Habacuc 1:4-6

4 Pues la ley se desvirtúa, no se hace justicia. ¡El impío asedia al justo, por eso se pervierte la justicia! Los caldeos, azote de Dios.

5 Mirad a las naciones, contemplad, quedad estupefactos, atónitos: voy a hacer una obra en vuestros días que no creeríais si os la contasen.

6 Pienso movilizar a los caldeos, un pueblo cruel y fogoso, que recorre las anchuras de la tierra, para adueñarse de países ajenos.