Biblias Múltiples



1 Tesalonicenses 2:8 Biblia Reina Valera 1960 | 71 Versiones de la Biblia Comparar

1 Tesalonicenses 2

8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.

1 Tesalonicenses 2

8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino aun nuestras almas; porque nos erais muy amados.

1 Tesalonicenses 2

8 Tan grande es nuestro cariño por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra propia vida. ¡A tal grado hemos llegado a amarlos!

1 Tesalonicenses 2

8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos.

1 Tesalonicenses 2

8 Tanto os queríamos, que estábamos dispuestos a daros no sólo el Evangelio de Dios, sino nuestras propias vidas. ¡Habéis llegado a sernos entrañables!

1 Tesalonicenses 2

8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Buena Noticia de Di-s, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos.

1 Tesalonicenses 2

8 Tanto es nuestro cariño para ustedes que nos parecía bien entregarles no sólo la Buena Noticia de Elohim sino también nuestras propias vidas, porque ustedes han llegado a sernos muy amados.

1 Tesalonicenses 2

8 así nosotros, por el cariño que os tenemos, nos deleitamos en compartir con vosotros no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quereros!

1 Tesalonicenses 2

8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.

1 Tesalonicenses 2

8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos.