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Hechos 17 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011


El alboroto en Tesalónica

1 Después de atravesar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los yahuditas.

2 Y de acuerdo con su costumbre, Shaúl entró a reunirse con ellos, y por tres Shabatot discutió con ellos basándose en las Escrituras,

3 explicando y demostrando que era necesario que el Mashíaj padeciera y resucitara de entre los muertos. Él decía: “Este Yahoshúa, a quien yo les anuncio, es el Mashíaj”.

4 Y algunos de ellos se convencieron y se juntaron con Shaúl y Sila: un gran número de los griegos piadosos y no pocas de las mujeres principales.

5 Entonces los yahuditas se pusieron celosos y tomaron de la calle a algunos hombres perversos, y formando una turba alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Iasón, procuraban sacarlos al pueblo.

6 Como no los encontraron, arrastraron a Iasón y a algunos hermanos ante los gobernadores de la ciudad, gritando: “¡Estos que trastornan al mundo entero también han venido acá

7 y Iasón los ha recibido! Todos éstos actúan en contra de los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Yahoshúa”.

8 El pueblo y los gobernadores se preocuparon al oír estas cosas;

9 pero después de obtener fianza de Iasón y de los demás, los soltaron.

Pablo y Silas en Berea

10 Entonces, sin demora, los hermanos enviaron a Shaúl y Sila de noche a Berea; y al llegar ellos allí, entraron en la sinagoga de los yahuditas.

11 Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron el mensaje con la mayor prontitud, estudiando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así.

12 En consecuencia, creyeron muchos de ellos; y también de las mujeres griegas distinguidas y de los hombres, no pocos.

13 Pero cuando supieron los yahuditas de Tesalónica que Shaúl anunciaba la palabra de Elohim también en Berea, fueron allá para incitar y perturbar a las multitudes.

14 Entonces los hermanos hicieron salir inmediatamente a Shaúl para que se fuera hasta el mar, mientras Sila y Timoteo se quedaron allí.

15 Los que conducían a Shaúl lo llevaron hasta Atenas; y después de recibir órdenes para Sila y Timoteo de que fueran a reunirse con él lo más pronto posible, partieron de regreso.

Pablo en Atenas

16 Mientras Shaúl los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía dentro de él al ver que la ciudad estaba entregada a la idolatría.

17 Por lo tanto, discutía en la sinagoga con los yahuditas y los piadosos, y todos los días en la plaza mayor, con los que concurrían allí.

18 Y algunos de los filósofos epicúreos y estoicos disputaban con él. Unos decían: “¿Qué querrá decir este palabrero?” Otros decían: “Parece ser predicador de deidades extranjeras”. Pues les anunciaba la Buena Noticia de Yahoshúa y la resurrección.

19 Ellos lo llevaron y lo condujeron al Areópago diciendo: “¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza de la cual hablas?

20 Pues traes a nuestros oídos algunas cosas extrañas; así que queremos saber qué significa esto”.

21 Todos los atenienses y los forasteros que vivían allí no pasaban el tiempo en otra cosa que en decir o en oír la última novedad.

22 Entonces Shaúl se puso de pie en medio del Areópago y dijo: “Hombres atenienses: En todo detalle percibo que ustedes son muy religiosos.

23 Pues, mientras pasaba y miraba sus monumentos sagrados, hallé también un altar en el cual está escrito: AL PODEROSO DESCONOCIDO. Pues a ese que ustedes honran sin conocerlo, a ése yo les anuncio.

24 “Ese es el Poderoso que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. Y como es Soberano del cielo y de la tierra, él no habita en Templos hechos de manos,

25 ni le sirven manos humanas como si necesitara algo, porque él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

26 “De uno solo ha hecho toda raza de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra. Él ha determinado de antemano el orden de los tiempos y los límites de su habitación,

27 para que busquen a Yahweh, a ver si de alguna manera, aunque sea a tientas, palpan y lo hallan. Aunque, a la verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros.

28 Porque ‘en él vivimos, nos movemos y somos’. Como también han dicho algunos de sus poetas: ‘Porque también somos linaje de él’.

29 “Por lo tanto, si somos linaje de Elohim, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte e imaginación humana.

30 Por eso, aunque antes Yahweh pasó por alto los tiempos de la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que se arrepientan;

31 por cuanto ha establecido un día en el que ha de juzgar al mundo con justicia por medio del Hombre a quien ha designado, dando fe de ello a todos, al resucitarlo de entre los muertos”.

32 Cuando lo oyeron mencionar la resurrección de los muertos, unos se burlaban, pero otros decían: “Te oiremos acerca de esto en otra ocasión”.

33 Así fue que Shaúl salió de en medio de ellos,

34 pero algunos hombres se juntaron con él y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, quien era miembro del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.