Comentario Biblico


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1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,

6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,

7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,

8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;

12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,

26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;

29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.


SALUDOS CRISTIANOS Colosenses 1:1-2a Esta carta os la envía Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, juntamente con el hermano Timoteo, a los que estáis consagrados a Dios y sois hermanos creyentes en Cristo, que vivís en Colosas. Un cristiañe_consagrado no puede escribir ni una sola frase sin dejar bien claras las grandes creencias que subyacen en todo su pensamiento. Pablo no había estado nunca personalmente en Colosas, así es que tiene que empezar por aclarar el derecho que tiene a escribirles a los Colosenses una carta. Lo hace con una sola palabra: él es un apóstol. La palabra griega apóstolos quiere decir literalmente uno que es enviado. Pablo tiene derecho a escribir porque Dios le ha comisionado para que sea Su embajador a los gentiles. Además, es un apóstol por la voluntad de Dios. No tiene esa profesión porque se lo haya ganado o conseguido, sino porque Dios se lo ha dado. «No Me elegisteis vosotros a Mí -dijo Jesús-,sino que fui Yo Quien os escogí a vosotros» (Jua 15:16 ). Aquí, en la primera línea, se encuentra toda la doctrina de la gracia. Una persona no es lo que se haya hecho a sí misma, sino lo que Dios la ha hecho. Pablo asocia consigo a Timoteo, al que da un título entrañable: le llama hermano, título que les da también a Cuarto (Rom 16:23 ); a Sóstenes (1Co 1:1 ); a Apolos (1Co 16:12 ). Lo que se necesita fundamentalmente en el servicio y en el testimonio cristiano es el espíritu fraternal. Premanand, el aristócrata indio que se hizo cristiano, recuerda en su autobiografía al padre E. F. Brown, de la Misión Oxford, en Calcuta, que era amigo de todo el mundo, pero especialmente de los conductores de coches de tracción humana, de los tranviarios, de los carreteros, de los trabajadores del servicio doméstico y de los centenares de niños pobres callejeros. Más tarde, cuando Premanand estaba viajando por la India, se encontraba a menudo con personas que habían estado en Calcuta, que siempre le preguntaban por el padre E. F. Brown diciendo: «¿Está vivo todavía aquel amigo de los niños callejeros de Calcuta, que solía pasearse del brazo con los pobres?" Sir Henry Lunn cuenta cómo solía describir su padre a su abuelo: «Era amigo de los pobres sin paternalismo, y de los ricos sin servilismo.» Para usar una expresión moderna, la primera necesidad del servicio cristiano es que a uno "le caiga bien» todo el mundo. Timoteo no se nos describe como predicador, maestro, teólogo o administrador, sino como hermano. El que pasa de todo no puede ser nunca un verdadero siervo de Jesucristo. Otro hecho significativo e interesante es que este encabezamiento se dirige a las personas consagradas a Dios, a los hermanos creyentes en Cristo de Colosas. Pablo cambió en su manera de empezar las cartas. Las primeras las dirigía siempre a la iglesia. 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Corintios y Galátatas fueron todas dirigidas a las iglesias del distrito al que se mandaban. Pero a partir de Romanos las cartas de Pablo iban destinadas a las personas consagradas a Dios en tal o cual lugar. Así lo vemos en Romanos, Colosenses, Filipenses y Efesios. Conforme Pablo se fue haciendo mayor llegó a ver más y más claro que lo que importaba eran las personas individuales. La iglesia no es una especie de entidad abstracta, sino hombres y mujeres y niños individuales. Conforme fueron pasando los años, Pablo empezó a ver la iglesia en términos de individuos, y de ahí su manera de empezar las cartas. Los saludos iniciales se cierran con dos frases colocadas en paralelo significativamente. Escribe a los cristianos que están en Colosas y que están en Cristo. El cristiano se mueve siempre en dos esferas. Está en cierto lugar del mundo; pero está también en Cristo. Vive en dos dimensiones: en este mundo, cuyas obligaciones no trata con ligereza; pero por encima de eso vive en Cristo. En este mundo puede que se mueva de sitio en sitio; pero