I. SECCIóN HISTóRICA, 1:1-2:27
1. Título, 1:1
Este primer versículo no ofrece mucha información en cuanto al profeta Joel, cuyo nombre significa Jehová es Dios . La única referencia personal es el nombre de su padre Petuel, lo que pudiera funcionar como su apellido o para señalar su lugar de procedencia, probablemente Judá. Lo importante es el hecho de que el contenido de esta profecía es la palabra de Jehová que vino a Joel, señalando a Dios como la fuente del mensaje o autoridad para el mismo.
2. Ocasión del mensaje profético : ¡Una gran devastación!, 1:2-20Los primeros versículos en esta sección (vv. 2-4) son un llamado para que el pueblo perciba el mensaje, y por lo mismo reaccione ante la gran devastación que ha ocasionado la plaga de langostas. Los
ancianos pudieran ser los líderes del pueblo o las personas mayores de edad, responsables de interpretar los eventos. Ellos eran los guardianes de las tradiciones y la historia
(v. 3). Los habitantes de la tierra (el pueblo) deben también prestar atención a lo sucedido. La pregunta del
v. 2 es retórica; ¡nunca se había experimentado un desastre similar! Por eso el relato de esta tremenda devastación habría de quedar indeleblemente plasmado en la mente y el corazón del pueblo, y como un ejemplo para la posteridad
(v. 3). La severidad de esta plaga de langostas se describe vívidamente en el v. 4. Según la nota de RVA, la
oruga, la
langosta, el
pulgón y el
saltón son términos que parecen referirse a diversas fases en el desarrollo de este insecto (se debe notar que en 2:25 se da un orden diferente), aunque algunos comentaristas sugieren que solo son diferentes términos heb. para el mismo insecto.
El escritor bíblico señala los diferentes grupos que se han visto directamente afectados por esta plaga, y las pérdidas sufridas (vv. 5-12). En medio de la crisis, les hace un llamado para considerar seriamente la situación. Al mismo tiempo describe la devastación ocasionada por la plaga de langostas. Los borrachos sufrirían de una manera especial porque se agotaría el suministro de su placer:
¡...el mosto es quitado de vuestra boca! El llamado a despertar puede ser a la sobriedad, o simplemente para que se den cuenta de la amarga realidad.
Pueblo (v. 6) es un término descriptivo de lo innumerable de los insectos, de su poder devastador, y del estado patético en que habían dejado la tierra
(v. 7). Los efectos de esta destrucción se sentirían por mucho tiempo, dado que la plaga había desnudado por completo las plantaciones. En otras palabras: ¡No había quedado ni una sola hoja!
Mi vid...mi higuera pueden ser expresiones melancólicas; algo que la gente estuviera expresando. Por supuesto, no hay que olvidar que Dios muchas veces se refiere a su pueblo en estos términos (
Isa 5:1-7;
Jer 2:21;
Mat 21:33-46), y se duele de cualquier castigo que tiene que infligir a sus escogidos.
En un sentido general, toda la comunidad (nación) debía lamentarse por tan tremenda devastación. El llamado se hace utilizando la figura de una joven
(v. 8) o novia desposada, que pierde a su marido antes de consumar el casamiento. De ahí la señal de duelo que debe manifestarse:
ceñida de cilicio, vestidos de luto. La figura de la novia también pudiera estar apuntando a Jerusalén como el sitio donde debía reunirse el pueblo para participar de un servicio de lamento público. Una de las razones principales para llevar a cabo este lamento comunitario es que la devastación de la tierra ha interrumpido la adoración continua en el templo, la casa de Jehová. Algunos de los ritos de adoración requerían la ofrenda vegetal (de cereales;
Lev 2:1-16;
Lev 6:14-23), y la libación de vino que acompañaba a los sacrificios de animales (
Ex 29:38-40;
Num 28:3-8).
La falta de ofrendas en el templo simbolizaba el rompimiento del compañerismo con Dios (comp. 2:14), por eso
los sacerdotes…
estahn de duelo (v. 9). Los elementos básicos para ofrecer sacrificios y ofrendas a Dios son inexistentes
(v. 10). El aceite era necesario porque se mezclaba con la harina como parte de las ofrendas vegetales (cereales).
