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Job 1:5 Biblia Dios habla hoy | 61 Versiones de la Biblia Comparar

Job 1

5 Al terminar los días del convite, Job los mandaba llamar para purificarlos. Temprano de mañana ofrecía holocaustos por cada uno de ellos. Porque Job pensaba: "Tal vez mis hijos pecaron y blasfemaron a Dios en sus corazones". De esta manera hacía cada vez.

Job 1

5 Cuando terminaba una ronda de fiestas, Iyov les mandaba a decir que se santificaran y, levantándose temprano en la mañana, hacía ofrendas quemadas, una por cada uno de ellos; porque Iyov pensaba: “Tal vez mis hijos han pecado y han blasfemado a Elohim en sus pensamientos”. Esto es lo que hacía Iyov siempre.

Job 1

5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

Job 1

5 Y sucedía [acontecía] que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

Job 1

5 Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los purificaba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: “Quizás mis hijos habrán pecado y habrán maldecido a Dios en su corazón”. De esta manera hacía continuamente.

Job 1

5 Concluido el turno de los días del convite, Job los hacía venir, y los santificaba. Madrugando por la mañana ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos; pues decía Job: Quizá hayan pecado mis hijos, y maldecido a Dios en sus corazones. Así obraba Job siempre.

Job 1

5 Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido[1] en su corazón a Dios». Para Job esta era una costumbre cotidiana.

Job 1

5 Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido[1] en su corazón a Dios». Para Job esta era una costumbre cotidiana.

Job 1

5 Al terminar el ciclo de los banquetes, Job reunía a sus hijos y los santificaba; se levantaba muy de mañana y presentaba una ofrenda por cada uno de ellos. Porque pensaba: «Quizás mis hijos hayan pecado y en su corazón se hayan alejado de Dios». Estas cosas eran costumbre en Job.

Job 1

5 Y, cuando terminaran los días del festín, enviaba Job y purificábalos, levantándose al alba, y ofrecía por ellos hostias, según el número de ellos, y becerro uno por pecado, por las almas de ellos. Pues decía Job: «No sea que mis hijos en su mente mal hayan pensado para con Dios». Así, pues, hacía Job todos los días(d) .