Comentario Biblico


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1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,

3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,

4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;

6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;

7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,

10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.

11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados;

12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,

27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.


1.1 Pablo escribió esta carta a la iglesia en Roma. Todavía ningún líder de la iglesia (Jacobo, Pedro, Pablo) había estado allí; la iglesia se estableció con creyentes que visitaron Jerusalén durante Pentecostés ( Hch 2:10) y viajeros que oyeron las buenas nuevas en otros lugares y lo llevaron a Roma (por ejemplo, Priscila y Aquila; Hch 18:2; Rom 16:3-5). Pablo escribió la carta a los Romanos durante su ministerio en Corinto (al final de su tercer viaje misionero, antes de volver a Jerusalén; Hch 20:3; Rom 15:25) para animar a los creyentes y para expresarles su deseo de visitarlos algún día (en un lapso de tres años lo hizo). La iglesia romana no tenía el Nuevo Testamento, porque tal vez los Evangelios no habían circulado en su forma escrita final. Por lo tanto, esta carta puede muy bien ser la primera pieza de literatura cristiana que los romanos vieron. Escrita a judíos y gentiles cristianos, la carta a los Romanos es una presentación sistemática de la fe cristiana.

1.1 Cuando Pablo, un judío devoto que antes era un perseguidor de cristianos, creyó, Dios lo usó para esparcir el evangelio a través de todo el mundo. A pesar de su prisión, Pablo finalmente predicó en Roma ( Hechos 28) quizás hasta al mismo César. Si desea más información acerca de Pablo, véase Hechos 9.

1.1 Pablo humildemente se autodenomina siervo (esclavo) de Jesucristo. Para un ciudadano romano (y Pablo lo era), optar por ser esclavo era inimaginable, pero Pablo escogió ser completamente dependiente y obediente a su Señor amado. ¿Cuál es su actitud hacia Cristo el Señor? Nuestra obediencia a El nos capacita para ser útiles y siervos y así realizar la labor que en verdad importa.

1.2 Algunas de las profecías que predicen las buenas nuevas de Jesucristo son Gen 12:3; Sal 16:10; Sal 40:6-10; Sal 118:22; Isa 11:1ss; Zac 9:9-11; Zac 12:10; Mal 4:1-6.

1.3, 4 Pablo creía que Jesús era el Hijo de Dios, el Mesías prometido, y el Señor resucitado. Pablo llamó a Jesús descendiente del rey David para enfatizar que en verdad en El se cumplían las profecías del Antiguo Testamento en el sentido de que el Mesías vendría del linaje de David. Con esta declaración de fe Pablo manifiesta estar de acuerdo con las enseñanzas de las Escrituras y de los apóstoles.

1.3-5 Aquí Pablo resume las buenas nuevas de Jesucristo: (a) vino como humano, (2) era de linaje real judío, de la línea de David, (3) murió y resucitó, y (4) abrió la puerta para que la gracia y benignidad de Dios fueran nuestras. El libro de Romanos desarrolla estos temas.

1.5, 6 Los cristianos tenemos grandes privilegios y responsabilidades. Pablo y los apóstoles recibieron perdón (la gracia de Dios) como un privilegio inmerecido. Pero también se les asignó la responsabilidad de anunciar el mensaje del perdón de Dios a otros. Dios perdona los pecados de quienes por fe creen en El como Señor. Al hacerlo nos comprometemos a vivir una vida nueva. La nueva vida de Pablo incluyó un llamado de Dios, una responsabilidad que El le dio para testificar ante el mundo como misionero. Dios puede también llamarnos a ser misioneros en el extranjero, pero El nos llama a todos los creyentes a testificar y a ser ejemplo del cambio de vida que Jesús obra en los creyentes.

1.6, 7 Pablo dice que a quienes aceptan a Cristo, El los invita a: (1) ser parte de la familia de Dios, y (2) ser gente santa ("llamados a ser santos", apartados, dedicados para su servicio). ¡Qué expresión tan maravillosa de lo que significa ser un cristiano! Por haber renacido en la familia de Dios, poseemos la más grande experiencia de amor y la mayor herencia. Por todo lo que Dios ha hecho por nosotros, debemos esforzarnos por ser un pueblo santo.

