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Mateo 17 - Biblia Castilian 2003


La transfiguración

1 Seis d as después, toma Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva con él a un monte alto y apartado.

2 Y all se transfiguró delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

3 En aquel momento se les aparecieron Moisés y El as, que conversaban con él.

4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: "¡Se or, qué bueno ser a quedarnos aqu ! Si quieres, levantaré aqu tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para El as".

5 Todav a estaba él hablando cuando una nube luminosa los envolvió y de la nube salió una voz que dec a: "Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido; escuchadle".

6 Al o r esto los disc pulos, cayeron rostro en tierra y quedaron sobrecogidos de espanto.

7 Entonces se acercó Jesús, los tocó y les dijo: "Levantaos y no tengáis miedo".

8 Y cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

9 Mientras iban bajando del monte, les mandó Jesús: "No contéis a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos".

10 Le preguntaron los disc pulos: "¿Pues cómo es que dicen los escribas que primero tiene que venir El as?".

11 Él respondió: "S, El as vendrá y lo restablecerá todo.

12 Pero yo os aseguro que El as ya ha venido y no lo reconocieron, sino que hicieron con él cuanto se les antojó. Y también el Hijo del hombre padecerá a manos de ellos".

13 Entonces comprendieron los disc pulos que se refer a a Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho lunático

14 Cuando llegaron adonde estaba la multitud, se le acercó un hombre, se arrodilló ante él

15 y le dijo: "Se or, ten compasión de mi hijo, que es epiléptico y se encuentra muy mal; y muchas veces cae al fuego y otras al agua.

16 Lo he llevado a tus disc pulos, pero no han sido capaces de curarlo".

17 Jesús respondió: "¡Oh generación incrédula y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo acá".

18 Jesús lo increpó, el demonio salió del muchacho y éste quedó curado desde aquel momento.

19 Entonces, acercándose los disc pulos a Jesús, le preguntaron aparte: "¿Por qué nosotros no hemos podido arrojarlo?".

20 Él les contesta: "Por vuestra poca fe. Porque os aseguro que, si tuvierais una fe del tama o de un granito de mostaza, dir ais a este monte: "Trasládate de aqu a allá", y se trasladar a; y nada os ser a imposible".

Jesús anuncia otra vez su muerte

22 Mientras caminaban juntos por Galilea, les dijo: "El Hijo del hombre ha de ser entregado en manos de los hombres

23 y le matarán; pero al tercer d a resucitará". Y ellos quedaron consternados.

Pago del impuesto del templo

24 Cuando entraron en Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de las dos dracmas y le preguntaron: "¿Vuestro maestro no paga el impuesto?".

25 Él contesta: "Claro que s ". Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se anticipó a decirle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quién cobran impuestos o tributos los reyes de la tierra: de sus hijos o de los extra os?".

26 Habiendo respondido él: "De los extra os", le dijo Jesús: "Por consiguiente, los hijos están exentos.

27 Sin embargo, para no darles motivo de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo y el primer pez que pique, sácalo, le abres la boca, y hallarás un estater. Tómalo y dáselo a ellos por ti y por m ".