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1 Samuel 10 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


1 Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: "¿No es Yahvé quien te ha ungido como caudillo de su heredad? Tú regirás al pueblo de Yahvé y le librarás de la mano de los enemigos que lo rodean. Y ésta será para ti la señal de que Yahvé te ha ungido como caudillo de su heredad.

2 En cuanto te separes hoy de mí, encontrarás dos hombres junto a la tumba de Raquel, sobre la frontera de Benjamín, en Selsaj, y ellos te dirán: "Las asnas que has ido a buscar ya han aparecido. Ahora tu padre ha olvidado el asunto de las asnas y está preocupado por vosotros, diciendo: ¿Qué debo hacer por mi hijo?"

3 Pasando más allá, cuando llegues a la Encina del Tabor, encontrarás tres hombres que suben hacia Dios, a Betel, uno llevará tres cabritos, otro llevará tres tortas de pan, y el tercero llevará un odre de vino.

4 Te saludarán y te darán dos ofrendas de pan, que tú tomarás de su mano.

5 Llegarás después a Guibeá de Dios, donde se encuentran los gobernadores de los filisteos, y a la entrada de la ciudad tropezarás con un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos del añafil, el adufe, la flauta y la cítara, en trance profético.

6 Te invadirá entonces el espíritu de Yahvé, entrarás en trance con ellos y quedarás cambiado en otro hombre.

7 Cuando se te hayan cumplido estas señales, haz lo que te viniere a mano, porque Dios está contigo.

8 Bajarás delante de mí a Guilgal, y yo me reuniré allí contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión. Esperarás siete días a que yo vaya a tu encuentro y te diré lo que debes hacer."

9 Apenas volvió las espaldas para dejar a Samuel, le cambió Dios el corazón y todas las señales se realizaron aquel mismo día.

10 Cuando llegaron allí, a Guibeá, venía frente a él un grupo de profetas; le invadió el espíritu de Dios y se puso en trance en medio de ellos.

11 Los que lo conocían de toda la vida lo vieron profetizando con los profetas, y todos los del pueblo se decían entre sí: "¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿Conque también Saúl anda entre los profetas?"

12 Replicó uno de allá: "Y ¿quién es su padre?" Y así pasó a proverbio: "¿Conque también Saúl entre los profetas?"

13 Y cuando salió del trance se fue a su casa.

14 El tío de Saúl le dijo a él y a su criado: "¿A dónde habéis ido?" Contestó: "A buscar las asnas. Y como no vimos nada, acudimos a Samuel."

15 Dijo el tío de Saúl: "Vamos, cuéntame qué os ha dicho Samuel."

16 Saúl dijo a su tío: "Sencillamente, nos avisó que las asnas habían aparecido." Pero no le dijo ni palabra de lo que le había dicho Samuel acerca del reino.

17 Samuel convocó al pueblo en Mispá junto a Yahvé.

18 Y dijo a los israelitas: "Así ha dicho Yahvé, el Dios de Israel: Yo hice subir a Israel de Egipto y os libré de la mano de Egipto y de la mano de todos los reinos que os tenían oprimidos.

19 Pero vosotros ahora habéis rechazado a vuestro Dios, a aquel mismo que os salvó de todos vuestros males y aprietos, y le habéis dicho: "No: tú asígnanos un rey". Ahora, pues, compareced delante de Yahvé distribuidos por tribus y familias."

20 Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel y fue designada la tribu de Benjamín.

21 Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por familias y fue designada la familia de Matrí. Y fue designado Saúl, hijo de Quis, y lo buscaron, pero no lo encontraron.

22 Entonces volvieron a interrogar a Yahvé: "¿Ha venido ese hombre?" Dijo Yahvé: "Aquí lo tenéis escondido entre la impedimenta."

23 Corrieron y lo sacaron de allí y, puesto en medio del pueblo, les llevaba a todos la cabeza.

24 Dijo Samuel a todo el pueblo: "¿Veis al que ha elegido Yahvé? No hay como él en todo el pueblo." Y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey!"

25 Samuel dictó al pueblo el fuero real y lo puso por escrito, depositándolo delante de Yahvé, y despidió Samuel a todo el pueblo, a cada cual a su casa.

26 También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; le acompañaron algunos valientes a quienes Dios tocó el corazón.

27 Pero algunos malvados dijeron: "¡Qué nos va a salvar ése!" Y lo despreciaron y no le llevaron regalos. Pero él no contestó. Cosa de un mes más tarde,