dondequiera que esté, está en Cristo. Por eso las circunstancias externas no influyen decisivamente en el cristiano; su paz y gozo no dependen de ellas. Por eso es por lo que pondrá todo su corazón en cualquier trabajo. Puede que sea servil, desagradable, doloroso, mucho menos distinguido de lo que esperaba; sus compensaciones puede que sean escasas, y el aprecio que le aporte, inexistente; sin embargo el cristiano lo hará todo con diligencia, sin quejarse y con alegría, porque está en Cristo y hace todas las cosas para su Señor. Todos tenemos nuestro propio Colosas, pero estamos en Cristo, y es Él Quien le pone el tono a nuestra vida.EL DOBLE COMPROMISO Colosenses 1:2b-8 ¡Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre sean con vosotros! Siempre Le damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, por vosotros en nuestras oraciones; porque hemos tenido noticias de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los que están consagrados a Dios, a causa de la esperanza que os está reservada en el Cielo. De esa esperanza ya habéis oído en la palabra verdadera del Evangelio, que ha llegado hasta vosotros y lleva fruto y crece en vosotros como en todo el mundo, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios tal como es en verdad, como aprendisteis de mi querido consiervo Epafras, que es un fiel siervo de Cristo de nuestra parte, que nos ha dado a conocer vuestro amor en el Espíritu. Aquí se nos presenta la esencia de la vida cristiana. El hecho que le deleita el corazón a Pablo y por el que da gracias a Dios es que le han dicho que los Colosenses dan muestras de dos grandes cualidades en sus vidas: fe en Jesucristo y amor a sus semejantes. Estas son las dos caras de la vida cristiana. El cristiano debe tener fe; debe saber lo que cree. Pero también debe amar a sus semejantes: debe convertir esa fe en acción. No basta simplemente con tener fe, porque puede haber una ortodoxia que no conozca el amor. Y tampoco basta con amar a las personas, porque sin una fe real ese amor puede no ser más que sensiblería. El cristiano tiene un doble compromiso: está comprometido con Jesucristo, y está comprometido con sus semejantes. La fe en Cristo y el amor a los hombres son los dos pilares de la vida cristiana. Esa fe y ese amor dependen de la esperanza que se nos tiene reservada en el Cielo. ¿Qué es lo que quiere decir Pablo con esto? ¿Está pidiéndoles a los Colosenses que muestren fe en Cristo y amor a los hombres solamente por la esperanza de alguna recompensa que van a recibir algún día, para que les den -como decimos en inglés- «un pastel en el Cielo»? Aquí hay algo mucho más profundo que eso. Piénsalo de esta manera. La lealtad a Cristo puede suponerle a una persona toda clase de pérdidas y dolores y sufrimientos. Puede que haya muchas cosas a las que tenga que decirles adiós. El camino del amor puede que les parezca a muchos el camino de los tontos. ¿Por qué gastar la vida en un servicio desinteresado? ¿Por qué no usarla para medrar como lo entiende el mundo? ¿Por qué no empujar al hermano más débil a la cuneta? La respuesta es: por la esperanza que se nos ha propuesto. Como dice C. F. D. Moule, esa esperanza es la certeza de que, a pesar de los caminos del mundo, el camino de Dios, que es el camino del amor, tiene la última palabra. Como decía Bartolomé Leonardo de Argensola en su famoso soneto a la Providencia: «Dime, Padre común: Pues eres justo, ¿por qué ha de permitir Tu Providencia que, arrastrando prisiones la inocencia, suba la fraude a tribunal augusto? ¿Quién da fuerzas al brazo que robusto hace a Tus leyes firme resistencia, y que el celo que más la reverencia gima a los pies del vencedor injusto? Vemos que vibran victoriosas palmas manos inicuas, la virtud gimiendo del vicio en el injusto regocijo.» Esto decía yo, cuando, riendo, celestial ninfa apareció y me dijo: «¡Ciego!, ¿es la Tierra el centro de las almas?» La esperanza cristiana es que el camino de Dios es el mejor, y que la única paz real, el único gozo verdadero, la única recompensa duradera y real han de encontrarse en Él. La lealtad a Cristo puede que nos traiga problemas aquí, pero esa no es la última palabra. El mundo puede que se ría despectivamente de la locura del camino del amor, pero la necedad de Dios es más sabia que la sabiduría del hombre. La esperanza cristiana es la confianza en que vale más la pena jugarse la vida