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2 Crónicas 9 - Biblia Castilian 2003


La reina de Sabá visita a Salomón

1 La reina de Sabá tuvo noticia de la fama de Salomón y fue a ponerle a prueba con enigmas. Llegó a Jerusalén con un gran séquito, con innumerables camellos cargados de aromas, de oro en gran cantidad y de piedras preciosas. Se presentó ante Salomón y le propuso todo lo que tra a pensado.

2 Salomón le resolvió todas las cuestiones; no hubo para Salomón ninguna cuestión, por muy oscura que fuese, que no pudiera resolver.

3 Cuando la reina de Sabá vio toda la sabidur a de Salomón y el palacio que hab a edificado,

4 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus cortesanos, el porte y las vestiduras de sus ministros, los coperos con sus trajes y la cámara alta desde la que sub a al templo de Yahveh, se quedó sin aliento

5 y declaró al rey: "¡Ha resultado ser verdad cuanto hab a o do en mi pa s acerca de tus hechos y de tu sabidur a!

6 No daba yo crédito a lo que se dec a, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me dijeron ni la mitad, porque tu gran sabidur a supera la fama que hab a llegado a mis o dos.

7 ¡Dichosa tu gente y dichosos estos servidores tuyos que están continuamente en tu presencia y escuchan tu sabidur a!

8 ¡Bendito sea Yahveh, tu Dios, que se ha complacido en ti poniéndote sobre su trono como rey de Yahveh, tu Dios! Por el amor de tu Dios a Israel, para que éste subsista para siempre, te ha constituido rey, para administrar derecho y justicia".

9 Luego entregó al rey ciento veinte talentos de oro y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca hubo perfumes como los que regaló la reina de Sabá al rey Salomón.

10 Los súbditos de Jirán y los de Salomón, que hab an tra do oro de Ofir, trajeron también madera de sándalo y piedras preciosas.

11 Con esta madera de sándalo hizo el rey paneles para el templo de Yahveh y para el palacio real, as como c taras y arpas para los cantores. Nunca se hab a visto nada semejante en el pa s de Judá.

12 Por su parte, el rey Salomón regaló a la reina de Sabá todo cuanto a ella se le antojó pedirle, mucho más de lo que ella hab a tra do al rey. Después, ella emprendió el regreso a su pa s con sus servidores.

Riquezas y fama de Salomón

13 El peso del oro que cada a o le llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro,

14 sin contar los impuestos de los mercaderes y del tráfico de mercanc as y las contribuciones de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores del pa s, que tra an oro y plata a Salomón.

15 Hizo el rey Salomón doscientos grandes escudos de oro batido, para cada uno de los cuales empleó seiscientos siclos de oro batido.

16 También hizo trescientos peque os escudos de oro batido, en cada uno de los cuales empleó trescientos siclos de oro. El rey los colocó en la sala "Bosque del L bano".

17 Hizo además el rey un gran trono de marfil y lo recubrió de oro fin simo.

18 El trono ten a seis gradas y un respaldo redondo, con dos brazos, uno a cada lado del asiento, y dos leones de pie junto a los brazos.

19 Sobre las seis gradas hab a doce leones de pie, uno a cada lado de las gradas. Nada semejante se hab a hecho en ningún reino.

20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y de oro fino todos los utensilios de la sala "Bosque del L bano". En los d as de Salomón no se hac a aprecio de la plata,

21 porque el rey ten a en el mar una flota de Tarsis, juntamente con la de Jirán; y cada tres a os llegaba la flota de Tarsis, que tra a oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

22 El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en opulencia y sabidur a.

23 Y todos los reyes de la tierra deseaban ver a Salomón para o r la sabidur a que Dios hab a puesto en su corazón.

24 Todos le llevaban presentes: objetos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y as a o tras a o.

25 Ten a Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros y doce mil jinetes, que dejó de guarnición en las ciudades con acuartelamiento para carros y en Jerusalén, cerca del rey.

26 Dominaba sobre todos los reyes, desde el Éufrates hasta el pa s de los filisteos y hasta la frontera de Egipto.

27 El rey consiguió que la plata abundara en Jerusalén tanto como las piedras, y los cedros tanto como los sicómoros en la Tierra Baja.

28 Tra an caballos para Salomón de Musr y de todos los pa ses.

Muerte de Salomón

29 Los restantes hechos de Salomón, desde los primeros a los últimos, ¿no están consignados en las crónicas del profeta Natán, en la profec a de Aj as de Siló y en las visiones de Yedó, el vidente, sobre Jeroboán, hijo de Nebat?

30 Reinó Salomón en Jerusalén, sobre todo Israel, cuarenta a os.

31 Descansó luego Salomón con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de David, su padre. Le sucedió en el trono su hijo Roboán.