1.1 Santos: Describe un estado del ser humano y nunca un simple título religioso en la Biblia. Son llamados así los que han sido hechos santos mediante la salvación.
1.3 Bendición espiritual: Se refiere a los privilegios divinos concedidos al creyente, esto es, al haber sido escogido, adoptado y perdonado por Dios. En 1 Corintios 12.1 se utiliza la misma palabra griega para «espiritual» al referirse a los dones del Espíritu Santo, lo cual evidencia que éstos están incluidos entre las «bendiciones».
1.5 Predestinado: Afirma la existencia de un plan y un propósito divinos garantizados para todos los redimidos; no sugiere ningún fatalismo que incluya a unos mientras excluye a otros.
1.6 Aceptos: Significa literalmente «agraciados por la gracia». «En Cristo» es un término recurrente que designa la esfera en que tiene lugar toda salvación, y el ámbito en el cual se realizan los propósitos del reino de Dios.
1.6 alabanza, epainos; Strong #1868: Aprobación, encomio, elogio. Epainos expresa no solamente alabanza por lo que Dios hace para nosotros, sino también por lo que él es reconociendo su gloria.
1.7 Esta carta insiste reiteradamente en que la fuente de toda gracia es la muerte expiatoria de Jesucristo en la cruz (2.16), al costo de su sangre redentora (2.13). Dios ofrece perdón sólo a través de Cristo (4.32). El perdón es posible porque Cristo amó la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella (5.25 27).
1.9 Misterio era antes un secreto divino, pero ahora en el NT es una verdad completamente revelada para ser comprendida y aplicada.
1.10 Dispensación: La palabra griega alude a la administración o manejo de una casa, no a un período de tiempo restringido. Pablo está hablando de los arreglos o «dispensaciones» de Dios en la historia humana.
1.11 El designio de su voluntad: Es el plan eterno e inalterable de Dios. Repetidas referencias a la voluntad de Dios (vv. 1, 5, 9, 11) establecen la confianza en el firme propósito y el sólido fundamento de la vida en Cristo.
1.13 Fuisteis sellados es visto por algunos como una referencia a la justificación, pero ese término no se utiliza aquí y el énfasis del versículo es diferente. La justificación implica aceptación; sellar evoca el concepto de autoridad ( Jn 3.33, 34). Por lo tanto, este versículo debe referirse a Hechos 19.1 6, donde los efesios, que ya habían creído, recibieron la plenitud del Espíritu Santo después que Pablo les habló y ministró.
1.14 Arras significa literalmente «depósito», «pago inicial» o «pago de entrada». La inversión hecha en nosotros por el Espíritu Santo es el título que da garantía a Dios de ser nuestro dueño completamente y para siempre.
1.16 Para conocer el peso y la dimensión de la vida de oración en la iglesia primitiva, estúdiese el contenido de las dos oraciones de Pablo registradas en esta carta (vv. 16 23; 3.14 21).
1.17 Sabiduría y revelación no deben ser interpretadas como elementos místicos.
«Sabiduría» tiene que ver con principios prácticos y funcionales; «revelación» se refiere a una percepción clara y a un entendimiento aplicable. La fuente divina y sobrenatural de ambas es el Espíritu Santo.
1.17 19 El espíritu de revelación, PROFECÍA. Pablo dice que ora para que los destinatarios de su carta reciban «espíritu de sabiduría y de revelación», con el doble objetivo de que conozcan a Cristo y entiendan el propósito y el poder de Dios en sus vidas. Tal «revelación» es como un descorrer del velo del corazón, a fin de que podamos recibir entendimiento profundo sobre la manera en que la palabra de Dios intenta obrar en nuestras vidas. Se la
puede aplicar a la enseñanza o a la predicación especialmente ungida para ayudar a la gente a ver la gloria de Cristo y la manifestación de su propósito y poder en sus vidas. Pero al hacer semejante uso bíblico del término, tal como aparece en Efesios 1, es de sabios recordar su otro uso aun más grandioso.
La palabra «revelación» se emplea de dos maneras en la Biblia. Es importante distinguirlas, no solamente para evitar confusión en el estudio de la Palabra de Dios, sino también para evitar caer en la trampa de las ideas humanistas y en un error irremediable. A las Sagradas Escrituras se las llama «la Palabra revelada de Dios». La Biblia declara que la «Ley» de Dios ( Dt 29.29) y los «profetas» ( Am 3.7) son el resultado de la revelación divina, lo cual describe a todo el AT como «revelado». En el NT, esta palabra también se aplica a «las escrituras» ( Ro 16.25; Ef 3.3, Ap 1.1), las cuales llegaron a formar parte del canon completo de la Biblia (véase «El contenido de la Palabra de Dios está completo», Pr 30.5, 6).
La sabiduría y el entendimiento, al igual que un hablar sano y práctico, recomiendan que el creyente de hoy conozca y claramente exprese lo que quiere decir cuando habla de «revelaciones». El Espíritu Santo, a decir verdad, nos da revelación, así como este texto lo enseña. Pero esta intuición profética nunca se la debe considerar como igual a la recepción real de las Santas Escrituras. Con todo y lo buena que puede ser la ayuda de nuestra intuición al estudiar la Palabra de Dios, la finalidad de la totalidad de la revelación de la Santa Palabra es el único fundamento seguro para la edificación de nuestras vidas ( Mt 7.24 29). (1 Jn 4.1 6/1 Co 14.1) J.W.H.
1.18 Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento literalmente significa que su corazón pueda recibir el resplandor de la esperanza que nos llega cuando entendemos la enormidad de la inversión de Dios en nosotros.
1.19 Según aparece repetidamente y significa «en la misma medida que» o «en el grado exacto».
1.20 Lugares celestiales no se refiere al cielo, en el sentido de ser el hogar destinado a los redimidos. En lugar de ello, la palabra griega usada aquí se refiere al reino invisible que rodea nuestra presente situación diaria, la arena o la esfera donde se desarrolla la acción y la actividad espiritual. La autoridad de Cristo, que se manifiesta en toda época y supera cualquier poder conocido, está aquí y ahora (véanse también v. 3; 2.6; 3.10; 6.12).
1.21 Principado y autoridad y poder y señorío son términos usados consistentemente para referirse a las autoridades gobernantes en los reinos visibles e invisibles (véase 3.10). El NT revela una jerarquía invisible o poderes malignos que engañan y manipulan la conducta humana, haciendo de ese modo avanzar las estrategias satánicas. Cristo mismo y todos los que están en Cristo son puestos en autoridad sobre estos poderes; una autoridad que sólo la batalla espiritual puede afirmar, demostrar y mantener (6.12).
1.22,23 Su cuerpo: El intento primario de esta carta es mostrar a la Iglesia como la presente y física presencia de Cristo. La Iglesia tiene que estar llena con Él por el Espíritu Santo y ha recibido la orden del Señor Jesús de representarlo en la sociedad y dar a conocer su vida, amor y poder.