por Dios que creer al mundo. LA ESENCIA DEL EVANGELIO Colosenses 1:2b-8 (continuación) Estos versículos contienen una especie de sumario de lo que es y lo que hace por nosotros el Evangelio. Pablo tiene mucho que decir sobre la esperanza que los Colosenses ya han oído aceptado. (i) El Evangelio es la buena noticia de Dios. Es el mensaje de un Dios Que es amigo y amador de las almas de los hombres. Lo primero y principal es que el Evangelio nos pone en la debida relación con Dios. (ii) El Evangelio es la verdad. Todas las religiones anteriores se podrían haber llamado " suposiciones acerca de Dios.» El Evangelio cristiano no nos ofrece suposiciones, sino certezas acerca de Dios. (iii) El Evangelio es universal. Es para todo el mundo. No está confinado a ninguna raza o nación particular, ni a ninguna clase o condición social. Muy pocas cosas de este mundo están abiertas a todas las personas. El calibre intelectual de una persona decide los estudios que puede emprender. La clase social de una persona decide el círculo de sus relaciones. La riqueza material de una persona determina las posesiones que puede amasar. Los dones particulares de una persona deciden las cosas que puede hacer. Pero el mensaje del Evangelio está abierto a todas las personas sin excepción. (iv) El Evangelio es productivo. Lleva fruto y aumenta. Es un hecho de la Historia y de la experiencia que el Evangelio tiene poder para cambiar a las personas individuales y a la sociedad. Puede hacer de un pecador una buena persona, y puede quitar paulatinamente el egoísmo y la crueldad de la sociedad de forma que todas las personas puedan tener las oportunidades que Dios quiere que tengan. (v) El Evangelio nos habla de la gracia. No es tanto el mensaje de lo que Dios exige como de lo que Dios ofrece. No nos habla tanto de Sus demandas como de Sus dones. (vi) El Evangelio se transmite por medio de las personas. Fue Epafras el que se lo llevó a los Colosenses. Tiene que haber un canal humano para que el Evangelio pueda llegar a las personas. Y aquí es donde entramos nosotros. El poseer la buena noticia del Evangelio conlleva la obligación de compartirla. Lo que Dios nos ha dado tiene que transmitirse por medios humanos. Jesucristo necesita que seamos las manos y los pies y los labios que lleven Su Evangelio a los que no lo han recibido todavía.LA ESENCIA DE LA INTERCESIÓN Colosenses 1:9-11 Eso, de hecho, es lo que nos hace orar por vosotros incesantemente desde el día que lo supimos, pidiéndole a Dios que estéis llenos de un creciente conocimiento de Su voluntad, con toda sabiduría y entendimiento espiritual, para que os podáis conducir de una manera digna de los que tienen tal Señor, y de tal manera que Le agradéis totalmente, llevando fruto de toda buena obra y creciendo en un conocimiento cada vez más pleno de Dios; y que sigáis fortaleciéndoos con todo vigor de acuerdo con Su glorioso poder para que poseáis toda fortaleza y paciencia con gozo. Es algo de lo más precioso el escuchar las oraciones de un santo por sus amigos; y eso es lo que escuchamos en este pasaje. Bien puede decirse que nos enseña más acerca de la intercesión que casi ningún otro pasaje del Nuevo Testamento. Aquí aprendemos, como dice C. F. D. Moule, que hay dos peticiones básicas que se han de hacer en la oración: el discernimiento de la voluntad de Dios, y seguidamente el poder para cumplirla. (i) La oración empieza por pedir que seamos llenos de un conocimiento siempre en aumento de la voluntad de Dios. Su supremo objetivo es el conocimiento de la voluntad de Dios. Se trata, no tanto de hacer que Dios nos preste atención, como de que Le escuchemos nosotros a Él; no debemos estar tratando de convencer a Dios para que haga lo que nosotros queremos, sino de descubrir lo que Él quiere que nosotros hagamos. Resulta que muchas veces lo que estamos pidiendo es: " Dios, acomoda Tu voluntad a la nuestra,» cuando lo que deberíamos pedir es: " Hágase Tu voluntad.» El primer objetivo de la oración no es tanto decirle cosas a Dios como escuchar lo que Él nos quiere decir. Este conocimiento de Dios se ha de traducir a nuestra situación humana particular. Pedimos sabiduría y entendimiento espiritual. La sabiduría espiritual es en griego sofía, que se podría describir como conocimiento de los primeros principios. El conocimiento es synesis, que es lo que los griegos describían a veces como un