1.6-12 Pablo mostró amor hacia la iglesia en Roma expresando el amor de Dios por ellos y su propia gratitud y apoyo en oración. Para hacer impacto en la vida de la gente, usted necesita amarla y creer en ella. La pasión de Pablo por enseñar a esta gente y tener compañerismo con ella empieza con el amor. Dé gracias a Dios por sus hermanos cristianos y dígales cuánto le importan.

1.7 Roma era la capital del Imperio Romano que se extendía por gran parte de Europa, el norte de Africa y el Cercano Oriente. En los tiempos del Nuevo Testamento, Roma disfrutaba su edad de oro. La ciudad era rica en el arte y las letras. Era un centro cultural pero a su vez la moral era decadente. Los romanos rendían culto a muchos dioses paganos. Incluso adoraron a algunos de los emperadores. En contraste con los romanos, los seguidores de Cristo creían en un solo Dios y vivían moralmente.

1.7 El cristianismo era muy diferente al poderío militar de los romanos. Muchos eran simplemente pragmáticos, creían que el fin justificaba los medios. Y para los romanos, nada era mejor que el vigor físico. Confiaban en su poderío militar para protegerse contra sus enemigos. Los cristianos de todas las edades deben recordar que Dios es la única fuente de permanente seguridad y salvación y, al mismo tiempo, ¡El es nuestro Padre!

1.8 Pablo usa la frase "gracias a mi Dios mediante Jesucristo" para enfatizar que Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre. A través de El, Dios nos envió su amor y perdón; en el nombre de Cristo expresamos nuestro agradecimiento a Dios (véase 1Ti 2:5).

1.8 Como los cristianos romanos se hallaban en el centro del poderío político del mundo occidental, eran sumamente visibles. Por fortuna, su reputación era excelente; su fe sólida se daba a conocer en todo el mundo. ¿Qué dice la gente cuando habla acerca de su congregación o denominación? ¿Son ciertos sus comentarios? ¿Qué podría hacer usted para que noten otros aspectos? ¿Cuál es la mejor manera de que el público reconozca su fe?

1.9, 10 Cuando ore por alguna preocupación, no se sorprenda por la forma en que Dios responda. Pablo oraba por su visita a Roma a fin de enseñar a los cristianos allí. Cuando al fin llegó a Roma, fue en calidad de prisionero (véase Hch 28:16). Pablo oró por un viaje tranquilo y llegó sin novedad después que lo arrestaran, abofetearan, naufragara y, entre otras cosas, lo mordiera una víbora. A menudo, la manera en que Dios responde nuestras oraciones difiere mucho de lo que esperamos. Cuando ore, espere la respuesta de Dios aunque a veces en maneras inesperadas.

1.11, 12 Pablo oraba por tener la oportunidad de visitar a estos cristianos a fin de animarlos en cuanto a sus dones y fe, y que ellos a su vez lo animaran a él. Como misionero de Dios, les ayudó a comprender el significado de las buenas nuevas de Jesús. Como pueblo santo de Dios, ellos podrían brindarle compañerismo y bienestar. Cuando los cristianos se reúnen, cada uno debiera dar y recibir. Nuestra fe en común nos da un lenguaje y propósito comunes para animarnos unos a otros.

1.13 Al final de su tercer viaje misionero, Pablo visitó Siria, Galacia, Asia, Macedonia y Acaya. A las iglesias de estas regiones se les llamaba gentiles debido a que estaban compuestas mayormente de gentiles.

1.14 Con "a griegos y a no griegos", Pablo se refiere a todos los de la cultura griega y a los que no son de esta cultura. "A sabios y a no sabios" se refiere a las personas educadas y a las analfabetas. ¿Cuál era la deuda de Pablo? Después de su experiencia con Cristo en el camino a Damasco (Hechos 9), consumió toda su vida en predicar las buenas nuevas de salvación. Su deuda era con Cristo por ser su Salvador y debía pagarla a todo el mundo. Pagó su deuda proclamando la salvación que hay en Cristo para todos, sean gentiles o judíos, sin importar barreras culturales, sociales, raciales ni económicas. Tenemos la misma deuda con Cristo porque El recibió el castigo reservado para nosotros, por el pecado. A pesar de que es imposible pagarle a Cristo por todo lo que ha hecho, podemos demostrar nuestra gratitud al dar amor a otros.

