Santiago 3:1-3

1 No queráis ser maestros muchos de vosotros, hermanos míos, sabiendo que tendremos un juicio más severo,

2 pues todos caemos muchas veces. Si alguno no cae al hablar, ése es un hombre perfecto, capaz de refrenar todo su cuerpo.

3 Si ponemos a los caballos frenos en la boca para que nos obedezcan, dirigimos así todo su cuerpo.