conocimiento crítico, con lo que querían decir la habilidad de aplicar los primeros principios a cualquier situación dada que nos pueda surgir en la vida. Así es que, cuando Pablo pide que sus anllgos tengan sabiduría y entendimiento, está pidiendo que puedan entender las grandes verdades del Evangelio y puedan ser capaces de aplicarlas a las decisiones y las tareas que les sobrevengan en la vida cotidiana. Uno puede que sea profesor de teología y falle en la práctica; que pueda escribir y disertar sobre las verdades eternas, y sin embargo sea una nulidad para aplicarlas a las cosas que le salgan al paso en la vida de cada día. El cristiano tiene que saber lo que quiere decir el Cristianismo, no en el vacío, sino en los asuntos de la vida. (iii) Este conocimiento de la voluntad de Dios y esta sabiduría deben conducir a la conducta correcta. Pablo pide que sus amigos se conduzcan de tal manera que agraden a Dios. No hay nada en el mundo más práctico que la oración. No es evasión de la realidad. La oración y la acción van de la mano. Oramos, no para evadir las responsabilidades de la vida, sino para cumplirlas. (iv) Para esto necesitamos poder. Por tanto, Pablo pide que sus amigos sean fortalecidos con el poder de Dios. El gran problema de la vida no es saber lo que tenemos que hacer, sino hacerlo. En la mayoría de los casos somos conscientes en cualquier situación dada de lo que debemos hacer; lo difícil es poner ese conocimiento en acción. Lo que necesitamos es poder, y lo recibimos mediante la oración. Si Dios no hiciera más que decirnos cuál es Su voluntad, podríamos encontrarnos en una situación frustrante. Mediante la oración alcanzamos el mayor don del mundo: conocimiento y poder. LOS TRES GRANDES DONES Colosenses 1:9-11 (conclusión) Lo que podríamos llamar la parte intercesora de la oración de Pablo termina con la petición de tres grandes cualidades. Pide que sus amigos Colosenses posean toda fortaleza, paciencia y gozo. Fortaleza y paciencia son dos grandes palabras griegas que van juntas muchas veces. Fortaleza es hypomoné, y paciencia es makrothymía. Hay una cierta semejanza y una cierta diferencia entre estas dos palabras. No sería totalmente cierto decir que siempre se observa en griego esta diferencia, pero sí cuando van juntas. Hypomoné se traduce por paciencia en la Reina-Valera en casi todos los casos; pero no quiere decir paciencia en el sentido corriente de bajar la cabeza y dejar pasar la marea de los acontecimientós,_ sin ofrecer resistencia. Quiere decir, no solamente la habilidad de soportar cosas, sino la habilidad, al soportarlas, de cambiarlas en gloria. Es una paciencia conquistadora. Hypomoné es la habilidad de tratar triunfalmente cualquier cosa que la vida nos pueda hacer. Makrothymía se suele traducir por longanimidad o por paciencia en la Reina-Valera. Quiere decir básicamente paciencia con las personas. Es la cualidad de mente y de corazón que le permite a uno soportar a las personas desagradables, maliciosas y crueles sin dejarse amargar, y sin que su torpeza le haga a uno desesperar, ni su necedad le irrite, ni su desamor altere su amor. Makrothymía es el espíritu que no pierde nunca la paciencia con las personas, ni deja de creer y esperar en ellas. Así es que Pablo pide para sus amigos hypomoné, la fortaleza que no se deja dominar en ninguna situación, y makrothymía, la paciencia que ninguna persona puede derrotar. Pide que los cristianos sean tales que ninguna circunstancia pueda derrotar su fuerza ni ningún ser humano pueda derrotar su amor. La fortaleza del cristiano ante los acontecimientos y su paciencia con las personas deben ser indestructibles. Además de todo esto pide gozo. El camino cristiano no es una pelea lúgubre con las circunstancias y las personas, sino una actitud radiane y soleada ante la vida. El gozo cristiano se mantiene en cualesquiera circunstancias. Como C. F. D. Moule decía: " Si el gozo no está enraizado en el suelo del sufrimiento, es superficial.» Es fácil estar gozoso cuando las cosas nos van bien; pero la luminosidad cristiana es algo que no pueden ahogar todas las sombras de la vida. Por tanto la oración cristiana es: «Dame, Señor, la victoria sobre todas las circunstancias, la paciencia con todas las personas, y el gozo que ninguna circunstancia ni persona me pueda quitar.»LA GRAN ACCIÓN DE GRACIAS Colosenses 1:12-14 Dadle gracias al Padre Que nos capacitó