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Deuteronomio 28:55 Biblia Reina Valera 1960 | 61 Versiones de la Biblia Comparar

Deuteronomio 28

55 para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

Deuteronomio 28

55 para no compartir con ellos la carne del hijo que se coma. Y no habrá nada que comer durante el ataque a las ciudades y la horrible angustia que tu enemigo te hará sufrir en todas tus ciudades;

Deuteronomio 28

55 por tener que repartir con otros la carne del hijo que se coma, al no haberle quedado ya nada, en la angustia del asedio con que te estreche tu enemigo, en todas tus ciudades;

Deuteronomio 28

55 y no dará a ninguno de ellos nada de la carne de sus hijos que se comerá, ya que no le quedará nada en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

Deuteronomio 28

55 negándose a compartir con ellos la carne de los hijos que se estará comiendo, porque nada le quedará durante el asedio y la angustia a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades.

Deuteronomio 28

55 para no compartir con ellos la carne de sus hijos, que él se comerá, por no haberle quedado nada en medio del asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.

Deuteronomio 28

55 por miedo de tener que repartir con alguno de ellos la carne de sus hijos, que él comerá, por no quedarle otra cosa que comer en el asedio y en la angustia a que te someterá tu enemigo en todas tus ciudades.

Deuteronomio 28

55 a tal grado que no compartirá con ellos nada de la carne de sus hijos que se esté comiendo, pues será todo lo que le quede.»Tal será la angustia que te hará sentir tu enemigo durante el asedio de todas tus ciudades,

Deuteronomio 28

55 para no compartir con ellos nada de la carne de los hijos que se coma, porque no le quedará nada a causa de la desesperada estrechez a la que te reducirá tu enemigo en todos tus poblados.

Deuteronomio 28

55 negándose a compartir con ellos la carne de sus hijos que se comerá, al quedarle ya nada en el asedio y la angustia a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades.