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Job 36 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


Eliú exalta la grandeza de Dios

1 Elihú retomó su discurso:

2 Ten un poco de paciencia y te instruiré, todavía hay razones en favor de Dios.

3 Buscaré en el pasado mi saber, para dar la razón a mi Hacedor;

4 mis palabras no son falsas, lo aseguro, ante ti tienes ciencia consumada.

5 Dios es poderoso, mas no indiferente, poderoso por sus firmes decisiones.

6 No permite que viva el malvado, hace justicia a los pobres,

7 no aparta del justo sus ojos. Los sienta en medio de reyes, los entroniza y exalta para siempre.

8 En cambio, si los carga de cadenas, si los ata con cuerdas de aflicción,

9 es por denunciarles sus acciones, sus delitos nacidos del orgullo;

10 es para que atiendan la advertencia, lo dice para que dejen la maldad.

11 Si escuchan y se muestran dóciles, se consumarán sus días en la dicha, vivirán sus años satisfechos.

12 Si no escuchan, pasarán el Canal, morirán sin caer en la cuenta.

13 Los de mente perversa acumulan cólera, no piden socorro cuando él los encadena;

14 acaba su existencia en plena juventud y mueren a la edad de los hieródulos.

15 Mas salva al pobre por su pobreza, le instruye mediante la aflicción.

16 También a ti te sacará de la angustia, a un lugar sin aprietos, espacioso, te ofrecerá alimentos sustanciosos.

17 Mas si defiendes la causa del malvado, justicia y derecho sucumbirán;

18 no te dejes seducir por la opulencia, ni los ricos presentes te corrompan.

19 ¿Acaso te auxiliarán en el peligro tus riquezas y todos tus esfuerzos?

20 No suspires por que llegue esa noche en que la gente es echada de su sitio;

21 guárdate de volverte a la maldad, que por eso probaste la aflicción.

22 ¡Qué sublime es Dios en poder! ¿Hay algún maestro como él?

23 ¿Quién puede vigilar su conducta?, ¿quién le puede acusar de obrar mal?

24 Recuerda ensalzar sus obras, que todos los hombres cantaron;

25 todos los humanos las contemplan, los hombres de lejos las perciben.

26 Dios es sublime, no lo conocemos, es incalculable la suma de sus años.

27 Atrae hacia sí las gotas de agua, las filtra de su fuente como lluvia,

28 la lluvia destilada por las nubes, que cae copiosa sobre el hombre.

29 ¿Quién conoce la extensión de su nube, el fragor amenazante de su tienda?

30 Se hace rodear de sus relámpagos, mantiene ocultas las raíces del mar.

31 Con ella sustenta a los pueblos, les da alimento en abundancia.

32 Oculta el relámpago en sus manos, le ordena dar en el blanco.

33 Su trueno anuncia su presencia, su ira se enciende contra la iniquidad.