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2 Samuel 11 - Biblia Castilian 2003


David y Betsabé

1 A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes salen a campa a, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el pa s de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

2 Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba ba ando, la cual era por cierto muy hermosa.

3 Mandó averiguar quién era aquella mujer, y le dijeron: "Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Ur as, el hitita".

4 David mandó emisarios para que la trajeran; y ella se presentó ante David, que durmió con ella, cuando acababa de purificarse de su regla. Luego ella se volvió a su casa.

5 La mujer quedó encinta y se lo hizo saber a David, avisándole: "Estoy embarazada".

6 Entonces David mandó este mensaje a Joab: "Env ame a Ur as, el hitita". Joab envió Ur as a David.

7 Cuando Ur as llegó ante él, David le preguntó por el estado de Joab y el del pueblo y por la marcha de la guerra.

8 Después d jole David a Ur as: "Baja a tu casa y lávate los pies". Salió Ur as del palacio real y tras él salió también un presente de la mesa del rey.

9 Pero Ur as se acostó a la entrada del palacio real con todos los servidores de su se or, y no bajó a su casa.

10 Avisaron a David: "Ur as no ha bajado a su casa". Y David preguntó a Ur as: "¿No acabas de llegar de un viaje? ¿Por qué no has bajado a tu casa?".

11 Respondióle Ur as: "El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; y mi se or Joab y los servidores de mi se or acampan al raso. ¿Cómo voy a entrar yo en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? ¡Por tu vida, por tu propia vida, no haré yo semejante cosa!".

12 David replicó a Ur as: "Quédate aqu todav a hoy, y ma ana te despediré". Ur as se quedó en Jerusalén aquel d a, y al d a siguiente.

13 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Ur as salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su se or, pero no bajó a su casa.

14 A la ma ana siguiente, David escribió a Joab una carta que le remitió por mano de Ur as.

15 En ella hab a escrito: "Colocad a Ur as en vanguardia, donde sea más dura la lucha, y retiraos de él, para que sea herido y muera".

16 As, pues, Joab, que sitiaba la ciudad, puso a Ur as en el lugar en que sab a que estaban los guerreros más valientes.

17 Los de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab. Cayeron no pocos del ejército de entre los servidores de David. Entre ellos murió también Ur as, el hitita.

18 Joab mandó en seguida a comunicar a David todos los detalles del combate

19 y dio esta instrucción al mensajero: "Cuando hayas terminado de contar al rey todos los detalles del combate,

20 si estalla la cólera del rey y te dice: "¿Por qué os habéis acercado a la ciudad para combatir? ¿No sab ais que tirar an desde lo alto de la muralla?

21 ¿Quién hirió a Abimélec, hijo de Yerubaal, sino una mujer que arrojó sobre él desde lo alto de la muralla una rueda de molino y por ello murió él en Tebés? ¿Por qué os habéis acercado a la muralla?", tú le dirás: "También murió tu siervo Ur as, el hitita"".

22 Partió el mensajero y, en llegando ante David, le comunicó todo lo que le hab a mandado Joab.

23 Y dijo el mensajero a David: "Cuando aquellos hombres llevaban las de vencer sobre nosotros, hicieron una salida contra nosotros al descampado; conseguimos rechazarlos hasta la entrada de la puerta;

24 pero los arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla y murieron algunos de los servidores del rey, entre ellos tu vasallo Ur as, el hitita".

25 Entonces dijo David al mensajero: "Esto has de decir a Joab: "No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú dale ánimo"".

26 Cuando la mujer de Ur as se enteró de que hab a muerto su marido, hizo duelo por su se or.

27 Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.