Trasfondo histórico. La referencia a la muerte de Moisés (1) vincula el libro de Jos. con Deut. 34:5 (cf. Jue. 1:1; 2 Sam. 1:1; 2 Rey. 1:1) y señala el tiempo para reanudar la conquista. Moisés es llamado siervo de Jehovah tanto para honrarlo como para legitimar sus instrucciones para poseer la tierra.
Moisés le dio a Oseas (que significa salvación ) el nuevo nombre JosueŒ, que significa Jehovah es salvación (Núm. 13:16). El nombre más adelante llegó a ser yesua de donde proceden el gr. Iesous y el castellano Jesús .
El título de Josué, ayudante de Moisés (cf. 1 Sam. 3:1; 1 Rey. 19:21) recuerda que Josué había sido preparado para este liderazgo por habilidad, entrenamiento y experiencia (cf. Exo. 17:8-15; 24:12, 13; Núm. 14:6-12; 27:12-23; 32:12; Deut. 1:37-38; 34:9).
El mandato del Señor. Las palabras del Señor evocan aquellas de Moisés en Deut. (cf. v. 2 con Deut. 10:11; v. 3 con Deut. 11:23, 24; v. 5a con Deut. 7:24; vv. 5b-7a, 9, con Deut. 31:6-8). Los vv. 7b, 8 recuerdan textos en Deut. que lo identifican como el libro de la Ley y ponen énfasis en la importancia de meditar sobre y obedecer esta ley (ver Deut. 5:32, 33; 30:10). La promesa: Como estuve con Moisés, estaré contigo (5) recuerda la respuesta de Dios a la objeción de Moisés en Exo. 3:12. El libro de Jos. recoge el hilo de la historia donde termina el Pentateuco.
Los mandamientos y las promesas en los vv. 2-9 destacan la relación de pacto entre Dios y su pueblo. De parte de Dios, escogió a Israel para heredar la tierra (6). Del lado de Israel, debían ahora por fe reclamar el don (3, 4). No es tanto un asunto de obediencia, cruzar el Jordán, tan importante como lo es, sino un asunto de confianza en Dios (6, 7, 9). El les da razón para confiar: promete su presencia con ellos (5, 9b). De la misma manera, la iglesia que confía obedece el mandato de su Señor de evangelizar el mundo (Mat. 28:18-20). El mandato de no temer es una regla de la guerra santa.
2-5 La primera orden es cruzar el Jordán. El v. 2 dice lit.: Ahora, levántate, pasa … (es decir, cruza inmediatamente, no te demores ). Cristo ordena a la iglesia: Sígueme y él tampoco permite demoras (cf. Luc. 9:59-62). En el v. 4 se definen las fronteras extremas de la tierra, aunque la frontera sur está incompleta. Sólo durante el reinado de Salomón Israel llegó a tener el control de esa área (ver 13:1-7). El desierto se refiere al desierto oriental que principia en Transjordania. El Líbano se incluye en la tierra prometida en Jos. 13:5.
6 La segunda orden es tomar posesión de la tierra. Tomar posesión recuerda la concesión de la tierra que Dios dio a los patriarcas como una recompensa por su servicio fiel. Ahora, Josué debe conquistarla (caps. 1-12) y distribuirla (caps. 13-21).
7-9 La tercera orden, ser valiente y meditar en la Ley, vv. 7, 8, muestra que la posesión de la tierra depende de la obediencia en fe al libro de la Ley. La confianza y la obediencia se besan, no se pelean (cf. Rom. 1:5; 16:26; Stg. 2:14-26). Aunque Josué fue preparado para esta guerra, la obediencia, no el poder, garantizaron el éxito de la operación. Los cristianos bajo el nuevo pacto tienen la doble ventaja de que Cristo satisfizo las demandas de la ley y las promesas (Mat. 5:17; Rom. 3:21-26) y a través del Espíritu ha escrito la ley sobre sus corazones (2 Cor. 3:3-6; Heb. 8:7-13; 10:15-18).
Mandato a los oficiales. El modelo de mandamiento divino seguido ahora por la obediencia cuidadosa y de todo corazón de Josué, muestra có mo debe conducirse una guerra santa. La preocupación del narrador con la preparación espiritual, la causa real de la victoria, no con los detalles marciales, la aparente causa del éxito, se refleja en la falta de especificidad sobre alimentos en el v. 11 (cubriendo todo lo necesario para una guerra violenta) y la falta de detalle en el mandato. Israel, reconocido ahora como un campamento armado, necesitó tres días (es decir, parte de hoy, mañana y par te del siguiente día) para prepararse para la batalla antes de levantar el campo en Sitim (11; cf. Miq. 6:5). Toma tiempo alistarse para la batalla (cf. Gál. 1:17-18). Estos tres días anteriores al levan tamiento del campamento, en el 6 de Nisan (abril) (ver 4:19), no son los mismos que los tres días después de que habían dejado Sitim y acampado en el Jordán (cf. 2:16, 22; 3:2).
El mandato a las tribus orientales. Dios prometió reposo a su pueblo, esto es, paz de los ataques enemigos, después de tomar posesión de la tierra (13-15). La promesa de reposo surge de la relación de pacto con Dios (Exo. 33:12-16). El reposo al cual Moisés y Josué condujeron a Israel prefigura el reposo final y perfecto al cual Jesús dirige a su iglesia fiel (Heb. 4:1-11).
La respuesta del pueblo a Josué
El pueblo respondió con fe y obediencia de todo corazón (todas las cosas … dondequiera), garantizando el éxito continuado de la conquista. Prome tieron dar muerte a los infieles y ellos mismos le mandaron a Josué, ¡ … esfuérzate y sé valiente!