para tener parte en la herencia del pueblo consagrado a Dios en el reino de la luz; porque El nos ha rescatado del poder de las tinieblas y trasladado al reino de Su amado Hijo, en Quien tenemos redención y perdón de pecados. Pablo pasa a una gozosa acción de gracias por los beneficios que ha recibido en Cristo el cristiano. Aquí hay dos ideas clave. (i) Dios ha dado a los creyentes Colosenses una parte en la herencia del pueblo consagrado a Dios. Hay en todo este pasaje una muy estrecha relación con las palabras de Pablo en Hechos cuando le dijo a Agripa que la obra que Dios le había dado era: «Abrirles los ojos para que se vuelvan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios, para que reciban perdón de pecados y un lugar entre los que son santificados mediante la fe en Dios» (Hec 26:18 ). El primer privilegio es que se *les ha dado a los gentiles una participación en la herencia del pueblo escogido de Dios. Los judíos habían sido siempre el pueblo escogido de Dios, pero ahora se les ha abierto la puerta a todos los seres humanos. (ii) La segunda idea clave está en la frase que dice, como lo ponen algunas versiones modernas, que Dios nos ha transferido al reino de Su Hijo amado, o, como lo hemos traducido nosotros, que Dios nos ha trasladado al reino de Su Hijo amado. La palabra que usa Pablo para transferir o trasladar es el verbo griego methístémi, que tiene un uso especial En el mundo antiguo, cuando un imperio obtenía la victoria sobre otro, solía deportar los habitantes del imperio derrotado al país del imperio vencedor con todas sus posesiones. Así fue deportada la población del reino israelita del Norte a Asiria, y la del Sur a Babilonia. Así es que Pablo dice que Dios ha trasladado a los cristianos a Su propio Reino. Eso no era una deportación, sino un rescate, e iMplicaba cuatro grandes cosas. (a) Quería decir un traslado de las tinieblas a la luz. Sin Dios, las personas se mueven a tientas y tropiezan como si anduvieran en la oscuridad. No saben qué hacer, ni adónde van. Viven en las sombras de la duda y en las tinieblas de la ignorancia. Cuando el mártir Bilney leyó que Jesucristo había venido al mundo para salvar a los pecadores, dijo que era como si se le hubiera hecho de día después de una noche tenebrosa. En Jesucristo, Dios nos ha dado una luz en la que podemos vivir y morir. (b) Quería decir un traslado de la esclavitud ala libertad. Era una redención, que era la palabra para la emancipación de los esclavos y la compra de algo propio que había estado en poder de otra persona. Sin Dios las personas son esclavas de sus temores, de sus pecados y de su propia condición desesperada. En Jesucristo hay liberación. (c) Quería decir un traslado de la condenación al perdón. El hombre, en su pecado, no merece más que la condenación de Dios; pero mediante la obra de Jesucristo descubre el amor y el perdón de Dios. Ahora sabe que ya no es un criminal condenado ante el tribunal de Dios, sino un hijo que se había perdido, y para el que siempre se mantendrán abiertas las puertas del hogar. (d) Quería decir un traslado del poder de Satanás al poder de Dios. Por medio de Jesucristo el hombre es liberado de las garras de Satanás y admitido como ciudadano del Reino de Dios. De la misma manera que el conquistador terrenal trasladaba a los habitantes de la tierra que había conquistado a la suya propia, así Dios, en Su amor triunfante traslada a las personas del reino del pecado y la oscuridad al reino de la santidad y de la luz.LA TOTAL SUFICIENCIA DE JESUCRISTO Colosenses 1:15-23 Él es la imagen del Dios invisible, engendrado antes de toda creación, porque por Él fueron creadas todas las cosas en el Cielo y en la Tierra, las cosas que son visibles y las que son invisibles, sean tronos o señoríos o poderes o autoridades; todas las cosas fueron creadas por medio de Él y para Él. Él es anterior a todas las cosas, y en Él tienen coherencia. Él es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de los muertos para ser supremo en todas las cosas. Porque en Él Dios Se complació de hacer Su morada en toda Su plenitud, y reconciliar consigo mismo todas las cosas por medio de Él habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su Cruz. Esto se hizo por todas las cosas, estén en la Tierra o en el Cielo. Y a vosotros, que erais originalmente extraños y hostiles en vuestra mente, sumidos en malas obras, Él os ha reconciliado en Su cuerpo de carne por medio de Su muerte para presentaros delante de Él consagrados, incontaminados, irreprochables, con que solamente permanezcáis cimentados y edificados en la fe y sin desplazaros de la esperanza del Evangelio que habéis oído, que se ha proclamado a toda criatura bajo los cielos, del cual yo, Pablo, he sido constituido servidor. Este pasaje tiene tanta dificultad e importancia que tendremos que dedicarle un tiempo considerable. Dividiremos en secciones lo que tenemos que decir, y empezaremos por la situación que le dio origen y por la presentación total de Cristo que nos hace Pablo en esta carta. 