Pero quizá el grupo que más resentía esta situación eran los
labradores…
viñadores, aquellos que trabajaban la tierra. La razón es obvia:
se ha perdido la cosecha del campo (v. 11). Todo el producto de su trabajo había desaparecido, y con ello se había
desvanecido la alegría de los hijos del hombre (v. 12). La lista de productos:
trigo, cebada, vid, higuera, granado, palmera y
manzano, quizá solo sea representativa de todo lo que se había perdido, y lo cual era necesario tanto para el consumo diario de las personas como para los sacrificios en el templo.
En este lamento comunitario
(vv. 13, 14), los
sacerdotes…
servidores del altar, debían ser los líderes. Ellos mejor que nadie podían interpretar la seriedad de no tener qué ofrecerle a Dios
(v. 13). Además, su responsabilidad incluía el ser intercesores del pueblo delante de Dios, y dirigir la adoración pública.
Ceñíos, haced duelo, gemid, dormid sobre cilicio son todos elementos de luto o lamento público. El llamado es para que los sacerdotes se entreguen a la oración ferviente a favor del pueblo. Por otro lado, también debían convocar al pueblo y a los líderes (ancianos) a una asamblea pública en la casa de Jehová para dedicarse al ayuno y la oración
(v. 14).
Plagas comunes en Palestina
El
v. 15 introduce lo que constituye el tema del libro:
el día de Jehovah (2:1, 11, 31; 3:14). Cabe considerar dos cosas muy importantes al respecto: (1) En la mente judía esta frase tenía connotaciones de juicio, pero en el sentido de que Dios castigaría a las naciones paganas, actuando así en favor de su pueblo (
Isa 13:6,
Abd. 15; Zep 1:7). (2) Si se acepta la fecha temprana sugerida para el ministerio de Joel, él fue el primero en acuñar esta frase en un sentido adverso (como juicio) para el pueblo de Dios. Si la fecha aceptada es la tardía, él solo está repitiendo el concepto que se encuentra en otros profetas (Amo 5:18-20). Además, es posible que Joel esté sugiriendo que la plaga es parte de este juicio divino, aunque algunos lo ven solo como un aviso de lo que pudiera ser el día de Jehová (especialmente si se acepta el tiempo futuro de la traducción: vendrá. En el heb. es un imperfecto, es decir una acción incompleta o futura ).
Los
vv. 16-18 agregan otros de los resultados de la devastadora plaga: ¡Las reservas se han agotado! ¡No hay nada para guardar!
(vv. 16, 17). Aun los animales están sufriendo las consecuencias. Su clamor agrega un tono patético a la situación. De manera incidental, se ve que los problemas serán aun mayores en el futuro cercano si los animales no sobreviven
(v. 18).
Joel une su ruego al de los varios grupos que él ha nombrado en este primer capítulo. Su oración nos permite entrever que a la plaga le siguió una horrible sequía:
el fuego…
la llama (v. 19). Los animales no solo no encuentran comida, sino que también les falta el agua
(v. 20). La expresión
jadean detrahs de ti (braman, en otras versiones), describe la desesperación de los animales por la falta del preciado líquido que el profeta proyecta como un clamor delante del Señor. ¡Aun los animales claman por la ayuda de Dios en estos momentos de crisis!
LangostasSeguramente el ejército de langostas que usó el Señor para disciplinar a su pueblo, dadas las características devoradoras, bien pudiera clasificarse entre los insectos llamados ortópteros, pertenecientes a las familias de los acrídidos y los tetigónidos. Estos son herbívoros voraces y sumamente destructivos. Las patas traseras las tienen más desarrolladas, lo que les permite dar grandes saltos.
La clasificación bíblica: saltón, pulgón y langosta posiblemente describe varias familias de estos insectos que los unió Dios para sus propios fines.
El Día del SeñorEs una referencia a un futuro cercano donde los escritores sagrados presagian un gran día de juicio (
Mal 4:1); la eminente llegada de un Mesías y para estos últimos tiempos el retorno del Señor en gloria (I Tes. 5:23;
2Pe 3:10). Joel presenta el día de tinieblas y de oscuridad, de nube y de sombra descrito por la invasión de langostas como día de juicio, pero a su vez presenta el día de la llegada del Espíritu Santo que inauguraría la era del evangelio. Ahora nosotros los cristianos esperamos el Día del Señor . Será el día más glorioso que jamás haya existido. Para algunos será de confusión perpetua; mientras que para otros será el día de la victoria completa. ¡Será el día del gran encuentro universal con todos los redimidos y los ángeles; pero sobre todo con nuestro Señor Jesucristo! ¡Qué día admirable será ese!
Joya bíblicaContaréis de esto a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación (
2Pe 1:3).