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1 Tesalonicenses 5 - Biblia al día 1989


1 Ahora bien, hermanos, no necesitáis que os escriba acerca de tiempos y fechas,

2 porque ya sabéis que el día del Señor llegará como ladrón en la noche.

3 Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar.

4 Vosotros, en cambio, hermanos, no estáis en la oscuridad para que ese día os sorprenda como un ladrón.

5 Todos vosotros sois hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad.

6 No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio.

7 Los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan.

8 Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación;

9 pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.

10 Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos con él.

11 Por eso, animaos y edificaos unos a otros, tal como lo venís haciendo.

Pablo exhorta a los hermanos

12 Hermanos, os pedimos que seáis considerados con los que trabajan arduamente entre vosotros, y os guían y amonestan en el Señor.

13 Tenedlos en alta estima, y amadlos por el trabajo que hacen. Vivid en paz unos con otros.

14 Hermanos, también os rogamos que amonestéis a los holgazanes, estimuléis a los desanimados, ayudéis a los débiles y seáis pacientes con todos.

15 Aseguraos de que nadie pague mal por mal; más bien, esforzaos siempre por hacer el bien, no sólo entre vosotros sino a todos.

16 Estad siempre alegres,

17 Orad sin cesar,

18 Dad gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para vosotros en Cristo Jesús.

19 No apaguéis al Espíritu,

20 no despreciéis las profecías,

21 Sometedlo todo a prueba, aferraos a lo bueno,

22 Evitad toda clase de mal.

23 Que Dios mismo, el Dios de paz, os santifique por completo, y conserve todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

24 El que os llama es fiel, y así lo hará.

Salutaciones y bendición final

25 Hermanos, orad también por nosotros.

26 Saludad a todos los hermanos con un beso santo.

27 Os encargo delante del Señor que leáis esta carta a todos los hermanos.

28 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.