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Marcos 10 - Biblia Kadosh Israelita Mesiánica


Jesús enseña sobre el divorcio

1 Entonces Yahshúa se fue de ese lugar y se dirigió a las regiones de Yahudáh y al territorio al otro lado del Yarden. De nuevo la multitud se aglomeró alrededor de El, y como de costumbre les enseñaba.

2 Algunos Perushim vinieron y trataron de tenderle lazo, preguntándole: "¿Permite la Toráh a un hombre divorciarse de su mujer?"

3 El respondió: "¿Qué fue lo que Moshe les ordenó?"

4 Ellos dijeron: "Moshe permitió a un hombre entregar a su mujer un séfer keritut (carta de divorcio) y divorciarse de ella." °

5 Pero Yahshúa les dijo: "El escribió este mitzvah para ustedes por la dureza de sus corazones."

6 No obstante, en el principio de la creación, YAHWEH los hizo varón y hembra. °

7 Por esta razón un hombre debe dejar a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,

8 y los dos se convertirán en una sola carne. ° De modo que ya no son dos, sino uno.

9 Por lo tanto, nadie debe separar lo que YAHWEH ha unido.

10 Cuando estaban dentro de la casa, una vez más los talmidim le preguntaron sobre esto.

11 Y El respondió: "Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra su esposa,

12 y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro hombre, ella también comete adulterio."[49]

Jesús bendice a los niños

13 La gente le traía niños para que los tocara, pero los talmidim los reprendían.

14 Sin embargo, Yahshúa vio esto, se indignó, y les dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, no se lo impidan; porque el Reino de YAHWEH pertenece a los que son como ellos.

15 ¡Sí! Les digo que cualquiera que no reciba el Reino de YAHWEH como un niño, no entrará en él,"[50]

16 y los tomó en los brazos, les impuso sus manos, y pronunció una berajah sobre ellos

El joven rico

17 Cuando salía de camino, un hombre vino corriendo, se postró de rodillas delante de El, y le preguntó: "Rabí Bueno, ¿qué debo hacer para obtener vida eterna?"

18 Yahshúa le dijo: "¿Por qué me estás llamando bueno? ¡Nadie es bueno excepto YAHWEH![51]

19 Tú sabes los mitzvot: No asesines, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, ° no defraudes, honra a tu padre y a tu madre,..." °

20 "Rabí," le dijo: "He guardado todas estas cosas desde que soy un niño."

21 Yahshúa, mirándole fijo, sintió amor por él, y le dijo: "Te falta una cosa: Vete, vende cualquier cosa que tengas, dale a los pobres, y tendrás riquezas en el cielo. ¡Entonces ven y sígueme!"

22 Escandalizado por estas palabras, se fue triste, porque era un hombre rico.[52]

23 Yahshúa miró alrededor y dijo a sus talmidim: "¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el Reino de YAHWEH!"[53]

24 Los talmidim estaban atónitos ante estas palabras; pero Yahshúa les dijo otra vez: "¡Mis amigos, qué duro es entrar en el Reino de YAHWEH![54]

25 Es más fácil para un camello pasar a través del ojo de una aguja, que para un hombre rico entrar en el Reino de YAHWEH."[55]

26 Ellos estaban totalmente sorprendidos, y le dijeron: "Entonces ¿quién puede ser salvo?"

27 Yahshúa los miró, y dijo: "Humanamente es imposible, pero no así con YAHWEH; con YAHWEH todo es posible."

28 Kefa empezó a decirle: "Mira, lo hemos dejado todo, y te hemos seguido."

29 Yahshúa dijo: "¡Sí, les digo que no hay nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por amor a mí y por amor a las Buenas Noticias,

30 que no recibirá cien veces más, ahora en el olam hazeh, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras con persecuciones!- y en el olam habah la vida eterna.

31 ¡Pero muchos que son los primeros, serán los últimos; y muchos que son últimos, serán los primeros!"

Nuevamente Jesús anuncia su muerte

32 Iban por el camino, subiendo a Yerushalayim. Yahshúa caminaba delante de ellos, y estaban sorprendidos, y los que seguían tenían temor. De nuevo, tomando a los Doce aparte con El, comenzó a decirles lo que le iba a suceder:

33 "Ahora estamos subiendo a Yerushalayim, donde el Ben Ha Adam será entregado a los principales kohanim y a los maestros de la Toráh. Ellos le condenarán a muerte y lo entregarán a los Goyim;[56]

34 quienes se burlarán de El, le escupirán, le golpearán y le matarán; pero después de tres días resucitará."

Petición de Santiago y de Juan

35 Ya"akov y Yojanán, los hijos de Zavdai, vinieron a El, y dijeron: "Rabí, queremos que nos hagas un favor."

36 El les dijo: "¿Qué quieren que haga por ustedes?"

37 Le respondieron: "Cuando estés en tu gloria, déjanos sentarnos contigo, uno a tu derecha y otro a tu izquierda."

38 Pero Yahshúa respondió: "¡Ustedes no saben lo que piden! ¿Pueden beber la copa que estoy bebiendo, o ser sumergidos en la inmersión que tengo que soportar?"

39 Ellos dijeron: "Podemos." Yahshúa respondió: "La copa que estoy bebiendo, ustedes beberán, y la inmersión en la cual estoy siendo sumergido, la soportarán.

40 Pero sentarse a mi mano derecha y a mi izquierda, no es mío para dar. Más bien, es para aquellos que les ha sido preparado."

41 Cuando los otros diez oyeron acerca de esto, se violentaron con Ya"akov y Yojanán.

42 Pero Yahshúa los llamó hacia El, y les dijo: "Saben que entre los Goyim, aquellos que se supone que gobiernen se convierten en tiranos, y sus directores se convierten en dictadores.

43 ¡Pero entre ustedes no puede ser así! Por el contrario, cualquiera de ustedes que desee dirigir, tiene que ser su siervo;

44 y cualquiera que desee ser el primero de ustedes, ¡tiene que convertirse en el esclavo de todos!

45 Porque el Ben Ha Adam no vino para ser servido, sino para servir; para entregar su vida en rescate por el mundo."

El ciego Bartimeo recibe la vista

46 Vinieron a Yerijo y, cuando Yahshúa estaba saliendo de Yerijo con sus talmidim y una gran multitud, Bar-Timai (hijo de Timai) un mendigo ciego estaba sentado a un lado del camino,

47 y cuando oyó que era Yahshúa de Netzaret, empezó a gritar: "¡Yahshúa! ¡Hijo de David! ¡Ten compasión de mí!"

48 Muchos le regañaban y le ordenaban callarse, pero él gritaba todavía más fuerte: "¡Hijo de David! ¡Ten compasión por mí!"

49 Yahshúa se detuvo, y dijo: "¡Llámenle acá!" Llamaron al ciego, y le dijeron: "¡Valor! ¡Levántate, El te está llamando!"

50 Tirando su cobija al suelo, dio un salto y vino a Yahshúa.

51 "¿Qué quieres que haga por ti?" Yahshúa le preguntó. El hombre ciego le dijo: "Rabí, permite que pueda ver de nuevo."

52 Yahshúa le dijo: "¡Vete! Tu confianza te ha sanado." Al instante recibió su vista y le siguió por el camino.