Biblias Múltiples



Eclesiastés 4:8 Biblia Reina Valera 1960 | 61 Versiones de la Biblia Comparar

Eclesiastés 4

8 Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

Eclesiastés 4

8 hay quien vive solo, sin compañero, sin hijos ni hermanos; trabaja sin descanso y no está contento con sus riquezas: "¿Para quién trabajo yo y me privo de satisfacciones?". También esto es vanidad y dura tarea.

Eclesiastés 4

8 Había un hombre solo, sin sucesor, Que no tenía hijo ni hermano, Sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, Y nunca se preguntó: ¿Para quién trabajo yo Y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa.

Eclesiastés 4

8 que no deja de extenuarse trabajando, nunca se siente lo bastante rico. Pero ¿para quién trabaja, para quién son esas privaciones? Ese es un mal negocio y que no tiene sentido.

Eclesiastés 4

8 Un hombre está solo, sin sucesor, sin hijo ni hermano. Nunca cesa de trabajar, sus ojos no se sacian de riquezas, ni se pregunta: «¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida de todo bienestar?». También esto es vanidad y duro trabajo.

Eclesiastés 4

8 un hombre completamente solo, sin hijos ni hermanos, y que, sin embargo, no pone fin a su trabajo ni sus ojos se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También eso es vanidad y mal negocio.

Eclesiastés 4

8 vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tar

Eclesiastés 4

8 Se da el caso de un hombre solo y sin sucesor, que no tiene ni hijo ni hermano; pero no cesa de todo su duro trabajo, ni sus ojos se sacian de riquezas, [ni se pregunta:] “¿Para quién me afano yo, privándome del bienestar?” También esto es vanidad y una tarea penosa.

Eclesiastés 4

8 a saber, un hombre solo, sin sucesor, sin hijos ni hermano; sin límite a su fatiga, sin que sus ojos se harten de riqueza. "Mas ¿para quién me fatigo y privo a mi vida de felicidad?" También esto es vanidad y mal negocio.

Eclesiastés 4

8 hay quien vive solo, sin sucesor, sin hijos ni hermano; su fatiga no tiene límites, y sus ojos no se hartan de riquezas: "¿Para quién me fatigo entonces y me privo de felicidad?" También esto es vanidad y mal negocio.