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Jeremías 37 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


Encarcelamiento de Jeremías

1 Vino a reinar, en vez de Jeconías, hijo de Joaquín, el rey Sedecías, hijo de Josías, al que Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso por rey en tierra de Judá,

2 pero tampoco él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra, hicieron caso de las palabras que Yahvé había hablado por medio del profeta Jeremías.

3 El rey Sedecías envió a Yucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: "¡Ea! Ruega por nosotros a nuestro Dios Yahvé."

4 Y Jeremías iba y venía en público, pues no le habían encarcelado.

5 Las fuerzas del faraón salieron de Egipto, y al oír hablar de ellos los caldeos que sitiaban Jerusalén, levantaron el sitio de Jerusalén.

6 Entonces dirigió Yahvé la palabra al profeta Jeremías:

7 Así dice Yahvé, el Dios de Israel: Así diréis al rey de Judá que os envía a mí, a consultarme: He aquí que las fuerzas del faraón que salían en vuestro socorro se han vuelto a su tierra de Egipto,

8 y volverán los caldeos que atacan a esta ciudad, la tomarán y la incendiarán.

9 Así dice Yahvé: No cobréis ánimos diciendo: "Seguro que los caldeos terminarán por dejarnos y marcharse"; porque no se marcharán,

10 pues aunque hubieseis derrotado a todas las fuerzas de los caldeos que os atacan y les quedaren sólo hombres acribillados, se levantarían cada cual en su tienda e incendiarían esta ciudad.

11 Cuando las tropas caldeas estaban levantando el sitio de Jerusalén, replegándose ante las tropas del faraón, aconteció que

12 Jeremías salía de Jerusalén para ir a tierra de Benjamín a asistir a un reparto en el pueblo.

13 Y encontrándose él en la puerta de Benjamín, donde había un vigilante llamado Yirías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, éste prendió al profeta Jeremías diciendo: "¡Tú te pasas a los caldeos!"

14 Dice Jeremías: "¡Falso! Yo no me paso a los caldeos." Pero Yirías no le hizo caso; detuvo a Jeremías y lo llevó a los jefes,

15 los cuales se irritaron contra Jeremías, le dieron de golpes y lo encarcelaron en casa del escriba Jonatán, convertida en prisión.

16 Así que Jeremías ingresó en el calabozo del sótano y permaneció allí mucho tiempo.

17 El rey Sedecías mandó traerlo, y le interrogó en su casa, en secreto: "¿Hay algo de parte de Yahvé?" Dijo Jeremías: "Lo hay." Y añadió: "En mano del rey de Babilonia serás entregado."

18 Y dijo Jeremías al rey Sedecías: "¿En qué te he faltado a ti, a tus siervos y a este pueblo, para que me hayáis puesto en prisión?

19 ¿Pues dónde están vuestros profetas que os profetizaban: "No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros ni contra esta tierra"?

20 Ahora, pues, oiga el rey mi señor, caiga bien en tu presencia mi petición de gracia y no me vuelvas a casa del escriba Jonatán, no muera yo allí."

21 Entonces el rey Sedecías mandó que custodiasen a Jeremías en el patio de la guardia y se le diese un rosco de pan por día de la calle de los panaderos, hasta que se acabase todo el pan de la ciudad. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.