1. LOS PENSADORES EQUIVOCADOS Colosenses 1:15-23 (continuación) Uno de los Hechos de la mentalidad humana es que uno no piensa más de lo que, se ve obligado a pensar. Hasta que uno se encuentra con queótros se oponen a su fe y la atacan no se pone a pensar en sus implicaciones. Hasta que la Iglesia se vio confrontada con alguna herejía peligrosa no empezó a darse cuenta de las riquezas de la ortodoxia. Es característico del Cristianismo que siempre puede producir nuevas riquezas para hacer frente a una nueva situación. Cuando Pablo escribió Colosenses no estaba pensando en el vacío. Se puso a escribir, como ya hemos visto en la Introducción, para salir al paso de una situación bien definida. Había una tendencia de pensamiento en la Iglesia Primitiva que se llamaba el gnosticismo, y sus seguidores, gnósticos, lo que quiere decir poco más o menos intelectuales o librepensadores. Estaban insatisfechos con lo que consideraban la ruda sencillez del Cristianismo, y querían convertirlo en una filosofía que pudiera estar, en línea con los otros sistemas filosóficos de su tiempo. Los gnósticos partían de la convicción de que la materia era absolutamente mala, y el espíritu, absolutamente bueno. Además mantenían que la materia era eterna, y que había sido de esa materia imperfecta de la que se había formado el mundo. Los cristianos, para usar la frase técnica, creen en la creación a partir de la nada, y los gnósticos creían que el universo se había formado a partir de aquella materia mala. Ahora bien: Dios es Espíritu, y por tanto absolutamente bueno, y la materia, absolutamente mala; de ahí se deducía que el Dios verdadero no podía tocar la materia, y por tanto no era el agente de la creación. Así es que los gnósticos creían que Dios había producido una serie de emanaciones, cada una más lejos de Dios que las anteriores, hasta que por fin hubo una lo suficientemente distante de Dios para poder tocar la materia y crear el mundo. Los gnósticos llegaban todavía más lejos. Conforme las emanaciones se fueron distanciando de Dios se volvieron cada vez más ignorantes de Él. Y en las emanaciones más distantes se daba, no solamente la ignorancia de Dios, sino la hostilidad hacia Él. Los gnósticos llegaban a la conclusión de que la emanación que creó el mundo desconocía y era hostil al verdadero Dios; y algunas veces hasta identificaban esa emanación con el Dios del Antiguo Testamento. Esto tenía ciertas consecuencias lógicas. (i) Tal como los gnósticos lo veían, el creador del mundo no era el Dios verdadero, sino un ser hostil a Él. Por eso Pablo insiste en que fue Dios Quien creó el mundo, y que el Agente de la Creación no fue una emanación ignorante y hostil a Dios sino el mismo Jesucristo, Su Hijo (Col 1:16 ). (ii) Como los gnósticos lo veían, Jesucristo no era ni mucho menos único. Ya hemos visto que postulaban toda una serie de emanaciones entre Dios y el mundo. Insistían en que Jesucristo era simplemente una de esas emanaciones. Puede que ocupara un lugar bastante alto, hasta posiblemente el más alto, pero era uno entre muchos. Pablo se enfrenta con esto insistiendo en que en Jesucristo habita toda plenitud Col 1:19 ); que en Él está toda la plenitud de la divinidad en forma corporal (Col 2:9 ). Uno de los objetivos principales de Colosenses es insistir en que Jesús es absolutamente único, y "que en Él está la totalidad de Dios. (iii) Como los gnósticos lo veían, esto tenía otra consecuencia en relación con Jesús. Si la materia era totalmente mala, se seguía que el cuerpo también lo era. Y de ahí que Aquel Que fue la Revelación de Dios no podía tener un cuerpo material. No podía haber sido más que un espíritu desencarnado que se presentaba en forma corporal. Los gnósticos negaban taxativamente