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Jeremías 14 - Biblia Castilian 2003


Mensaje con motivo de la sequía

1 Palabra de Yahveh, dirigida a Jerem as con motivo de las sequ as:

2 De luto está Judá, y languidecen sus puertas; yacen en tierra desoladas, y el grito de Jerusalén asciende.

3 Sus nobles mandan a sus criados por agua: éstos van a los aljibes, pero no la encuentran; vuelven con sus cántaros vac os. Están avergonzados y confusos y se cubren la cabeza.

4 Por la tierra, que se ha resquebrajado, pues no ha habido lluvia en el pa s, los labradores están avergonzados, se cubren la cabeza.

5 Pues hasta la cierva en el campo pare y abandona a su cr a, porque no hay pasto.

6 Los onagros se paran en las crestas, aspiran como chacales el aire; sus ojos están mortecinos, porque no hay hierba.

7 Aunque nuestras culpas nos acusen, actúa, Yahveh, por amor a tu nombre. En verdad, nuestras rebeld as son muchas, hemos pecado contra ti.

8 Esperanza de Israel, su salvador en tiempo de apuro, ¿por qué eres como extranjero en el pa s y como viajero que sólo se detiene para pernoctar?

9 ¿Por qué eres como hombre azorado, como guerrero incapaz de salvarse? Tú, Yahveh, estás en medio de nosotros y sobre nosotros se invoca su nombre, ¡No nos abandones!

10 As dice Yahveh acerca de este pueblo: as es, están aficionados a andar de un lado para otro, no dan reposo a sus pies. Pero Yahveh no se complace en ellos; ahora va a recordar su culpa y a castigar sus pecados.

11 Yahveh me dijo: "No pidas por el bien de este pueblo.

12 Aunque ayunen, no escucho su clamor; aunque ofrezcan holocausto y oblación, no los quiero, sino que voy a acabar con ellos por medio de la espada, del hambre y de la peste".

13 Yo repliqué: "¡Ah Se or, Yahveh! Mira que los profetas les dicen: no veréis la espada, ni tendréis hambre; sino que os daré la paz segura en este lugar".

14 Yahveh me dijo: "Mentira profetizan los profetas en mi nombre; no los he enviado ni les he dado orden alguna ni les he hablado: visión falsa, adivinación vana y enga o de su corazón, eso es lo que os profetizan.

15 Por eso, as dice Yahveh con respecto a los profetas que profetizan en mi nombre sin haberlos mandado yo y que dicen: ni espada ni hambre habrá en este pa s: esos tales profetas serán consumidos por la espada y por el hambre;

16 y la gente a la que han profetizado yacerá tirada por las calles de Jerusalén a consecuencia del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. As volcaré sobre ellos su iniquidad".

17 Les dirás esta palabra: Vierten lágrimas mis ojos noche y d a y no cesan, porque por un gran quebranto está quebrantada la virgen, hija de mi pueblo, por un golpe del todo incurable.

18 Si salgo al campo, all están los muertos a espada; si entro en la ciudad, ah están los horrores del hambre. S, incluso profetas y sacerdotes vagan por el pa s sin comprender nada.

19 ¿Has rechazado del todo a Judá, o tu alma está cansada de Sión? ¿Por qué nos has herido sin que tengamos cura? Esperábamos la paz, pero no ha habido bien alguno; el tiempo de la sanación, y se presenta el terror.

20 Reconocemos, Yahveh, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti.

21 No nos desprecies por amor a tu nombre, no deshonres el trono de tu gloria. ¡Acuérdate! ¡No rompas tu alianza con nosotros!

22 ¿Hay entre los dolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!