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Isaías 66 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


Los juicios de Jehová y la futura prosperidad de Sion

1 Así dice Yahvé: Los cielos son mi trono y la tierra la alfombra de mis pies. Pues ¿qué casa me vais a edificar, o qué lugar de reposo,

2 si el universo lo hizo mi mano y todo vino al ser? - Oráculo de Yahvé -. Pues en esto he de fijarme: en el mísero, pobre de espíritu, y en el que tiembla a mi palabra.

3 ¿Se inmola un toro?: como quien abate un hombre. ¿Se degüella una oveja?: como quien desnuca un perro. ¿Se ofrece un sacrificio?: sangre de puerco. ¿Memorial de incienso?: como no bendecir nada. ¿Que ellos se eligieron sus caminos y en sus inmundicias se recrearon?

4 Pues yo también elegiré sus cuitas, y lo que más temen traeré sobre ellos. Porque llamé y nadie respondía, hablé, pero no oían; sino que hicieron lo que miro mal, y lo que no me gusta eligieron.

5 Escuchad la palabra de Yahvé, los que tembláis a su palabra. Dijeron vuestros hermanos, que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi Nombre: "Que Yahvé muestre su gloria y veamos vuestra alegría." Pero quedaron corridos.

6 ¡Voz estruendosa de la ciudad! ¡Voz del Templo!: la voz de Yahvé, que paga a sus enemigos lo que merecen.

7 "Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz varón:

8 ¿Quién oyó tal? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Es dado a luz un país en sólo un día? ¿O nace un pueblo todo de una vez? Pues bien, tuvo dolores y parió Sión a sus hijos.

9 ¿Abriré yo la matriz sin hacer parir - dice Yahvé - o lo cerraré, yo que hago dar a luz? - Dice tu Dios -.

10 Congratulaos con Jerusalén, regocijaos por ella todos sus amigos, llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo;

11 de modo que maméis y os saciéis de su pecho consolador, de modo que chupéis y os deleitéis de su ubre cargada.

12 Porque así dice Yahvé: Ved cómo alargo hacia ella, como río el bienestar, como caudal desbordante lo bueno de las naciones; y seréis alimentados, en brazos seréis llevados, sobre las rodillas seréis acariciados.

13 Como aquel a quien su madre consuela, así yo os consolaré (y por Jerusalén seréis consolados).

14 Al verlo se os alegrará el corazón, vuestros huesos como césped florecerán, la mano de Yahvé se dará a conocer a sus siervos, y su enojo a sus enemigos.

15 Pues mirad que Yahvé en fuego viene, y como torbellino sus carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego.

16 Pues con fuego Yahvé va a juzgar, con su espada a toda carne, y serán muchas las víctimas de Yahvé.

17 Los que se santifican y purifican en los huertos, tras uno que está en medio, que comen carne de cerdo, de inmundicia y de rata, a una serán acabados junto con sus acciones y pensamientos - oráculo de Yahvé -.

18 Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria.

19 Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mésec, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones.

20 Y traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblación a Yahvé - en caballos, carros, literas, mulos y dromedarios - a mi monte santo de Jerusalén - dice Yahvé -, como traen los hijos de Israel la oblación en recipiente limpio al templo de Yahvé.

21 Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice Yahvé -.

22 Porque así como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia - oráculo de Yahvé -, así permanecerá vuestra raza y vuestro nombre.

23 Así pues, de luna en luna nueva y de sábado en sábado, vendrá todo el mundo a prosternarse ante mí - dice Yahvé -.

24 Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de todo el mundo.