Biblia Total


Éxodo 31 - Biblia Castilian 2003


Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab

1 Yahveh habló a Moisés:

2 "Mira, he llamado por su nombre a Besalel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá,

3 y lo he llenado del esp ritu de Dios: de habilidad, de pericia y de experiencia en toda suerte de trabajos,

4 para concebir obras de arte, para trabajar el oro, la plata y el bronce,

5 para labrar piedras y engastarlas, para tallar la madera y para ejecutar cualquier obra.

6 Le he dado como ayudante a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan; y he infundido habilidad en el esp ritu de todos los hombres capaces, para que puedan ejecutar todo cuanto te he ordenado hacer:

7 la tienda del encuentro, el arca del testimonio, el propiciatorio que está encima y todos los objetos de la tienda,

8 la mesa y sus utensilios, el candelabro de oro puro con todos sus utensilios y el altar del incienso;

9 el altar del holocausto con todos sus utensilios, la pila y su base;

10 las vestiduras de ceremonia y las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón, as como las de sus hijos, para que ejerzan el sacerdocio;

11 el óleo de la unción y el incienso aromático para el santuario. Todo lo harán según lo que te he ordenado".

El día de reposo como señal

12 Luego habló Yahveh a Moisés:

13 "Di a los israelitas: guardaréis mis sábados, porque es una se al entre yo y vosotros, por todas vuestras generaciones, para que se sepa que soy yo, Yahveh, el que os santifica.

14 Guardaréis, pues, el sábado, porque es sagrado para vosotros. Quien lo profanare morirá sin remisión. Cualquiera que hiciere algún trabajo en sábado será exterminado de en medio de su pueblo.

15 Durante seis d as se trabajará, pero el d a séptimo es sábado de reposo, sábado consagrado a Yahveh. Quien hiciere algún trabajo en d a de sábado, morirá sin remisión.

16 Los israelitas observarán el sábado y lo celebrarán en todas sus generaciones como alianza perpetua.

17 Será se al perpetua entre yo y los israelitas, pues en seis d as hizo Yahveh el cielo y la tierra, pero descansó y tomó respiro el d a séptimo".

El becerro de oro

18 Cuando Yahveh terminó de hablar con Moisés en el monte Sina, le entregó las dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.