1.16 Pablo no se avergonzaba porque su mensaje era el mensaje de Cristo, las buenas nuevas. Era un mensaje de salvación, poderoso para cambiar vidas y para todos. Cuando se sienta tentado a avergonzarse, recuerde que las buenas nuevas se refieren a todo esto. Si se centra en Dios y en lo que hace en el mundo, antes que en sus limitaciones, su vergüenza pronto desaparecerá.

1.16 ¿Por qué el mensaje fue antes a los judíos? Por más de dos mil años fue un pueblo especial para Dios, desde que Dios escogió a Abraham y le prometió grandes bendiciones a sus descendientes ( Gen 12:1-3). Dios no los escogió porque lo merecieran ( Deu 7:7-8; Deu 9:4-6), sino porque quiso mostrar su amor y misericordia a través de ellos, enseñarles y prepararles para la venida del Mesías al mundo. Los escogió no porque tenga favoritos, sino para que el mundo conociera su plan de salvación.

Por siglos los judíos aprendieron acerca de Dios mediante la obediencia a sus leyes, celebrando sus fiestas y viviendo de acuerdo a sus principios morales. A menudo olvidaban las bendiciones de Dios y sufrían la disciplina, pero aun así poseían la herencia preciosa de poder creer y obedecer al único Dios verdadero. De entre todos los habitantes de la tierra, los judíos debían haber sido los primeros en recibir al Mesías y comprender su mensaje y misión, y así sucedió con algunos (véase Luc 2:25, Luc 2:36-38). Por supuesto, los discípulos y el gran apóstol Pablo fueron judíos fieles que reconocieron en Jesús al don más precioso de Dios dado al género humano.

1.16 Judíos y cristianos por igual se opusieron a las religiones romanas idólatras y los funcionarios romanos a menudo confundían a ambos grupos. Esto era muy fácil que sucediera ya que la iglesia cristiana en Roma se componía de judíos convertidos que asistieron a la fiesta de Pentecostés (véase Hch 2:1ss). Cuando Pablo escribió Romanos, sin embargo, muchos gentiles también se reunían en la iglesia. Los judíos y los gentiles necesitaban entender la relación entre el judaísmo y el cristianismo.

1.17 El evangelio muestra cómo Dios es justo en su plan para salvarnos y cómo puede hacernos aptos para la vida eterna. Al confiar en Cristo, entramos en buena relación con Dios. Del principio al fin, Dios nos declara justos por fe y solo por fe.

1.17 Pablo cita Hab 2:4. Cuando Habacuc dijo "vivirá", quizás se refería solo a la vida presente, pero Pablo amplía el concepto para incluir también la vida eterna. Al confiar en Dios, obtenemos salvación; hallamos vida ahora y para siempre.

1.18 ¿Por qué Dios revela su ira contra los pecadores? Porque sustituyen la verdad acerca de El con fantasías e imaginaciones (1.25). Ahogan la verdad de Dios naturalmente revelada a todas las personas, a fin de creer cualquier cosa que sustente su estilo de vida egocéntrico. Dios no puede tolerar el pecado porque su naturaleza es moralmente perfecta. No puede pasar por alto ni condonar una rebelión tan deliberada. Dios quiere quitar el pecado y restaurar al pecador, y puede hacerlo en la medida que el pecador no distorsione ni rechace la verdad con obstinación. Pero su ira se revela contra los que persisten en pecar. Asegúrese de no ir tras una fantasía en vez de ir tras el verdadero Dios. No desprecie la verdad acerca de El por proteger su propio estilo de vida.

1.18ss Romanos 1.18-3.20 desarrolla el argumento de Pablo de que nadie puede decir que por sus méritos es aceptable ante los ojos de Dios: ni las multitudes, ni los romanos, ni siquiera los judíos. Todas las personas, sin importar el lugar en que se hallen, merecen la condenación de Dios por sus pecados.

1.18-20 ¿Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza. Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No sea negligente. Cuando llegue el día en que deba ser juzgado por lo que haya escogido, no habrá excusa. Empiece a darle hoy su devoción y adoración.

1.18-20 En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios. Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta. Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.

