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Deuteronomio 19 - Biblia de nuestro Pueblo


Las ciudades de refugio

1 Ciudades de refugio Nm 35,9-32 »Cuando el Señor, tu Dios, haya extirpado las naciones cuya tierra va a darte el Señor, tu Dios, y habites sus ciudades y sus casas,

2 separarás tres ciudades en la tierra que el Señor va a darte en posesión.

3 Medirás bien las distancias y dividirás en tres zonas la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en herencia, como asilo de los homicidas.

4 Ley sobre el homicida que pide asilo para salvar su vida: »Si uno mata a su prójimo sin querer, sin estar enemistado con él:

5 por ejemplo, uno sale con su prójimo al bosque a cortar leña, y al blandir el hacha para cortar la leña, el hierro se escapa del mango, alcanza al prójimo y lo mata, ése recibirá asilo en una de dichas ciudades y salvará la vida.

6 No sea que el vengador de la sangre lo persiga enfurecido, le dé alcance, porque el camino es largo, y lo mate sin motivo suficiente, porque el homicida no estaba enemistado con el otro.

7 »Por eso yo te mando: Separa tres ciudades.

8 Si el Señor, tu Dios, ensancha tus fronteras, como juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres

9 -si pones por obra este precepto que yo te mando hoy amando al Señor, tu Dios, y siguiendo sus caminos toda la vida-, añadirás otras tres ciudades a las anteriores.

10 Para que no se derrame sangre inocente en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en herencia y no recaiga sobre ti un homicidio.

11 »Pero si uno que odia a su prójimo se pone al acecho, lo ataca, lo hiere de muerte y después busca asilo en una de esas ciudades,

12 los ancianos de dicha ciudad lo mandarán sacar de allí y lo entregarán al vengador de la sangre para que muera.

13 No tengas piedad de él; así extirparás de Israel el homicidio y te irá bien.

14 »No correrás los mojones que marcan los límites de la propiedad de tu prójimo, plantados por los mayores en el patrimonio que heredes, en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en posesión.

Leyes sobre el testimonio

15 Ley sobre los testigos »No es válido el testimonio de uno solo contra nadie, en cualquier caso de pecado, culpa o delito. Sólo por el testimonio de dos o de tres testigos se podrá fallar una causa.

16 »Si se presenta contra alguien un testigo de mala fe acusándolo de rebelión,

17 las dos partes comparecerán ante el Señor, ante los sacerdotes y jueces que estén en funciones entonces,

18 y los jueces investigarán a fondo; si resulta que el testigo es falso y que ha calumniado a su hermano,

19 le harán a él lo que él intentaba hacer a su hermano, y así extirparás de ti la maldad,

20 y los demás escarmentarán al enterarse y no volverán a cometer maldad semejante entre los tuyos.

21 No tengas piedad de él: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.