1.1,2 La inspiración de las Escrituras por el Espíritu Santo no excluye la investigación cuidadosa de los hechos por parte de sus autores humanos. Las fuentes de Lucas, que él no considera inexactas sino insuficientes, eran de dos tipos: escritas y orales. Muchos habían tratado de organizar de manera ordenada las colecciones de fragmentos de las enseñanzas y la obra de Jesús, y los testigos presenciales habían preservado y narrado lo que habían visto. Lucas no está interesado en escribir teoría religiosa, sino que él cuenta las buenas nuevas de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas.
1.3 La expresión, después de haber investigado con diligencia traduce el interés de Lucas por mantenerse apegado a los hechos como historiador. Lo de escribírtelas por orden no necesariamente se refiere a organizarlas cronológicamente, sino por el contrario, a un ordenamiento lógico del material que pueda trasmitir mejor su mensaje. La identidad de Teófilo («amigo de Dios») es desconocida, aunque la forma de la dedicatoria indica que era una persona de rango.
1.4 Lucas quiere establecer la autenticidad y confiabilidad del mensaje cristiano.
1.5 Herodes reinó durante los años 37 4 a.C. Juan el Bautista y Jesús nacieron, pues, algunos años antes del año 1 de nuestra era cristiana. La discrepancia de fechas se debe a un cálculo equivocado al establecer el calendario cristiano en el siglo VI. Los sacerdotes se dividían en 24 secciones, y Abías pertenecía a una de ellas (véase 1 Cr 24.6 19).
1.7 Los judíos consideraban que los hijos eran una señal del favor de Dios, y la falta de ellos evidencia de su desagrado. Este no era el caso de Zacarías y Elisabet, ya que ellos eran justos ante los ojos de Dios (v. 6).
1.8 Cada sección sacerdotal servía en el templo durante una semana dos veces al año.
El reino de Herodes al nacer Jesús
1.9 Los deberes sacerdotales eran asignados según la costumbre de echar suertes. Un sacerdote podía tener el privilegio de quemar incienso en el Lugar Santo sólo una vez en su vida y a veces nunca.
1.13 Juan significa «el Señor ha mostrado su favor (gracia)». Alude al propósito del nacimiento de Juan, porque él tenía que anunciar el arribo del Mesías, el don de la gracia de Dios.
1.15 El niño será dedicado como un nazareno (véanse Nm 6; Jue 13.5; 1 S 1.11). La fuente de su inspiración profética no es física, sino el Espíritu Santo.
1.17 Juan cumplirá la profecía de Malaquías 4.5, 6.
1.19 Gabriel («poderoso hombre de Dios») predijo la venida del Mesías ( Dn 9.25), y de acuerdo con la interpretación tradicional de 1 Tesalonicenses 4.16, tocará la trompeta anunciando Su retorno.
1.20 Mudo: Del versículo 62 podemos inferir que Zacarías está también sordo.
1.31 Jesús es el equivalente griego del hebreo Josué, «el Señor es salvación».
1.23 ministerio, leitourgia; Strong #3009: Compare «liturgia», «litúrgico». De laos, «gente», y ergon, «trabajo». La palabra se usó, originalmente, para identificar a los ciudadanos que servían en cargos públicos, y sin devengar ningún pago por su trabajo. Tiempo después, incluyó el servicio militar o la participación comunitaria. En el NT, leitourgia se usa tanto para el servicio sacerdotal como para el acto de dar con altruismo. Aquí, la palabra se refiere al servicio sacerdotal en el templo. En 2Co 9:12, denota dádivas de caridad como un servicio a los necesitados. En Fil 2:17 Pablo llama leitourgia su servicio a la iglesia cristiana.
