Mateo 8:22-24

22 —Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

23 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.

24 De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido.