Cantares 3:2-4

2 Pensé entonces: «Me levantaré, recorreré la ciudad, y por calles y plazas buscaré al amado de mi alma». Lo busqué, mas no lo hallé.

3 Me hallaron los guardias que rondan la ciudad, y les pregunté: «¿Habéis visto al amado de mi alma?».

4 Apenas me aparté de ellos un poco, hallé al amado de mi alma; me así a él, y no lo dejé hasta llevarlo a casa de mi madre, a la habitación de quien me dio a luz.