Salmos 22:2-4

2 ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Estás lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos.

3 Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche, sin ahorrar palabras.

4 ¡Pero tú eres el Santo, entronizado en medio de la alabanza de Israel!