo

1 En cierta ocasión, Pedro y Juan sub an al templo para la oración de la hora nona

2 en el momento en que llevaban a un hombre, cojo de nacimiento, al que pon an todos los d as ante la puerta del templo llamada Preciosa, para pedir limosna a los que entraban en el templo.

3 Éste, pues, viendo a Pedro y a Juan a punto de entrar en el templo, les pidió limosna.

4 Pedro, acompa ado por Juan, fijó en él la vista y le dijo: "M ranos".

5 Y cuando él los miraba atentamente, esperando recibir algo,

6 Pedro le dijo: "Ni plata ni oro tengo; pero lo que tengo, eso te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, anda".

7 Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante se fortalecieron sus pies y sus tobillos

8 y, dando un salto, se puso en pie y echó a andar. Entró con ellos al templo caminando, dando saltos y alabando a Dios.

9 Toda la gente lo vio andar por su propio pie y alabar a Dios;

10 y reconocieron que aquél era el mismo que, sentado, ped a limosna junto a la puerta Preciosa del templo, de modo que se llenaron de estupor y pasmo por lo que le hab a sucedido.

Discurso de Pedro en el pórtico de Salomón

11 Él no se soltaba de Pedro y de Juan, de modo que toda la gente, llena de asombro, se arremolinó junto a ellos, en el pórtico llamado de Salomón.

12 Al ver esto Pedro, se dirigió a la muchedumbre con estas palabras: "Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto, o por qué nos estáis mirando como si por nuestras propias fuerzas o por nuestra piedad hubiéramos hecho andar a este hombre?

13 El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis en presencia de Pilato, mientras éste se inclinaba a dejarlo en libertad.

14 Vosotros, pues, negasteis al santo y al justo y pedisteis que se os hiciera gracia de un asesino,

15 al paso que disteis muerte al autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.

16 Pues por la fe en su nombre, a éste, a quien veis y conocéis, ese nombre le ha fortalecido. Ha sido la fe que por él se nos da la que le ha otorgado esta curación total en presencia de todos vosotros.

17 Ahora bien, hermanos, yo sé que obrasteis as por ignorancia, al igual que vuestros jefes;

18 pero Dios cumplió de este modo lo que ya ten a anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo hab a de padecer.

19 Arrepent os, pues, y convert os, para que sean borrados vuestros pecados,

20 para que lleguen, de parte del Se or, los tiempos del consuelo y él os env e al Mes as que os estaba destinado, es decir, Jesús,

21 a quien el cielo debe retener hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas desde antiguo.

22 Dijo, en efecto, Moisés: Un profeta como yo os suscitará Dios, el Se or, de entre vuestros hermanos; lo escucharéis en todo lo que os hable.

23 Todo el que no escuche a tal profeta será borrado del pueblo.

24 Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, todos cuantos hablaron, anunciaron también estos d as.

25 Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con nuestros padres cuando dijo a Abrahán: Y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu descendencia.

26 Para vosotros, en primer lugar, ha suscitado Dios a su siervo y lo ha enviado para bendeciros, a condición de que cada uno se aparte de sus maldades."