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Josué 6 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


La toma de Jericó

1 Jericó estaba cerrada a cal y canto por miedo a los israelitas: nadie salía ni entraba.

2 Yahvé dijo a Josué: "Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a su rey.

3 Vosotros, todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, dando una vuelta alrededor. Así harás durante seis días.

4 Siete sacerdotes llevarán delante del arca las siete trompetas de cuerno de carnero. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas.

5 Cuando suene el cuerno de carnero (cuando oigáis el sonar de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en un gran alarido y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto, cada uno por el lugar que tenga enfrente."

6 Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: "Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahvé."

7 Al pueblo le dijo: "Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de Yahvé."

8 (Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante de Yahvé pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de Yahvé iba tras ellos;

9 la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.

10 Josué había dado esta orden al pueblo: "No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: Gritad. Entonces gritaréis."

11 Hizo que el arca de Yahvé diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche.

12 Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de Yahvé.

13 Los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahvé, iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detrás del arca de Yahvé, desfilando al son de las trompetas.

14 Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo durante seis días.

15 El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)

16 La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: "¡Lanzad el alarido, porque Yahvé os ha entregado la ciudad!"

17 "La ciudad será consagrada como anatema a Yahvé con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos.

18 Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiríais en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.

19 Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahvé: ingresarán en su tesoro."

20 El pueblo lanzó el alarido y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran alarido, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno por el lugar que tenía enfrente, y se apoderaron de ella.

21 Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.

22 Josué dijo a los dos hombres que habían explorado el país: "Entrad en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con todos los suyos, como se lo habéis jurado."

23 Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos los de su familia y los dejaron fuera del campamento de Israel.

24 Prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron en el tesoro de la casa de Yahvé.

25 Pero a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos los suyos, Josué los conservó con vida. Ella se quedó en Israel hasta el día de hoy, por haber escondido a los emisarios que Josué había enviado a explorar Jericó.

26 En aquel tiempo Josué pronunció este juramento: ¡Maldito sea delante de Yahvé el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de Jericó)! ¡Al precio de su primogénito echará su cimiento y al de su benjamín colocará las puertas!

27 Y Yahvé estuvo con Josué, cuya fama se extendió por toda la tierra.