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Josué 11 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


Derrota de la alianza de Jabín

1 Cuando Yabín, rey de Jasor, se enteró, mandó aviso a Yobab, rey de Merón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf,

2 y a los reyes de la parte norte de la montaña, del valle al sur de Quinéret, de la Tierra Baja y de las alturas del oeste de Dor.

3 El cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el jivita, el perizita y el jebuseo en la montaña; el hitita en las faldas del Hermón, en el país de Mispá.

4 Partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la orilla del mar y con gran número de caballos y carros.

5 Se juntaron todos estos reyes, llegaron y acamparon juntos hacia las aguas de Merón para luchar contra Israel.

6 Yahvé dijo entonces a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los haré caer a todos ellos muertos ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros."

7 Josué, con toda su gente de armas, los alcanzó de improviso junto a las aguas de Merón y cayó sobre ellos.

8 Yahvé los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispé. Los derrotó hasta que no quedó ni uno vivo.

9 Josué los trató como le había dicho Yahvé: desjarretó sus caballos y quemó sus carros.

10 Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos.

11 Pasaron a cuchillo a todo ser viviente que había en ella, dando cumplimiento al anatema. No quedó alma viva, y Jasor fue entregada a las llamas.

12 Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes, y las pasó a cuchillo. Cumplió en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahvé.

13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos; con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué.

14 El botín de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israelitas. Pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. No dejaron ninguno con vida.

15 Tal como Yahvé había ordenado a su siervo Moisés, éste se lo había ordenado a Josué y éste lo ejecutó: no descuidó una sola palabra de lo que Yahvé había ordenado a Moisés.

Josué se apodera de toda la tierra

16 Josué se apoderó de todo el país: de la montaña, de todo el Negueb y de todo el país de Gosen, de la Tierra Baja, de la Arabá, de la montaña de Israel y de sus estribaciones.

17 Desde el monte Pelado, que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, al pie del monte Hermón, apresó a todos sus reyes y los ajustició.

18 Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes;

19 no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza.

20 Porque de Yahvé provenía el endurecer su corazón para combatir a Israel, para que fueran así consagradas al anatema sin remisión y para ser exterminadas, como había mandado Yahvé a Moisés.

21 Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades.

22 No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gad y Asdod.

23 Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahvé le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según los lotes asignados a cada tribu. Y, acabada la guerra, el país quedó en paz.