Comentario Biblico


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1 El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad,

2 a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros:

3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.

4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.

5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.

6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.

7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.

8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.

9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.

10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!

11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.

12 Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido.

13 Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén.


1 El "anciano" es Juan, uno de los doce discípulos y el escritor del Evangelio según San Juan, tres epístolas y el libro de Apocalipsis. Para mayor información acerca de Juan, véase su perfil en Juan 13. Se escribió esta carta poco después de 1 Juan con el propósito de advertir la presencia de los falsos maestros. El saludo "a la señora elegida y a sus hijos" puede referirse a una mujer específica o a una iglesia cuya identidad se desconoce hasta hoy. Juan pudo haber escrito desde Efeso.

1-4 La "verdad" es la verdad acerca de Jesucristo, en contraposición a las mentiras de los falsos maestros (véase 1Jn 2:21-23).

5, 6 La declaración de que los cristianos deben amarse unos a otros es un tema recurrente en el Nuevo Testamento. Más aún, el amor al prójimo es un mandamiento antiguo que aparece por primera vez en el tercer libro de Moisés ( Lev 19:18). Podemos mostrar nuestro amor de diferentes formas: al evitar los prejuicios y la discriminación, al aceptar a la gente, al prestar atención, al ayudar, al dar, al servir y al negarnos a juzgar a los demás. No es suficiente conocer los mandamientos de Dios. Debemos andar "según sus mandamientos". (Véanse también Mat 22:37-39 y 1Jn 2:7-8.)

7 En la época de Juan, muchos falsos maestros enseñaron que el espíritu era bueno y que la materia era mala; por lo tanto, llegaron a pensar que Jesús no pudo haber sido Dios y hombre al mismo tiempo. En términos firmes, Juan advirtió en contra de esa clase de enseñanzas. Hay todavía muchos falsos maestros que fomentan una interpretación de Jesús que no es bíblica. Son peligrosos porque tergiversan la verdad y socavan los fundamentos de la fe cristiana. Pueden emplear palabras correctas, pero al mismo tiempo cambiar el significado. La forma de sus enseñanzas muestra mucho acerca de lo que creen con relación a Cristo. Para mayores detalles de cómo probar a los maestros, véase 1Jn 4:1.

8 Recibir "galardón completo" no se refiere a la salvación sino a la recompensa al servicio leal. Todo el que valoriza la verdad y en forma persistente se aferra a ella ganará su galardón íntegro del Señor. Perderán esa recompensa quienes viven para sí mismos y lo justifican enseñando falsas doctrinas (véase Mat 7:21-23).

10 Juan les ordena a los creyentes que no les den hospitalidad a los falsos maestros. Debían evitar estimular lo herético para que no se propagara la falsedad. Además, si los creyentes los invitaban a entrar, semejante acción mostraría que aprobaban lo que decían y hacían los falsos maestros. Puede parecer rudo rechazar a las personas aunque estén enseñando herejías. Pero es mucho mejor ser fiel a Dios que simplemente cortés con las personas. Juan no condena la hospitalidad a los incrédulos sino el apoyo a quienes se dedican a oponerse a la verdadera enseñanza de Dios. Juan añade que cualquiera que apoya a un falso maestro de alguna manera se hace cómplice de su obra maligna.

13 La enseñanza falsa es un asunto serio, y debemos tener cuidado de no pasarla por alto. Es tan serio que Juan escribió esta carta para alertar en contra de ella. Hay tantas enseñanzas falsas en nuestro mundo que podemos ser tentados a no darles mucha importancia. Por el contrario, debemos tener en cuenta los peligros que plantean y negarnos a darle a la herejía un punto de apoyo y ventaja.