la humanidad real de Jesús. En sus propios escritos, por ejemplo, afirmaban que cuando Jesús iba andando no dejaba huellas en el suelo. Por eso usa Pablo una terminología tan alucinante en Colosenses. Habla de Jesucristo reconciliando al hombre con Dios en Su cuerpo de carne (Col 1:22 ); dice que la plenitud de la divinidad moraba en Él corporalmente. En oposición a los gnósticos, Pablo insistía en la humanidad de carne y hueso de Jesús. (iv) El fin principal del hombre es encontrar el camino hacia Dios. Como los gno5sticos lo veían, ese camino estaba cerrado. Entre este mundo y Dios estaba la vasta serie de emanaciones. Antes de que el alma pudiera llegar a Dios, tenía que pasar la barrera de cada una de esas emanaciones, para lo cual se necesitaba un conocimiento especial y conocer una consigna especial; y eran esas consignas y ese conocimiento lo que los gnósticos pretendían tener. Esto quería decir dos cosas. (a) Quería decir que se accedía a la salvación mediante un conocimiento intelectual. Para salir al paso de esta creencia Pablo insiste en que la salvación no es un conocimiento; es redención y perdón de pecados. Los maestros gnósticos mantenían que las verdades sencillas del Evangelio no eran suficientes; que para encontrar el camino a Dios el alma necesitaba mucho más que eso: el conocimiento elaborado y las consignas secretas que solo el gnosticismo podía dar. Pero Pablo insiste en que no se necesita nada más que las verdades salvíficas del Evangelio de Jesucristo. (b) Si la Salvación dependiera de ese conocimiento tan elaborado, está claro que no sería para cualquier persona, sino solo para los intelectuales. Así es que los gnósticos dividían la humanidad en los espirituales y los terrenales; y solo los espirituales podían ser salvos de veras. La Salvación integral estaba fuera del alcance de las personas corrientes. Con eso en mente escribió Pablo el gran versículo de Col 1:28 . Su propósito era advertir a todo hombre y enseñar a todo hombre, y así presentar a todo hombre maduro en Jesucristo. Contra una salvación asequible solamente para una minoría intelectual, Pablo presentaba un Evangelio que era para todas las personas, por muy sencillas e iletradas que fueran, lo mismo que para los sabios y entendidos. Así es que estas eran las doctrinas gnósticas principales; y todo el tiempo que estemos estudiando este pasaje, y hasta toda la carta, debemos tenerlas en mente; porque solo contra ese trasfondo resulta inteligible y relevante lo que dice Pablo. 2. LO QUE JESUCRISTO ES EN Sí MISMO Colosenses 1:15-23 (continuación) En este pasaje dice Pablo dos cosas importantes acerca de Jesús, ambas en respuesta a los gnósticos. Los gnósticos habían dicho que Jesús no era más que uno entre muchos intermediarios; y que, por muy glorioso que fuera, era solo una Revelación parcial de Dios. (i) Pablo dice que Jesucristo es la imagen del Dios invisible (Col 1:1 S). Usa aquí una palabra y una figura que despertaría toda clase de memorias en las mentes de sus primeros lectores. La palabra es eikón, e imagen es su traducción correcta. Ahora bien: como señala Lightfoot, una imagen puede ser dos cosas que se confunden entre sí. Puede ser una representación; pero una representación, si es lo bastante perfecta, puede ser una manifestación. Cuando Pablo usa esta palabra, establece que Jesús es la perfecta manifestación de Dios. Para comprender cómo es Dios, tenemos que mirar a Jesús: Él representa perfectamente a Dios a los hombres de una manera que ellos pueden ver y conocer y entender. Pero es lo que hay detrás de esta palabra lo que tiene un interés supremo. (a) El Antiguo Testamento y la literatura intertestamentaria tienen mucho que decir acerca de la Sabiduría. En Proverbios, los pasajes principales sobre la Sabiduría están en los capítulos 2 y 8. Allí se nos dice que la Sabiduría es co-eterna con Dios, y que estuvo con Dios cuando Él creó el mundo. Ahora bien: en La Sabiduría de SalomóNum 7:26EL PRIVILEGIO Y LA TAREA Colosenses 1:24-29 Ahora me siento feliz de sufrir por vosotros, y en mi carne, por causa de Su Cuerpo, completando lo que falte de las aflicciones de Cristo. Por Su Cuerpo quiero decir la Iglesia, de la que fui hecho siervo de acuerdo con la tarea que Dios me encomendó por amor de vosotros. Esa tarea consiste en dar a conocer la Palabra de Dios en plenitud, el secreto que había permanecido escondido