Biblia Total


Proverbios 24 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion


1 No envidies a los malvados, ni desees estar con ellos,

2 pues su mente trama violencias y sus labios hablan de desgracias.

3 Con sabiduría se construye una casa, y con inteligencia se consolida;

4 con conocimiento se llenan las estancias de objetos valiosos y confortables.

5 Más vale sabio que fuerte y hombre de ciencia que poderoso;

6 pues la guerra se gana con estrategia y la victoria con muchos consejeros.

7 La sabiduría es inalcanzable para el necio, incapaz de abrir su boca en público.

8 Al que trama maldades lo llamarán intrigante.

9 La intención del necio es el pecado; la gente detesta al insolente.

10 Si te rindes en los momentos difíciles, escasa es tu fuerza.

11 Salva a los condenados a muerte, libra a los conducidos al suplicio.

12 Pues, aunque digas que no lo sabías, el que juzga los corazones lo comprende, el que vigila tu alma lo sabe; y Él paga a cada uno según sus obras.

13 Come miel, hijo mío, porque es buena; el panal de miel es dulce al paladar.

14 Así será la sabiduría para tu alma; si la encuentras, tendrás futuro y tu esperanza no será defraudada.

15 Malvado, no aceches la casa del justo, no destruyas su morada;

16 pues el justo cae siete veces y se levanta, pero los malvados se hunden en la desgracia.

17 No te alegres de la caída de tu enemigo, ni disfrutes con su tropiezo;

18 no sea que Yahvé lo vea y le desagrade, y aparte de él su ira.

19 No te exasperes por los perversos, ni tengas envidia de los malvados.

20 Porque no hay futuro para los perversos y la lámpara de los malvados se apagará.

21 Teme, hijo mío, a Yahvé y al rey, no te extralimites con ninguno de los dos,

22 porque su castigo será fulminante, y nadie conoce el furor de uno y otro.

23 También esto pertenece a los sabios: No está bien ser parcial en el juicio.

24 Al que declara inocente al culpable, lo maldicen los pueblos y lo desprecian las naciones;

25 pero quienes lo castigan son bien vistos y reciben bendiciones.

26 Una respuesta sincera es como un beso en los labios.

27 Ordena tus trabajos en la calle y prepáralos en el campo; y después construirás tu casa.

28 No declares sin motivo contra tu prójimo, ni engañes con tus labios.

29 No digas: "Le haré lo mismo que él me ha hecho, me las tendrá que pagar."

30 Pasé junto al campo de un perezoso, junto a la viña de un insensato:

31 todo estaba lleno de espinos, los cardos cubrían el suelo y la cerca de piedras estaba derruida.

32 Al verlo, lo grabé en mi mente; al contemplarlo, aprendí la lección:

33 "Un rato de sueño, un rato de siesta, un rato de descanso con los brazos cruzados

34 y te llega la pobreza del vagabundo, la penuria del mendigo."