1.1 Aunque la frase los expatriados de la dispersión tiene como trasfondo el exilio de la diáspora judía en el AT, los destinatarios de esta carta eran predominantemente cristianos gentiles.
1.2 Véase la sección 3 «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
1.2 Elegidos: Al igual que Dios escogió a Israel, escogió también a la Iglesia desde la eternidad como su propio pueblo.
1.3 Nos hizo renacer se refiere al nuevo nacimiento (véase v. 23, donde el mismo verbo griego se traduce como «siendo renacidos»). El Cristo viviente hace posible una esperanza viva.
1.4 A diferencia de la antigua herencia de Israel en Canaán, la herencia cristiana es vida eterna en el reino de Dios ( Mr 10.17, 29, 30).
1.5 La salvación en el NT es pasado, presente y futuro. Aquí se habla de nuestra gloriosa salvación final cuando tenga lugar la Segunda Venida de Cristo.
1.5 guardados, phroureo; Strong #5432: Término extraído del vocabulario militar que describe a un centinela de guardia. Estamos en medio de un combate espiritual, pero el poder y la paz de Dios ( Flp 4.7) son nuestros centinelas y protectores.
1.6 9 La perspectiva de la salvación en la Segunda Venida de Cristo inspira gran gozo en medio del sufrimiento. Hay también un disfrute anticipado de esta salvación por medio de la fe (v. 9).
1.6, 7 Véase la sección 4 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
Una carta a los cristianos de la diáspora.
La Primera epístola de Pedro está dirigida «a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia». Escribiendo desde Roma, el autor los alienta a ser fuertes en la fe cuando enfrenten persecuciones.
1.6 En comparación con la herencia eterna y la salvación por venir (véanse vv. 4, 5), las pruebas son sólo por un poco de tiempo.
1.7 Cuando sea manifestado (apocalypsis en griego): Se refiere al regreso de Cristo, y sugiere la revelación de lo que no había sido visto (véase v. 8).
1.10 12 Véase la sección 4 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
1.10 12 Aunque los profetas del AT tuvieron una visión incompleta de los acontecimientos que rodearon la venida de Cristo, anticiparon, gracias al Espíritu, esta salvación que los cristianos ahora tienen y también en el futuro experimentarán (vv. 5-9).
1.13, 14 Por tanto: La seguridad de la salvación (vv. 10 12) es básica para la vida en santidad. La figura ceñid los lomos de vuestro entendimiento alude a la costumbre oriental de ceñirse los largos vestidos con un cinturón como preparación para entrar en acción.
1.14 Véase la sección 3 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
1.15,16 La naturaleza santa de Dios es la motivación para la santidad cristiana.
1.15 Véase la sección 2 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
1.17 Véase la sección 2 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.
1.17 La certeza de que Dios juzgará nuestra obra es otro incentivo para buscar la santidad. Temor tiene aquí el sentido de reverencia.
1.18,19 En el mundo antiguo los esclavos podían ser rescatados (liberados) pagando el precio correspondiente.
1.18,19 Rescatados por la sangre, LA SANGRE. «Redimidos» significa
«rescatados». El redentor paga un precio digno para reclamar algo que previamente le había pertenecido. La humanidad cuando fue creada pertenecía a Dios, pero por el pecado se perdió. La sangre de Cristo es el precio de nuestro rescate, o redención. Dios nos ofrece la sangre de Cristo como el sacrificio de sustitución y lo acepta cuando nosotros se lo ofrecemos a Él. Nuestra transacción con Dios no es, por lo consiguiente, una cuestión
de oro y plata; sino que se trata de vida y muerte. Cristo dio su sangre para rescatarnos del pecado y de la muerte. Su sangre es un precio digno y provee un lazo de unión indestructible entre Dios y el hombre. ( Ef 2.13/ Jn 6.53, 54) C.S
1.18, 19 La mayor necesidad del hombre es la salvación, VALOR HUMANO. El valor del ser humano se puede inferir del precio que se pagó para redimir al hombre ( Jn 3.16; 1 Co 6.20). Dios el Hijo, a través de quien los mundos fueron creados, se hizo carne y murió por los pecados del género humano. El hecho de que voluntariamente derramara su sangre y muriera por nosotros revela no solamente el valor de la personalidad humana, sino también la importancia de la salvación. A través de Cristo, los creyentes son perdonados, justificados y, por el nuevo nacimiento, renovados en la imagen de Dios. Los hombres y las mujeres caídos sólo pueden producir las obras de la carne. Sólo el Espíritu, a través del nuevo nacimiento, puede renovar y recuperar aquello que la caída destruyó ( Jn 3.5, 6). Para alcanzar el más alto potencial humano y tener vida abundante, debemos aceptar a Cristo por la fe. ( Mt 27.32/ Jn 10.10) C.B.
1.20 Los postreros tiempos fueron inaugurados con la primera venida de Cristo (véanse Hch 2.17; Heb 1.2).
1.22,23 El nuevo nacimiento trae pureza interior, la cual se manifiesta en amor hacia los hermanos y hermanas en la fe.
1.22 no fingido, anupokritos; Strong #505: De a, negativo, y hupokrisis, «hipocresía»; de ahí, «sin hipocresía». En vista de que hipocresía originalmente se refería a la actuación en un drama, anupokritos significa una sinceridad libre de pretensiones y falsedades.
1.23 El poder regenerador de la Palabra de Dios, LA PALABRA DE DIOS. Exactamente igual a como debemos nuestra existencia natural a la palabra hablada del Creador y al aliento de vida que insufló en nosotros, así también nuestro nuevo nacimiento se debe a la Palabra de Dios y a la activación del poder del Espíritu Santo. La intención de Dios en cuanto a nuestro ser creado se cumple plenamente sólo cuando nuestros espíritus se vivifican en su presencia. Así como el pecado ha producido muerte espiritual ( Ef 2.1 3), la salvación en Cristo Jesús ha provisto vida espiritual. Este versículo nos dice que la «semilla» que ha producido nueva vida en nosotros es la Palabra de Dios, la cual nos ha hecho nacer de nuevo por el poder del Espíritu Santo ( Tit 3.5) y nos ha hecho también miembros de la nueva creación de Dios (2 Co 5.17). El poder de la Palabra de Dios las Sagradas Escrituras , se manifiesta por encima de todas las cosas en esto: da vida espiritual a todos los que reciben su verdad. Santiago 1.18 se refiere al hecho de que «la palabra de verdad» es el medio por el cual Él nos dio nueva vida, enfatizando que Él lo ha hecho así, como expresión de su propia voluntad. La voluntad de Dios para salvarnos (2 P 3.9) ha sido eficazmente expresada en Su Palabra, la cual realiza esa obra ( Jn 1.13). (2 Co 3.5 8/ Sal 119.89 91) J.W.H.
1.22 Véase la sección 3 de «Verdad en acción» al final de 1 Pedro.