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Deuteronomio 1:16 Biblia Serafín de Ausejo 1975 | 62 Versiones de la Biblia Comparar

Deuteronomio 1

16 Y entónces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oid entre vuestros hermanos: juzgád justamente entre el hombre y su hermano, y entre su extranjero.

Deuteronomio 1

16 Y entonces mandé á vuestros jueces, diciendo: Oid entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero.

Deuteronomio 1

16 Y entonces mandé à vueſtros juezes, diziendo, Oyd entre vueſtros hermanos, y juzgad juſtamente entré el hombre y ſu hermano, y entre ſu eſtrangero.

Deuteronomio 1

16 »En aquel tiempo, les di a los jueces las siguientes instrucciones: “Ocúpense de oír todos los casos de sus hermanos israelitas y también los de los extranjeros que viven entre ustedes. Sean totalmente justos en las decisiones que tomen

Deuteronomio 1

16 En ese tiempo yo comisioné a sus jueces: "Oigan los casos que se levanten entre sus hermanos; y juzguen justamente entre un hombre y su hermano, y el extranjero que está con él.

Deuteronomio 1

16 Al mismo tiempo les di a sus jueces las siguientes instrucciones: "Atiendan a todos y háganles justicia, tanto a sus compatriotas como a los extranjeros;

Deuteronomio 1

16 Y en aquella ocasión mandé a vuestros jueces, diciendo: "Oíd los pleitos entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él.

Deuteronomio 1

16 Además, en aquel tiempo les di a sus jueces la siguiente orden: “Atiendan todos los litigios entre sus hermanos, y juzguen con imparcialidad, tanto a los israelitas como a los extranjeros.

Deuteronomio 1

16 Además, en aquel tiempo les di a sus jueces la siguiente orden: Atiendan todos los litigios entre sus hermanos, y juzguen con imparcialidad, tanto a los israelitas como a los extranjeros.

Deuteronomio 1

16 »En ese momento les dije a ustedes todo lo que debían hacer. A los jueces les dije que fueran justos con todos por igual, sin importar que fueran pobres o ricos, israelitas o extranjeros, y sin tener miedo de nada ni de nadie, pues Dios respaldaría sus decisiones. También les dije que cuando algún caso les fuera muy difícil, me lo pasaran a mí, para que yo lo juzgara.