1.26 56 Madre fiel y discípulo obediente: María, MUJERES. Hay algo grandioso alrededor de María, la madre de Jesús, que trasciende el pensamiento religioso tradicional. Que ella fuera un vaso privilegiado, escogida para llevar en su seno al Hijo de Dios, ya es en sí una maravilla, porque María participa en el milagro de la encarnación a un nivel que ningún otro ser humano puede comprender. Claro que ella misma no reclamó entenderlo, sino sencillamente adoró a Dios, en reconocimiento humilde del fenómeno que envolvió su existencia: «Engrandece mi alma al Señor», exclamó ella (v. 46). A nosotros se nos hace difícil compenetrarnos con aquellos momentos desconcertantes por los que ella pasó 1) cuando Simeón le profetizó que sufriría mental y emocionalmente (2.35); 2) cuando ella y José hablaron con Jesús después de que pensaron que estaba perdido en Jerusalén (2.49, 50); 3) cuando Jesús la reprendió con suavidad en las bodas en Caná ( Jn 2.4); 4) cuando Jesús, aparentemente, rechazó los esfuerzos de ella y de sus hermanos por ayudarle, si bien es cierto que éstos no le comprendían muy bien en ese tiempo ( Mt 12.46 50). Estos ejemplos nos estimulan a entender que hay sabiduría en la perseverancia y en la obediencia de seguir las directivas básicas de Dios en nuestra vida, aun cuando los detalles del mecanismo que pone en acción su voluntad no sean lo suficientemente claros, y sí un poco desconcertantes.
María también nos brinda un ejemplo sobre el sendero que conduce a la voluntad de Dios. Ella pudo haberse elevado en su posición ante quienes veían a Jesús como lo que era el Mesías , pero, en vez de eso: 1) permaneció firme junto a Él en el camino hacia la cruz, en lugar de buscar protección para sí misma ( Jn 19.25); y 2) obedientemente se unió a los otros discípulos de Jesús en el Aposento Alto, en espera de la venida del Espíritu Santo, como Jesús lo había mandado ( Hch 1.14). María es un modelo de respuesta obediente, al cumplir con su propia recomendación dada a los sirvientes en la boda en Caná. En esto tenemos un consejo para todas las épocas: «Haced todo lo que os dijere» ( Jn 2.5). ( Est 4.1/ Lc 2.36 38) F.L.
1.32, 33 La posición de Jesús como heredero de el trono de David su padre, y la eternidad de su reino, lo identifican como el Mesías (véanse 2 S 7.12 16; Is 9.6, 7; Sal 132.11, 12; Dn 7.14; Os 3.5).
1.35 La concepción de Jesús tuvo lugar por la intervención directa del Espíritu Santo. Te cubrirá con su sombra: La misma palabra utilizada para la nube de la cual salió la voz que habló durante la Transfiguración. Ambos usos se refieren a la nube que manifestó la gloria de Dios ( Éx 40.34 38).
1.36,37 El ángel alentó la fe de María.
1.38 Véase la sección 4 de «Verdad en acción» a través de los sinópticos al final del Evangelio de Lucas.
1.38 La aquiescencia de María podría poner en peligro su reputación.
1.45 Nótese el claro contraste entre la fe con que responde María y la incredulidad de Zacarías (v. 20). También debemos fijarnos en los capítulos 1 y 2 cómo la nueva era está marcada por la renovación del don de la profecía, el cual había estado adormecido. Las varias profecías y canciones de estos dos capítulos reflejan lo mejor de la piedad y el espíritu profético del AT. Los cánticos y profecías de María (el Magnificat, vv. 46 55), Zacarías (Benedictus, vv. 68 79), Simeón (Nunc Dimittis, 2.29 32) y Ana (2.36 38); reflejan la compenetración y sensibilidad con que se acoge la anterior revelación de Dios en el AT (véase, por ejemplo, el cántico de Ana, 1 S 2.1 10).
1.46 55 El cántico de María (el Magnificat) es tomado del cántico de Ana (1 S 2.1 10) en una condición similar de nacimiento milagroso. En la profecía judía, a menudo los mensajes nuevos son elaborados sobre anteriores revelaciones, con nuevo sentido y aplicación.
1.59 A los bebés varones se le daba nombre al octavo día, cuando eran circuncidados. Comúnmente al niño se le daba el nombre de su padre.
1.62 Aparentemente, Zacarías había estado temporalmente sordo y también mudo (v. 20).
1.68 79 Esta canción se conoce comúnmente como el Benedictus, por la palabra con que empieza en la versión latina. La primera parte (vv. 68 75) trata de la salvación que está a punto de llegar en la persona del Mesías, el hijo de María. La redención que trae consigo es una visita de Dios, una intervención directa; el levantamiento de un poderoso Salvador ( Ez 29.21). La segunda parte del cántico (vv. 76 79) se relaciona con el ministerio profético de Juan como precursor del Mesías.