1.18-20 Algunas personas se preguntan por qué necesitamos misioneros si la gente puede conocer a Dios a través de la naturaleza (la creación). La respuesta: (1) A pesar de que la gente sabe que Dios existe, anulan esta verdad con sus perversiones y rechazan así toda relación con El. Los misioneros con mucho tacto les señalan ese error y les muestran la posibilidad de un nuevo comienzo. (2) A pesar de que las personas pueden creer en Dios, no quieren compromisos con El. Los misioneros intentan persuadirlos mediante palabras afectuosas y obras de amor. (3) Los misioneros convencen a la gente que rechaza a Dios de las peligrosas consecuencias de ese rechazo. (4) A través de los misioneros la iglesia obedece la Gran Comisión de nuestro Señor ( Mat 28:19-20). (5) Y lo que es más importante, aunque la naturaleza revela a Dios, a la gente hay que hablarle de Cristo y cómo, a través de El, pueden tener una relación personal con Dios.

No es suficiente saber que Dios existe. La gente debe aprender que Dios es amor. Debe entender lo que hizo para demostrarnos su amor ( Mat 5:8). Debe mostrárseles cómo aceptar el perdón de pecados que ofrece Dios. (Véase también 10.14, 15.)

1.20 ¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas. Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece. En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.

1.20 Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre. El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza ( Gen 3:17-19). Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes. En Rom 8:19-21, Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado (véase Rev 22:3).

1.21-23 ¿Cómo pueden las personas inteligentes volverse idólatras? La idolatría empieza cuando la gente rechaza lo que sabe acerca de Dios. En lugar de poner sus ojos en El, el Creador y sustentador de la vida, actúan como si fueran el centro del universo. Muy pronto inventan "dioses" que se ajustan muy bien a su egoísmo, sus planes y sus designios. Estos dioses pueden ser figuras de madera, pero también pueden ser metas o cosas que queremos tener tales como dinero, poder o comodidades. Aun podrían ser representaciones erróneas de Dios mismo en las que lo conformamos a nuestra imagen, en lugar de que sea al revés. El denominador común es: los idólatras adoran las cosas que Dios ha hecho antes que a Dios mismo. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Dónde están sus sueños, planes, esperanzas? ¿Rinde culto a Dios o a ídolos que se ha fabricado?

1.21-32 Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado. Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus ideas de qué debe ser y hacer un dios; luego caen en pecado: pecado sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión, engaño, malicia, chisme. Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que sientan lo mismo. Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal. Pero cuando las personas lo rechazan, les concede vivir como hayan escogido. Dios los entrega o los hace sentir la consecuencia natural de sus pecados. Una vez atrapados por la espiral descendente, no pueden librarse. Los pecadores deben confiar en Cristo solamente si han de hallar la vía de escape.

1.23 Cuando Pablo dice que el hombre cambió la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imágenes de aves, de cuadrúpedos y de reptiles, pareciera que a propósito define la maldad del hombre en los términos utilizados en Génesis, donde se narra la caída de Adán (véase Gen 1:20-26). Cuando adoramos a la criatura en lugar del Creador, perdemos de vista nuestra identidad como seres superiores a los animales, hechos a la imagen de Dios.

1.24-32 Estas personas decidieron rechazar a Dios y El se lo permitió. Por lo general, Dios no interfiere en nuestras decisiones que van en contra de su voluntad. Nos permite declarar nuestra aparente independencia de El, a pesar de que sabe que en poco tiempo seremos esclavos de nuestra rebeldía, y perderemos la libertad de no pecar. ¿Tiene la vida sin Dios la apariencia de libertad para usted? Estúdielo bien. No hay peor esclavitud que la del pecado.

1.25 La gente tiende a creer en mentiras que respaldan sus propias creencias egocéntricas. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con los datos a los que permitimos moldear nuestras convicciones. A través de la televisión, la música, las películas y el resto de los medios masivos de comunicación que nos presentan estilos de vida pecaminosos y valores malsanos, constantemente nos bombardean con actitudes y creencias opuestas por completo a la Biblia. Tenga cuidado con lo que permite llegue a formar parte de sus opiniones. La Biblia es la única norma de verdad. Evalúe las demás opiniones a la luz de sus enseñanzas.