a lo largo de todas las edades y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a los que están consagrados a Dios; porque Dios quería darles a conocer lo grande que era la .riqueza gloriosa entre los gentiles de este secreto ahora revelado, que es Cristo en vosotros vuestra gloriosa esperanza. Ese es el Cristo que proclamamos, advirtiendo a toda persona y enseñando a toda persona en toda sabiduría, para presentar a toda persona completa en Cristo. Esa es la meta por la que me afano, esforzándome con Su dinámica, que obra poderosamente dentro de mí. Pablo empieza este pasaje con una idea atrevida. Piensa en los sufrimientos que está soportando como algo que completa los sufrimientos del mismo Jesucristo. Jesús murió para salvar a Su Iglesia; pero la Iglesia tiene que ir edificándose y extendiéndose; ha de mantenerse fuerte y pura e íntegra; por tanto, cualquiera que sirva a la Iglesia ensanchando sus fronteras, estableciendo su fe, guardándola de errores, está haciendo la obra de Cristo. Y si tal servicio implica sufrimiento y sacrificio, esa aflicción está completando y compartiendo los mismos sufrimientos de Cristo. Sufrir en el servicio de Cristo no es un castigo, sino un privilegio, porque es participar de Su obra. Pablo presenta la esencia rñisma de la tarea que Dios le ha confiado. Esa tarea consiste en hacer llegar a las personas un nuevo descubrimiento, algo que se había mantenido oculto a lo largo de edades y generaciones y que ahora se ha revelado. Esta era que la gloriosa esperanza del Evangelio no era solamente para los judíos, sino para todos los seres humanos en todas partes. La gran contribución de Pablo a la fe cristiana fue llevar a Cristo a los gentiles, destruyendo para siempre la idea de que el amor y la misericordia de Dios eran el monopolio exclusivo de un pueblo o de una raza determinados. Por eso es Pablo nuestro patrón de una manera especial, y recibió el título de Apóstol de los gentiles. Si no hubiera sido por él, el Cristianismo no habría pasado de ser un nuevo tipo de judaísmo en el que nosotros y todos los demás gentiles no habríamos tenido parte. Así es que Pablo presenta su gran proyecto. Es advertir a toda persona, y enseñar a toda persona, y presentar a toda persona completa en Cristo. Los judíos no estarían de acuerdo en que a Dios Le importaran todas las personas; se habrían negado a reconocer que Dios era también el Dios de los gentiles. Esto les habría parecido increíble, y hasta blasfemo. Los gnósticos no habrían estado de acuerdo en que se podría advertir y enseñar y presentar a toda persona completa a Dios. Creían que el conocimiento necesario para la Salvación era tan complicado y difícil que sería el monopolio de una reducida aristocracia espiritual. E. F. Goodspeed cita un pasaje de Prefacio a la Moral de Walter Lipman: " Hasta ahora no se ha presentado ningún maestro que se considerara suficientemente sabio para enseñar su sabiduría a toda la humanidad. De hecho, los grandes maestros no han intentado nada tan utópico. Se daban perfecta cuenta de lo difícil que es la sabiduría para la mayoría, y han confesado francamente que la vida perfecta era para unos pocos selectos. Es discutible que la idea misma de enseñar la sabiduría más elevada a todas las personas sea una noción de una era humanitaria y románticamente democrática, y que sea totalmente extraña al pensamiento de todos los grandes maestros.» El caso es que siempre se ha estado de acuerdo tácita o abiertamente en que la sabiduría no es para todo el mundo. El hecho es que lo único que es para todo el mundo es Cristo. No todos los seres humanos pueden ser pensadores. Hay dones que no se le han concedido a todo el mundo. No todos pueden dominar un arte, ni siquiera un juego. Hay algunos que son daltonianos, para quienes las bellezas de la pintura no quieren decir nada. Otros, que no tienen oído para la música, para los que este arte bien podría no existir. No todo el mundo puede ser escritor, o predicador, o cantante de ópera. No se le conceden a todas las personas los grandes amores. Hay dones que una persona no poseerá jamás; hay privilegios que una persona no disfrutará nunca; hay alturas de logros humanos que muchos no podrán escalar; pero a todas las personas se abren las puertas de la buena noticia del Evangelio, del amor de Dios en Jesucristo y el poder transformador que puede traer la santidad a la vida.