Biblias Múltiples



Job 1:5 Biblia Torres Amat 1825 | 61 Versiones de la Biblia Comparar

Job 1

5 Concluido el turno de los días del convite, enviaba Job a llamarlos, y los santificaba, y levantándose de madrugada ofrecía holocaustos a Dios por cada uno de ellos. Porque decía: No sea que mis hijos hayan pecado y desechado a Dios en sus corazones. Esto hacía Job en todos aquellos días.

Job 1

5 Al terminar esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Esto lo solía hacer Job cada vez.

Job 1

5 Cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Job siempre hacía así.

Job 1

5 Una vez terminados los días de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos; se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno de ellos, pues decía: "Puede que mis hijos hayan pecado y ofendido a Dios en su corazón. Así hacía Job.

Job 1

5 Y sucedía que una vez pasados los días de turno, Job los hacía venir y los santificaba. Se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: «Quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones». Esto mismo hacía cada vez.

Job 1

5 Una vez terminados los d as de banquete, Job los hac a venir para purificarlos y, levantándose muy de ma ana, ofrec a un holocausto por cada uno de ellos, pues se dec a para s: "Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón". As hac a Job constantemente.

Job 1

5 Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios.» Para Job és

Job 1

5 Cuando terminaba una ronda de fiestas, Iyov les mandaba a decir que se santificaran y, levantándose temprano en la mañana, hacía ofrendas quemadas, una por cada uno de ellos; porque Iyov pensaba: “Tal vez mis hijos han pecado y han blasfemado a Elohim en sus pensamientos”. Esto es lo que hacía Iyov siempre.

Job 1

5 Al terminar los días de estos convites, Job les mandaba a llamar para purificarlos; luego se levantaba de madrugada y ofrecía holocaustos por cada uno de ellos. Porque se decía: "Acaso mis hijos hayan pecado y maldecido a Di-s en su corazón." Así hacía Job siempre.

Job 1

5 Una vez acabados estos días de fiesta, Job los llamaba para purificarlos; al día siguiente, de madrugada, ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba que a lo mejor habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Siempre hacía lo mismo.