1.26, 27 El plan divino en cuanto a las relaciones sexuales normales es el ideal de Dios para su creación. Es lamentable, pero el pecado distorsiona el uso natural de los dones de Dios. A menudo, el pecado no solo implica negar a Dios, sino también negar la forma en que nos hizo. Cuando una persona dice que cualquier acto sexual es aceptable siempre que no hiera a nadie, se está engañando. A la larga (y por lo general en breve) el pecado hiere a la gente: individuos, familias, sociedad. ¡Qué lamentable que la gente adore las cosas que Dios ha hecho en lugar de rendir culto al Creador, al grado que muchas veces distorsione y destruya las cosas que realmente valen! Sin embargo, es imposible comprender el plan natural de Dios sin llegar a conocer al Creador mismo.

1.26, 27 La homosexualidad (cambio o abandono de las relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en los nuestros. Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es recibir a todo el que acuda a El en fe y los cristianos deben amar a los demás sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente prohibida en las Escrituras ( Lev 18:22). En el mundo de hoy, muchos consideran aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la que establece el patrón para las leyes de Dios. Muchos homosexuales creen que sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son normales). Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse. Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza. No menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados sexuales así como perdona otros pecados. Ríndase a la gracia y a la misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado e ir a la luz de su libertad y amor. La oración, el estudio de la Biblia y el firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas. Si usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.

1.32 ¿Cómo sabía esta gente que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte? Los seres humanos, creados a la imagen de Dios, tienen conciencia y naturaleza moral básica. Esta verdad se acepta más allá de los círculos religiosos. Los sicólogos, por ejemplo, dicen que la persona sin conciencia sufre un serio desorden de la personalidad que es muy difícil de tratar. Por instinto, muchas personas se dan cuenta cuando hacen algo incorrecto, pero pudiera no importarles. Algunas personas, incluso, se arriesgan a una muerte temprana por saciar sus deseos ahora. "Sé que es malo, pero lo quiero", dicen; o "Sé que es peligroso, pero correré el riesgo". Para este tipo de personas, parte de su distracción es ir contra la voluntad de Dios, las normas morales de la comunidad, el sentido común y su concepto de lo que es bueno o malo. Pero en lo profundo de su ser saben que la paga del pecado es la muerte (6.23).


¿QUE ES FE?

Fe es una palabra con muchos significados. Puede significar fidelidad ( Mat 24:45), confianza absoluta, como lo demostraron algunas personas que fueron a Jesús buscando sanidad ( Luc 7:2-10). Puede significar una esperanza confiada ( Heb 11:1). O, como Santiago menciona, creencia muerta que no se muestra en buenas obras ( Stg 2:14-26). ¿Qué quiso decir Pablo cuando, en Romanos, habla de la fe salvadora?


Debemos ser muy cuidadosos para comprender cómo Pablo usa la palabra fe debido a que la relaciona con la salvación. No es algo que debemos hacer a fin de ganar la salvación; si fuera así, la fe sería solo una obra más y Pablo establece con claridad que las obras humanas nunca podrán salvarnos ( Gal 2:16). En cambio, la fe es un don que Dios nos da porque es nuestro Salvador ( Apo 2:8). La gracia de Dios es lo que nos salva, no nuestra fe. En su misericordia, sin embargo, cuando El nos salva nos da fe, una relación con su Hijo que nos ayuda a ser como El. Mediante la fe que nos da, pasamos de muerte a vida ( Jn 5:24).

Aun en el período del Antiguo Testamento, la gracia, no las obras, fue la base de la salvación. Como Hebreos señala: "Porque la sangre de toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados" ( Jn 10:4). Dios procuraba que su pueblo, más allá de los sacrificios de animales, lo viera a El, pero a menudo ponían su confianza en el cumplimiento de las demandas de la Ley: llevar a cabo los sacrificios ordenados. Cuando Jesús triunfó sobre la muerte, canceló los cargos que existían en nuestra contra y abrió el camino al Padre ( Col 2:12-15). Debido a su misericordia nos brinda fe. ¡Qué trágico que convirtamos la fe en obras y tratemos de efectuarlas dependiendo de nosotros mismos! No podemos acercarnos a Dios mediante nuestra fe, nunca más como en el Antiguo Testamento la gente se acercaba a Dios a través de sus sacrificios. En lugar de eso debemos aceptar su ofrecimiento con acción de gracias y permitirle plantar la semilla de fe en nosotros.